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1/5/10
EL LLANTO DE YUMA BAJO EL CIELO DE GARINOCITO
Por: Gonzalo Duque-Escobar
Al considerar la aguda problemática del Gran Río de la Magdalena, que por ser la principal arteria fluvial de la patria hace que su recuperación se constituya en uno de los proyectos emblemáticos de Colombia y en una de las mayores frustraciones para quienes soñaron ver cumplidas sus expectativas tras la creación del Ministerio del Medio Ambiente, obligadamente debemos cuestionarnos como Nación, desde la academia y la empresa, pasando por todas las instituciones del Estado, hasta llegar a la propia sociedad civil.
Para empezar, se creó Cormagdalena como una entidad de carácter privado sin funciones de autoridad ambiental para encomendarle, además de la navegación el río y para lo cual puede tener capacidad suficiente, una recuperación ambiental que no se hace con muros y dragados, y reduciendo su acción al cauce; sino que se hace con el ordenamiento ambiental de todas las cuencas tributarias en la hoya hidrográfica, siempre y cuando se resuelva en ellas problemas estructurales como los conflictos de uso, manejo y aptitud del suelo, como factores que explican la erosión, el descontrol hídrico y pluviométrico, y la contaminación por vertimientos orgánicos y de base química, y los cuales demandan la reconversión de los procesos productivos en su medio rural, entre otras acciones.
Y en cuanto a los campesinos y pescadores habitantes de sus riveras, permítanme aludir a la emblemática comunidad de la Charca de Guarinocito, un caserío vecino a La Dorada que habita un humedal de origen meándrico, y quienes invitados por el Programa de Paz del Magdalena Centro PDP-MC han estado en el Planetario Móvil del OAM de la Universidad Nacional disfrutando de las lecciones de astronomía, ya que a través de sus líderes hemos sido invitados en ambas instituciones para que lleguemos en las vacaciones de mitad de año al lugar a extender el programa a la comunidad educativa, y de paso a reflexionar bajo el estrellado cielo del lugar con los líderes y mayores del lugar sobre su problemática ambiental y posibles relaciones y acciones estructurales de importancia, utilizando como recursos para la necesaria recuperación de la charca: el capital social, el diálogo entre saberes y ciencias, y la fuerza de los símbolos de la cultura del emblemático río, entre otros.
Creemos que la apropiación social de los procesos exitosos de transformación ambiental y social que ya avanzan en Guarinocito, mostrarán la importancia de la formación en valores, de la educación en competencias científicas y del fortalecimiento del tejido social de esta comunidad Doradense.
Desde el OAM, Ed. Circular RAC 561, del 30-04-10.
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales