13/2/16

¿La CROT de Caldas, para qué?

La Patria. Opinión.



Con el relevo en los cargos de representación del Departamento de Caldas, la Asamblea de diputados inició un debate sobre la necesidad de ampliar la participación de nuevos integrantes en la llamada Comisión Regional de Ordenamiento Territorial para mejorar su representatividad. La iniciativa, sin duda loable, pierde sentido si de fondo no se piensa en la manera como ésta Comisión ha venido trabajando y en el papel que le correspondería desarrollar en esta nueva etapa.
La pregunta central es, ¿la CROT para qué? Y la principal evidencia empírica, partiendo del objeto que invita a esta convocatoria, es que no ha habido un proceso de ordenamiento territorial departamental serio, permanente y sostenido que haga operativo el funcionamiento de la citada comisión asesora. El llamado respetuoso para la Asamblea Departamental, por lo tanto, es ir al fondo de esta problemática, buscando crear oportunidades que permitan avanzar en un ordenamiento territorial departamental de cara a los retos inmediatos y futuros. Entre ellos, el acceso al agua es probablemente una de las tareas más importantes, toda vez que ya existen municipios prácticamente inviables porque sus fuentes hídricas se han agotado por distintas razones, acentuando la pobreza y generando desolación en sus territorios. Por el norte, las alarmas están prendidas en Marmato, Riosucio, Salamina, La Merced y Filadelfia.
Hace algunos años, cuando tuve la oportunidad de liderar una consultoría para Corpocaldas orientada a revisar el componente ambiental de los POT de los municipios caldenses, pude constatar la gravedad de la problemática que afrontaban. Si bien es cierto, casi todos contaban con su “carta de navegación”, prácticamente ninguno sabía cómo ponerla en práctica; algunos secretarios de planeación municipal eran funcionalmente analfabetas y la gran mayoría carecía de la preparación técnica para implementar y desarrollar las directrices que contenían sus POT o PBOT. La queja recurrente era: “no tenemos acompañamiento del gobierno departamental”.
Después de esa experiencia, la Gobernación y Corpocaldas han liderado algunas iniciativas interesantes, aunque sin la sinergia suficiente para garantizar un esfuerzo sostenido y duradero con la participación de los actores sociales e instituciones públicas que deberían estar encabezando el cumplimiento del deber constitucional y legal de ordenar los territorios: el proceso de ordenación y manejo de dos importantes cuencas del departamento, las del río La Miel en el oriente caldense y río Chinchiná en la subregión Centro Sur; adicionalmente, dos iniciativas de asociatividad subregional, o más bien, un proceso fallido en Centro Sur por la prepotencia de un alcalde que antepuso sus intereses políticos al general; y un proceso interrumpido en Noroccidente, liderado por la GIZ, que duró mientras esta ONG permaneció en el departamento; todo, sumado a la actualización del POT de La Dorada y a los intentos por avanzar en un proceso de asociatividad del Magdalena Centro. Pero, son de tal magnitud los retos, que estas iniciativas siguen siendo insuficientes, y, sobre todo, no cuentan con la continuidad para avanzar en el proceso de gestión, seguimiento y materialización de lo planeado.
Existen por lo menos otros dos grandes retos del orden nacional y global, a los cuales Caldas debe responder; por un lado, la implementación de los posibles acuerdos con las Farc, cuyos contenidos están basados en un “Enfoque Territorial”, y por otro, las acciones que permitan enfrentar los efectos y consecuencias del cambio climático, producto de la irracionalidad de unas economías altamente consumistas, depredadoras del ambiente, dependientes de la explotación minero-energética y fuertemente contaminantes de las fuentes hídricas.
La experiencia ha demostrado que en medio de un contexto socio-económico de escasos recursos, es mejor acudir a procesos de asociatividad entre actores para poder avanzar. La idea de tener planes subregionales es adecuada porque obliga a superar las visiones municipalistas y sectoriales y estimula a trabajar juntos, una práctica que en Caldas es escasa. La posibilidad de impulsar un Sistema de Información Regional de Caldas integrado, construido con el liderazgo de la gobernación, el IGAC, Corpocaldas, la academia y el Comité de Cafeteros, entre otros, sería otra iniciativa que impediría la duplicidad de esfuerzos y le permitiría a los municipios acceder a una información cartográfica precisa y robusta, cada vez más necesaria para la toma de decisiones con rigor técnico. 
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 13, 2016
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