3/7/17

Nuestra nonagenaria Federación Nacional de Cafeteros


Por Gonzalo Duque-Escobar *
Cumple 90 años esta institución fundada en 1927, expresión de un sector que ha sido uno de los ejes del desarrollo económico, social e institucional de Colombia, el de la economía del “grano de oro” cuyos orígenes parten de 1850 cuando la siembra se expande y 1870 con el protagonismo de haciendas santandereanas y cundinamarquesas soportadas en un modelo de servidumbre. Si bien, a finales del Siglo XIX dicha economía se va a pique, no sólo por la caída en el precio internacional del grano consecuencia de una depresión, sino también por la inflación asociada a la Guerra de los Mil Días, donde la tasa de cambio creció en dos años casi cinco veces; empezando el Siglo XX otra será la historia, al trasladarse el epicentro de dicha producción a la Ecorregión Cafetera aprovechando un modelo agrario capitalista resultado de la colonización antioqueña.
La reconstrucción social y económica del país, en especial la reforma del quinquenio dictatorial de 1904-1909 con Rafael Reyes, y la reforma de 1923, llevan a ordenar las finanzas del Estado estableciendo el patrón oro, a reformar el sistema arancelario para promover exportaciones, a invertir en vías, ferrocarriles y la navegación del Magdalena, y a centralizar el poder antes concentrado en regiones, reformas que al propender por un desarrollo empresarial con mayores alcances sobre la estructura macroeconómica del país, fortalece nuevas organizaciones sociales y productivas, lo cual favorece el surgimiento de la Federación Nacional de Cafeteros FNC, ente que parte de la racionalidad de productores propietarios donde el sistema caracterizado por la estructura minifundista de la propiedad, conlleva a un alto efecto redistributivo del ingreso en favor del mercado interno.
El principal estímulo para el alto crecimiento de Colombia en la primera mitad del siglo XX fue la rápida expansión de las exportaciones de café: para dimensionar el crecimiento de la caficultura, si entre 1990 y 2012 el país incrementó la producción de café 1,85 veces, pasando de 27 millones a 50 millones de sacos, según Antonio García Nossa, entre 1913 y 1935 la producción del Gran Caldas presentó un incremento del 5,4 veces; aún más, si en la década de 1920 el país logra participar con el 10% en la producción mundial de café, ya para los años 30, con el concurso de la FNC duplica dicha participación. Según Renzo Ramírez Bacca -citando a William Paul-, si por 1870 existían 5 mil fincas cafeteras, hacia 1932 el número asciende a 150 mil, la mayoría menores de diez hectáreas.
Ahora en este territorio, el de la tierra del bahareque de guadua, del bambuco y de la música de carrilera, donde la gastronomía se relaciona con el plato montañero y el aroma del café, la encomiable labor de los Comités de Cafeteros se mide en escuelas y puestos de salud con una cobertura total en las veredas cafeteras de los 47 municipios del Paisaje Cultural Cafetero y otros 17 de su área de amortiguamiento, todas electrificadas, dotadas de acueducto y cruzadas por una red de vías terciarias para “chivas y Jeepaos”, obras que son testimonio de un pasado aleccionador que honra la historia de la FNC durante 9 décadas, y que hoy reclama acciones similares de civilidad y liderazgo para esta preciosa región, en cuya retrospectiva histórica quedan como testimonio de quienes, para traer el progreso, también impulsaron proyectos que apalancaron el crecimiento soportado en la exportación del “grano dorado”, primero a lomo de mulas y bueyes construyendo caminos de arriería, y luego mediante cables aéreos y ferrocarriles cafeteros.
Pero, a pesar de todo, la caficultura ha tenido dos puntos de inflexión, uno ambiental con el advenimiento del monocultivo del caturra ocurrido en 1970, cuando se arrasó el sombrío y desmanteló la economía campesina para darle paso a una agroindustria cafetera, que al no transformar el café incorporándole valor agregado, concedió el control de la cadena productiva; y el segundo para la economía cafetera, inflexión que se da en 1989 cuando cae el pacto internacional de cuotas que reguló la producción mundial del grano durante 29 años, pasando de un mercado intervenido por un acuerdo entre naciones, a un mercado libre donde ahora sufrimos las consecuencias del deterioro de los términos de intercambio al habernos especializado como productores de materia prima.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia http://godues.webs.com Imagen: Íconos para la tierra del café para el Mundo del Aire Yuruparí, en: http://samoga.manizales.unal.edu.co

FUENTES Y COMPLEMENTOS:
El café en Colombia (1850-1970): una historia económica, social y política. Marco Palacio http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/economia/fondos-abiertos/el-cafe-en-colombia-tercera-edicion
El café en Colombia a principios del siglo XX. Absalón Machado C http://www.bdigital.unal.edu.co/795/6/266_-_5_Capi_4.pdf
El territorio del Gran Caldas, “La Tierra del Café”. http://www.bdigital.unal.edu.co/46561/1/elterritoriodelgrancaldas.pdf
Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/1/elementosparaunavisiondecaldas.pdf
Paisaje Cultural Cafetero: disrupción para un desarrollo sostenible. http://www.bdigital.unal.edu.co/3757/1/gonzaloduqueescobar.201146.pdf
Paisaje Cultural Cafetero PCC: qué nos hace diferentes. http://www.bdigital.unal.edu.co/57700/7/pccquenoshacediferentes.pdf
Proezas cafeteras y desafíos de futuro. Duque Escobar http://www.bdigital.unal.edu.co/5272/1/gonzaloduqueescobar.201175.pdf  
UMBRA: la Ecorregión Cafetera en los Mundos de Samoga. http://www.bdigital.unal.edu.co/50853/1/contenido.pdf
RELACIONADO:
EL “PAISAJE TURÍSTICO CAFETERO”

Escribe: RDS
Apreciado y respetado doctor, recibí y leí su correo sobre el PCC; un análisis muy profundo y estudioso sobre el tema, que justifica verdaderamente las bases de estudio sobre los cuales se dio la declaratoria en los cuatro valores excepcionales ampliamente conocidos; sin embargo en estos seis años de conocimiento e interés por el tema he llegado a concluir que el PCC es un tema que se encuentra secuestrado por la institucionalidad a cargo de la F. de C. que son, hasta ahora quienes se han beneficiado de él, pero no precisamente el campesino cafetero, el de a pie, el de machete, el recolector y todos quienes giran en ese entorno; un PCC que aún no baja de las altas esferas y no sale de los clubes, de los foros, las millonarias estrategias de comunicación internacional; un PCC que no conoce el campesino cafetero ni las gentes del común de los municipios que lo integran y que está más dirigido a beneficiar los empresarios del turismo dejando a un lado la cultura cafetera que es a la que se debe verdaderamente el nombre de la declaratoria, pues es "paisaje cultural cafetero" y no "paisaje turístico cafetero". Un aspecto cultural relegado que no les es permitido su desarrollo en la memoria colectiva de las actuales y venideras generaciones; basta observar la llamada fonda arriera de Salamina a la que le invirtieron mil 500 millones de pesos y que por solo mencionar le revocaron el bahareque y le instalaron una cocina integral estrato 8, eliminando de tajo la cocina de leña que era todo un centro social en la época; basta mirar la llamada fonda arriera de Aguadas a la que le invirtieron 2 mil 600 millones de pesos y que no tiene absolutamente nada de fonda arriería y que a la crítica, los burócratas del pueblo justifican el hecho diciendo que se trata es de "un centro de interpretación de la cultura arriera".
Mi querido doctor, pudiera quedarme toda la noche mencionando detalles sobre este espinoso tema como lo es el PCC, que teóricamente, nos diferencia, pero que no hace la diferencia; quisiera en un futuro no muy lejano sentarme a degustar un delicioso café, que es lo único que observo original en este tema, para seguir dialogando al respecto. Feliz noche.
Comentario del 28/06/2017, hecho al documento:
Paisaje Cultural Cafetero: qué nos hace diferentes.