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7/8/11
Astronomía, petróleo y río, en Barrancabermeja
Por: Gonzalo Duque-Escobar
Llega el Encuentro anual de la Red de Astronomía de Colombia RAC 2011 en la colonial Barrancabermeja, programado entre el 12 y 15 de agosto, gracias al esfuerzo del Grupo Carl Sagan del emblemático puerto petrolero base de la principal refinería colombiana. El evento organizado bajo la dirección de Ronals Chinchilla Vélez, que contará con la participación de Pedro Russo de la Unión Astronómica Internacional UAI en calidad de invitado para disertar sobre Astronomía para el Desarrollo, y con más de un centenar de asociados de la RAC, amerita algunas reflexiones sobre los elementos relevantes para el diálogo propio de los espacios de descanso durante la jornada académica, que son temas que los actores sociales estratégicos, la comunidad santandereana y del Magdalena Medio, los ambientalistas y usuarios del río, y los analistas de la economía extractiva, deben involucrar para la adecuada construcción social del futuro de la Nación, dada la importancia de los elementos contenidos en las vivencias de dicha región, y su utilidad para la configuración sostenible del territorio colombiano.
Y lo creo importante tratándose de Barrancabermeja como sede de nuestro XII Encuentro RAC, al albergar un evento científico y de fortalecimiento organizacional: primero, porque conceptualmente el territorio es un imaginario en sí, resultado de procesos sociales, y como tal una construcción colectiva donde las acciones deben ser factor de paz y no de conflictos, al aportarle en su orden a la Nación, al País, al Estado y al Gobierno; segundo, porque no resulta fácil reunir una comunidad académica a pensar en temas cruciales como los de la agenda propuesta por Germán Puerta nuestro Presidente, que aluden al rol de la RAC frente al Plan de la Unión Astronómica Internacional 2010-20 y al Plan Nacional de Astronomía, sin ocupar un minuto para comentar a la hora del café el significado del escenario histórico y ambiental de la ciudad que la acoge; y tercero, porque Barrancabermeja por ser puerto del Magdalena y centro petrolero colombiano, entre otros atributos como los asociados a la fertilidad del suelo y los ecosistemas vecinos, como pocos lugares hace parte sustancial de la historia y futuro de Colombia.
En el tema del río donde los pobladores han sido víctimas de inundaciones consecuencia de la deforestación y testigos de la contaminación de suelos y aguas de la región andina, fue ésta la vía al virreinato de la Nueva Granada y al Perú hasta 1855 cuando se construye el FFCC de Istmo y sobre todo hasta 1914 cuando entra en operación el Canal de Panamá; río cuyo primer mapa con soporte cartográfico se elabora a partir de las observaciones astronómicas de Francisco José de Caldas, Alexander von Humboldt y Aimé Bonplant. Y en cuanto a su navegación, aunque esta se concesiona por Santander en 1823 y solo se establece en la década de 1880, entra con vigor durante la década de 1920 gracias al binomio café y FFCC, dos factores clave para la industrialización de Colombia. Actualmente, cuando el río puede ofrecer fletes de U$ 0,02 por tonelada, costos equivalentes a ¼ del ferroviario y a 1/6 del carretero, Colombia se ha propuesto recuperar su navegación, tarea que no resulta fácil con la deforestación de las cuencas y que obliga a atender primero sus causas antes que las consecuencias de la citada problemática.
Y para los asuntos del petróleo, empecemos por decir que los principales conflictos de Colombia pasan por minería y petróleo, donde la suerte del territorio se define con las decisiones de la economía global y las políticas cortoplacistas de agotamiento de dichas riquezas del subsuelo, temas que señala Manuel Rodríguez Becerra cuando habla del valor simbólico y del valor real de los recursos, al aludir a la desestructuración social del territorio causada por una economías extractiva, y reclamar el papel de los geógrafos en el Siglo XXI para recomponer lo que aquellas están cambiando. Lo anterior, dado que con la rata de explotación petrolera que triplica el consumo nacional y no se corresponde con la magnitud probada de nuestras reservas, corremos el riesgo de agotar el “oro azul” que le da vida a Barrancabermeja y soporta la seguridad energética de la Nación.
Depredar sensibles territorios tal cual ocurre con la amenaza de la minería aurífera y petrolera en descontrolada expansión, donde las insulsas regalías sin incluir perversos descuentos para el caso del oro son 1/5 de las petroleras, es una decisión que no se compadece con el elevado precio del precioso metal y su carácter de recurso no renovable, ni con las consecuencias ambientales y sociales de dicha minería. Los barranqueños, que saben de la importancia del valor agregado como soporte para el desarrollo petrolero de Colombia, pueden dar fe de que no tiene sentido apostarle a una economía de enclave, entregar la riqueza del subsuelo y mantener indicadores del 70% de pobreza en escenarios como Barbacoas Nariño, Tibú Santander, Orito Putumayo, Cantagallo Bolívar y El Difícil en Ariguaní Magdalena.
Desde el OAM, Ed. Circular RAC 622
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales
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Imagen: Cira-Infantas, primer pozo explotado en Colombia (Barrancabermeja)
Relacionados:
Oro de Marmato: miseria o desarrollo. Duque Escobar, Gonzalo (2011) , en: http://www.bdigital.unal.edu.co/3404
El llanto de Yuma bajo el cielo de Guarinocito. Duque Escobar, Gonzalo (2010) , en: http://www.galeon.com/gonzaloduquee/yuma.pdf
Duque Escobar, Gonzalo (2003) Manual de geología para ingenieros. En: http://www.bdigital.unal.edu.co/1572/