Palabras de agradecimiento a la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos, por el otorgamiento de la Medalla Alfonso Carvajal Escobar 2014.
Por Gonzalo Duque-Escobar.
Doctor Elkin Trujillo Roa, Presidente Sociedad Caldense Ingenieros y Arquitectos, Doctor Gabriel Hernán Toro de los Ríos, Vicepresidente; Doctor Jorge Gutiérrez Duque y Doctor Héctor Enrique Gómez López Invitados Permanentes, y demás miembros de la Junta Directiva; Doctora Adriana Jaramillo Directora Ejecutiva de la SCIA, Miembros afiliados a la SCIA, Invitados especiales, Señoras y Señores.
Cuando llego a recibir un honor como el que me hace la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos-SCIA, al concederme la Medalla Alfonso Carvajal Escobar, por quedar sin otra opción que la de buscar elementos para justificarme en este acto, antes de presentarlos, con la anuencia de Ustedes, necesariamente debo construir un contexto a partir de los recuerdos vivenciales que para la ocasión vienen a mi memoria.
En primer lugar, el primer lustro de los años setenta cuando accedí a la Universidad Nacional de Colombia como estudiante de Ingeniería Civil, por haber quedado vinculado a los beneficios de una Institución creada en el Pensamiento Santanderista y fundada en 1867, de la que es parte fundamental nuestra Facultad de Ingeniería, la que inicia labores en Manizales en 1948 durante la antesala del Centenario de la ciudad, y que logra su expansión y consolidación gracias a la encomiable labor emprendida durante ocho años (1964-1972) por nuestro Decano Magnífico, Alfonso Carvajal Escobar, también ex Presidente de esta cara Organización creada en 1956.
En segundo lugar, porque ya en las aulas de la Facultad de Ingeniería, donde abrieron cátedra Humberto Ávila Mora, Guillermo Castillo Torres y Armando Valenzuela Morales, o más tarde expusieron Académicos como Paul Schaufelberger, me forjé primero como alumno y fui luego compañero de Mario Spaggiari Jaramillo (QEPD), y he sido colega y amigo de Maestros de Maestros como Carlos Enrique Ruiz, Álvaro de la Cruz Correa Arroyave, Manuel García López, Álvaro Jaime González, Michel Hermelín y Hans Meyer. De ellos principalmente, y de la sabiduría de Profesores como Armando Chávez Agudelo, Diego Villegas Echeverri, Gabriel Robledo Villegas, Jorge Ramírez Giraldo, Antonio García Nossa y Jesús María Bejarano, quienes descansan en el oriente eterno, o de otros que por fortuna están, como Julio Robledo Isaza, Jorge Manrique Londoño, Jaime Guzmán Mejía, Pablo Medina Jaramillo, Walter Estrada Trujillo, Alberto Naranjo Arango, José Óscar Jaramillo Jiménez, Doménico Patella, Antonio Rapolla y Clemente Forero Pineda.
Y tercero, porque en este proceso aún en curso, he conocido los avatares y desafíos de la Ingeniería, y podido sobre ellos construir los referentes del quehacer de mi oficio, nutriéndome de las lecciones de magníficos ingenieros como Alfredo Robledo Isaza, Jorge Ariel Jaramillo, Julio Buitrago Arango, Arturo Montes Sáenz y Francisco Javier Gómez Upegui, todos fallecidos, y otros notables ingenieros cuyos nombres omito porque ellos continúan con su fértiles lecciones de ética y enseñanzas ingenieriles, o del liderazgo de notables personajes que han esculpido páginas de la historia en la ciudad, como Juan Hurtado Henao, Francisco José Ocampo, Carlos Eduardo Pinzón, Emilio Robledo, Aquilino Villegas, Guillermo Ocampo Avendaño, Gerardo Arias Mejía, Gabriel Arango Restrepo, José Restrepo Restrepo, Adolfo Hoyos Ocampo, Ernesto Gutiérrez Arango, Jaime Restrepo Mejía, Mario Calderón Rivera y Antonio Álvarez Restrepo, entre otros que han partido.
Aprovechando la ocasión, permítanme aludir a un par de ideas que considero de importancia para el desarrollo regional y de nuestra Ciudad, asunto que por haber gravitado en los motivos del reconocimiento que me otorga la SCIA simbolizado en esta Medalla, no pueden quedar sin mención en el terreno de las justificaciones, que como recipiendario de un homenaje como éste me obliga: se trata del Corredor Bimodal Cafetero, un proyecto estratégico para el transporte multimodal del país cuyo perfil se ha presentado a nombre de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales y de la Universidad Nacional de Colombia, y que ya reposa en la Gobernación de Caldas, y al Aeropuerto del Café por ser un proyecto que compromete el buen nombre de nuestra ingeniería y donde media una promesa presidencial, para una obra sin la cual no resulta viable el Paisaje Cultural Cafetero. Veamos:
Con un tren de montaña entre La Dorada y el Km 41 que integre la Región Andina, se podrá estructurar el sistema de transporte de carga de Colombia: esto supone recuperar el Tren Facatativá-La Dorada y construir dicho Ferrocarril Cafetero en dirección transversal cruzando a menor costo la cordillera con el nuevo Túnel Cumanday perforado en las granodioritas estables vecinas a Cerro Bravo, para que al articular esa vía férrea al Tren de Occidente, se pueda movilizar a menor costo un contenedor entre Bogotá y Buenaventura. La viabilidad del proyecto parte no sólo del efecto multiplicador de la variación de los fletes en las exportaciones al utilizar el modo ferroviario en lugar del carretero, sino también de los beneficios por la salida del carbón andino al Pacífico colombiano, un recurso energético que puede proveer 10 millones de toneladas de carbón por año.
Como agregado, el nuevo Túnel Cumaday, al quedar perforado a menor altitud para dar paso al Ferrocarril Cafetero, deberá ser doble y largo, y como tal un túnel bimodal que podrá servir simultáneamente para dicho tren andino y una carretera de primer orden entre Manizales y Mariquita, que sea alternativa de complemento al paso por La Línea. Dicha carretera que he denominado La Transversal Cafetera, al conectarse al Túnel Cocoló para reducir a 300 km la distancia entre Pereira y Bogotá, se recorrería en 4 horas. Y adicionalmente, con la multimodalidad surgirán dos plataformas logísticas: una entre Honda y La Dorada, y otra entre La Felisa y La Virginia, que dinamizarán las futuras conurbaciones en las áreas metropolitanas de Manizales y Pereira, y en el Magdalena Centro entre Honda y La Dorada, con beneficio para Tolima y para el Eje Cafetero.
Y segundo, el caso de Aerocafé, un proyecto concebido por el visionario Ingeniero Gustavo Robledo Isaza y cuyos estudios se han consolidado gracias a la notable labor de Luis Fernando Mejía Gómez, quien atendiendo los acertados lineamientos del ex Ministro Germán Cardona Gutiérrez, puso en orden el proyecto, donde la Académia había hecho notables aportes éticos y técnicos. Esta obra que en razón a los precarios recursos de la región se había proyectado sobre enormes terraplenes a un bajo costo, y por lo tanto sobre estructuras complejas que incorporaban en su cimentación la enorme incertidumbre propia de cualquier obra subterránea, ahora se ha proyectado con una pista 8 metros más baja que modifica su dirección y que descansa parcialmente sobre un viaducto de concreto, empleando un novedoso diseño que reduce sustancialmente la magnitud de los llenos para así abatir la incertidumbre natural del proyecto, haciéndolo absolutamente viable pero a un costo superior. Todo esto, en virtud de otro enfoque estructural, que para la difícil tarea contó con la asesoría y la participación de reconocidos y calificados expertos, lográndose con suficientes niveles de información, que desde la perspectiva técnica aunque no política, el proyecto se defienda.
Volviendo al terreno de lo fundamental, con la anuencia de la entrañable SCIA, esta honrosa imposición que también es de mis hijos Julián y Miguel y de mi esposa Luz Elena por el amor que me han brindado y por ser ellos el objeto de mi existencia, se la dedico a mi padre QEPD, amada madre y hermanos, por ser parte de mi vida, a mis alumnos y mis monitores de Samoga y el OAM, de quienes he aprendido más de lo que pudiera reconocer, y a aquellos entrañables personajes de los que me he ocupado. También la comparto con mis compañeros de labores de mi Universidad, varios de ellos aquí presentes, por su tolerancia para conmigo y ejemplar desempeño en su quehacer científico y académico que enaltece nuestra Aula Mater, y con los Socios de la Centenaria Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales, por los ideales de ciudad y región que desde hace cinco lustros compartimos.
Habiendo hecho partícipes de esta honrosa y significativa condecoración a mis familiares y amigos, quienes por haberme acompañado siempre son testigos de mis actividades cívico-académicas y jueces del merecimiento de este honor, el que generosamente me han otorgado por haber intentado aportar a la construcción de este territorio desde la Universidad Nacional de Colombia, escenario al que me debo y donde se acomete el estudio de los problemas de la Nación y la reflexión crítica sobre sus más sentidas urgencias, permítanme finalmente, en mi nombre y en el de mi Familia, agradecerle al Gran Arquitecto del Universo por lo recibido este día, felicitar a Jorge Eduardo Echeverri de la Roche y a su esposa Carmen Elisa Giraldo Montoya, por la imposición del Escudo al Mérito de la SCIA a su empresa, en reconocimiento a su admirable espíritu empresarial y destacado desempeño profesional en la Constructora Echeverri & Giraldo S.A., y decirles: gracias a la honorable SCIA, gracias a sus distinguidos miembros y gracias a todos.
Gonzalo Duque-Escobar
Aula Máxima de la Universidad Autónoma de Manizales.
Manizales, jueves 9 de Octubre de 2014. H 6:30 P.M.
Relacionado:
Mis aportes cívico-académicos…
Imágenes: