Por Gonzalo Duque-Escobar *
Ahora
que Caldas retoma la senda perdida en el desarrollo hidroenergético con El Edén
y Miel II, al declinar la bonanza del oro, carbón y petróleo para la Colombia minera,
e iniciar el quinquenio de la infraestructura por las inversiones en curso para
carreteras, líneas férreas, aeropuertos y la navegación del Magdalena, veamos
las problemáticas y potencialidades de la ecorregión con los desafíos, grandes ventajas
y tareas por resolver, para un desarrollo de industrias pesadas destinadas a
transformar la riqueza del subsuelo, aprovechando el recurso minero relacionado
con el oro de Marmato, las calizas de Victoria, y el manganeso de Apía, haciendo
uso de la posición geoestratégica del territorio, del potencial multimodal en
La Dorada y de nuestros recursos energéticos.
Para
entrar en la materia, algo sobre los dos escenarios privilegiados de la ecorregión
para implementar industrias químicas de base minera: por el poniente, el
Corredor del Cauca entre La Virginia y La Felisa, cuenta con el carbón de la
cuenca carbonífera de Antioquia que se extiende hasta Quinchía y Riosucio, pero
depende para su viabilidad de un sistema férreo eficiente como medio de
transporte y debe resolver su balance deficitario en agua. Y por el naciente, La
Dorada, aunque el recurso hidroenergético e hídrico excedentario, y la hidrovía
del Magdalena la favorecen, también requeriría del Ferrocarril Cafetero entre
La Dorada y el Km 41 cruzando la cordillera, para resolver el suministro de
materas primas al integrar la Región Andina, y encontrar la salida de productos
transformados a la cuenca del Pacífico.
Como punto de
partida, del trabajo del ilustre Maestro e Investigador Gabriel Poveda Ramos, “Propuesta
de un Plan Minero- Industrial de Caldas 2006-2016”, tomaré algunos elementos, donde
al citar el “Inventario minero nacional” Ingeominas (2000), advierte sobre la carencia
de estudios serios de cuantificación de reservas, y condiciona los proyectos a
los costos del transporte y de la energía disponible.
Poveda Ramos rescata
la existencia de filones de oro que califica de interesantes, en Manizales,
Manzanares, Marmato, Riosucio y Supía, y agrega que de las jaguas de los
beneficios y de las gangas de las explotaciones de estos y otros lugares, caso
Pensilvania y Samaná, se podría obtener apreciables cantidades de sulfuros de
zinc, de plomo, de hierro, de cobre, de antimonio y de arsénico, o zinc
metálico y sus derivados. Añade que previamente habrá que cuantificar y
caracterizar las cantidades de materias primas existentes en las escombreras
auríferas y que se generan en las minas, para asegurar suficiencia alimentando
una planta de producción de zinc metálico y óxido de plomo.
Sobre
el manganeso de Apía y Viterbo, el eminente Investigador también señala que en
dicho Inventario no se mencionan estas minas, califica el yacimiento
minero-metálico como el más importante de Caldas, y considera su eventual
aprovechamiento de mucho interés para el Plan Minero-Industrial. Similarmente, anota
que tal compilación del Ingeominas no precisa la existencia de arenas silíceas de
alta pureza en cuarzo (SiO2), existentes en Pueblo Rico y el Valle del Cauca, y
posiblemente en el distrito minero Riosucio-Supía-Quinchía, las que podrían
explotarse y complementarse con otras de Antioquia y Tolima para implementar
industrias de transformación, garantizando un proyecto a 20 años para tres
importantes productos: silicato de sodio, sílice-gel y carburo de silicio.
Adicionalmente
y entre los principales prospectos para el Plan Minero de Caldas, el Doctor
Gabriel Poveda considera los materiales calcáreos, al anunciar que parece inferirse
una inmensa cadena de yacimientos de calizas en el oriente caldense, que parte desde
el centro de Tolima y llega al nordeste de Antioquia, cuyos mayores prospectos
requieren ser ubicados y aforados, al igual que los existentes en la otra
vertiente de la cordillera entre Manizales y Aguadas. Al respecto recomienda un
programa para inventariar los yacimientos de caliza y mármol de las dos franjas
calcáreas que recorren a Caldas de sur a norte: la de La Victoria-La Dorada-Río
La Miel, y la de Neira-Aranzazu-Salamina, aforando su calidad, dispersión y
cantidad, para proveer de materias primas en un horizonte de 20 años como
mínimo, una industria de carburo y fosfatos fertilizantes que en un plano de
mayor nivel de desarrollo daría origen a plantas de acetileno, cianamida,
cloruro químicamente puro y cemento.
* Profesor
U.N. de Colombia. http://galeon.com/cts-economia
[Ref.: La Patria. Manizales, 2014.12.8] Imagen: Mapa Geológico de Caldas.
Ingeominas.
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