Por Gonzalo Duque Escobar
Más allá de los acuerdos entre Colombia y Brasil sobre problemas tan críticos como terrorismo y seguridad nacional para nosotros, y de una muestra de su capacidad de liderazgo para el segundo, o de temas tan vitales como la producción de etanol y de petróleo y las posibilidades de inversión de la Empresa Brasileña de Aeronáutica Embraer para una y otra parte, los presidentes Santos y Lula da Silva han estrechado lazos de cooperación científica y tecnológica buscando fortalecer programas de investigación y desarrollo entre grupos y centros académicos y empresariales del sector productivo.
Queda entonces de la primera gira internacional de Santos en su calidad de Presidente en ejercicio de sus funciones- hecho que subraya la importancia de una relación con el quinto país más grande del planeta en territorio-, que esta relación en virtud de la complementariedad de nuestras economías, pueda resultar siendo cada vez más precisa, dinámica y productiva, conforme se utilicen esos espacios en áreas estratégicas y significativas, como: energía y biocombustibles, ciencias del medioambiente y biodiversidad, salud y recursos hídricos, defensa y democracia, cultura e investigación, e informática y comunicaciones, entre otras.
Dado lo anterior, quisiera pensar en dos temas sensibles y estratégicos, e incluso con sabor a bicentenario: la segunda expedición botánica y la segunda misión corográfica que hemos añorado para cubrir el territorio patrio más olvidado, primero porque compartimos la cuenca del Amazonas donde resultan relevantes temas como la biodiversidad y la amenaza climática y antrópica sobre la selva biodiversa y sus múltiples culturas, y segundo, porque el importante desarrollo astronáutico y aeronáutico del Brasil representa igualmente una posibilidad significativa de resolver temas estratégicos y deficitarios de Colombia, como el significativo retraso cartográfico y las deficiencias para el campo de las comunicaciones con base satelital.
Si bien no se tocó el tema de la salida al mar de Balboa para la nación carioca en cuyos límites con Sudamérica faltarían además de la república de Ecuador un paso para este océano, esperamos que además de los asuntos comerciales y los ya señalados, nuestras escuelas de pregrado y posgrado de astronomía de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad de Antioquia, en su orden, al igual que la Comisión Colombiana del Espacio y el Ministerio del Medio Ambiente entre otras instituciones y empresas, encuentres puntos de convergencia para emplearse a fondo en estas áreas y otras más.
Desde el OAM. Ed. Circular RAC 578.
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales
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Imagen en: http://arcoirisdelavida.blogspot.com
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