Manizales, frente al ordenamiento urbano-regional
Por: Gonzalo Duque-Escobar *
Documento del Museo Interactivo Samoga, Manizales, agosto 6 de 2021.
Portada: Manizales en Globalsas.co
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Uno de los temas de ciudad que requiere
consideración en Manizales, es el ordenamiento territorial con enfoque ambiental
y social, perspectiva regional y visión de futuro, para hacer coherente su
desarrollo urbano con las urgencias socioambientales del territorio, donde se
contemple una planificación prospectiva que, además de equidad en la
distribución de la infraestructura social y productiva, incluya acciones y
estrategias de integración y desarrollo de infraestructura de conectividad en
el Eje Cafetero, que fortalezcan la competitividad y el desarrollo entendido
como algo más que los mercados, ya que no podemos pensar en un crecimiento
económico a costa de los derechos bioculturales del territorio. Para el efecto
definamos nuestra capital como una urbe de tamaño intermedio y condición
mediterránea, ubicada en un escenario escarpado, conurbado, asentada en un
paisaje deforestado del trópico andino de Colombia, donde además de las
capitales cafeteras aparecen varios centros urbanos menores en territorios con
fortalezas naturales y culturales complementarias y fundamentales.
En virtud de los retos propios de la
apertura económica de los años 90, la ANDI conoce las industrias que le generan
a la ciudad mayores beneficios, los sectores amenazados por la competencia en
virtud de su precario nivel tecnológico, y las empresas que deben emprender
acciones vitales como reubicarse en la costa de Colombia de cara a los
mercados. Y en relación con el ordenamiento territorial, si bien la industria
colombiana tiene un marcado carácter urbano de tipo mediterráneo como resultado
de un proceso de industrialización endógena impulsado por la CEPAL, para
beneficiar un sector que, al estar protegido, en lugar de desarrollarse, quiso
sustituir importaciones amasando fortunas con altos precios y bajas calidades.
Siendo así, ni las industrias se prepararon para la apertura, ni se blindaron
las zonas destinadas a dicha actividad en Manizales de otros usos conflictivos
del suelo, que llegaron para acomodar en su entorno funciones urbanas
residenciales inconvenientes, razón por la cual antes de buscar los nuevos
escenarios urge resolver en el ordenamiento existente esta situación, con
herramientas de fondo, como en el caso de la cuenca de la quebrada Manizales
para no perder lo que tenemos construido, así se trate de la única zona
industrial de la ciudad, que consecuente con su carácter, debería estar en el
ámbito geográfico de los medios de transporte, cuando se trate de bienes que
deban llegar al mar.
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El escenario
Imagen1: Manizales- Estructura ecológica (POT 2017)
y Vulnerabilidad urbana frente a las amenazas naturales (Chardón 2004)
En lo interno, el examen de nuestra ciudad
supone partir de algunos presupuestos, entre los cuales señalo, para lo local,
tres: 1- no solo el modelo de expansión urbana y la contaminación hídrica
presionan la estructura ecológica del territorio y las áreas de interés
ambiental, sino también los conflictos de uso y manejo del suelo rural, donde
la potrerización se traduce en descontrol hídrico y pluviométrico, como
factores de erosión y movimientos de tierra; 2-que su zona industrial oriental
está mal ubicada cuando debe valorarse por su posición con respecto a los
medios de transporte ubicados al occidente; y 3- que su zona residencial de
excelencia castiga sus atributos estéticos y paisajísticos con el paisaje de
chimeneas. Y en lo externo, que mientras la urgencia de las megalópolis (el
caso Bogotá) es alcanzar la competitividad internacional y el manejo de
problemáticas de gran escala, y la urgencia de los pequeños poblados
articularse a un centro urbano de relevancia, la premura de las ciudades
intermedias, pequeñas como Manizales, Pereira y Armenia, o grandes como
Medellín y Cali, es llegar a conformar una ciudad región, lo que se logra entre
centros urbanos cercanos y de similar relevancia que complementen sus
economías.
Mientras la demanda hídrica continúe
expandiéndose, y la oferta se afecte por factores que no se detienen, como la
deforestación, la degradación de los ecosistemas, la expansión urbana y la
contaminación antrópica, el panorama del agua en la ecorregión, no es
alentador, máxime si se tiene en cuenta la amenaza del cambio climático y grado
de deforestación de las cuencas. Esto exige emprender acciones estratégicas
para enfrentar el riesgo hídrico que compromete el suministro de agua en las
tres capitales del Eje Cafetero, dado que las cuencas más comprometidas de toda
la ecorregión son las de los ríos Chinchiná, Otún y Quindío, cuyas aguas
contaminadas bañan los escenarios conurbados de las capitales cafeteras, donde
se concentran la población y el PIB regional. Para ilustrar la problemática de
la deforestación, en el caso de Caldas, según la CAR (Corpocaldas, 2015) en
2010, de 744 mil Ha, las coberturas verdes caldenses se distribuían así: 163
mil Ha en bosques (22%) y 265 mil Ha en cultivos (36%), contra 300 mil Ha en
pastos y rastrojos (40%); tres cuantías que en conjunto cubrían el 98% del
territorio.
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Ordenamiento y funciones urbanas
Imagen2: Subregión
Centro-Sur de Caldas (Caleidoscopios Urbanos), y Ciudad Región Eje Cafetero (Adaptado
de Wikipedia.org)
Esto es, cuando las funciones urbanas no
sólo se dan dentro de la ciudad sino también en la región sobre la cual ella
ejerce su influencia, Manizales debe resolver las graves deficiencias
estructurales de su modelo urbano-territorial, buscando ordenar el territorio,
para adaptarse al cambio climático y cualificar el medio citadino, y de paso,
fortalecer su vocación industrial y académica. Entre otros aspectos, la ciudad,
al estar en un territorio conurbado de facto, deberá sortear con acierto los
impactos crecientes de las dinámicas internas y externas que se van dando al
ritmo de los hechos metropolitanos que genera y que la alcanzan; primero por la
presión de un modelo de expansión urbana que, además de resolver la movilidad
con el abuso del automóvil en lugar del transporte colectivo, a pesar de una
tasa demográfica deprimida que no llega al 1%, trafica con la plusvalía urbana;
y segundo por la mayor proximidad suya a Pereira y Armenia gracias a la
Autopista del Café, y mañana por la posición media del conjunto urbano al que
pertenece por ubicarse sobre el eje de desarrollo Cali-Medellín, gracias al
avance de las autopistas en el Valle del Cauca y al brazo sur de las Autopistas
de la Montaña con Pacífico 3, que nos unirán con Cali y Medellín.
Ahora, cuando empieza a conurbarse el
occidente del país, de conformidad con lo que señala la nueva planeación urbana
para las ciudades intermedias, estas capitales cafeteras deben integrarse hacia
adentro y hacia afuera, para no palidecer; y la forma de hacerlo es creando las
áreas metropolitanas en cada capital, complementando sus economías y
desarrollando la movilidad mediante un sistema integrado de transporte
colectivo limpio que articule las áreas metropolitanas- donde el tren de
cercanías pasando al modo tranvía en las urbes tiene posibilidades-, para no
sufrir procesos de vaciado causados al competir entre sí y ejercidos por las
economías de los núcleos urbanos que
desde Cali y Medellín ya se acercan: así las cosas, nuestras capitales
cafeteras deberán fortalecerse en competencias diferentes y complementarias,
como son: la industrial y académica en Manizales, la comercial en Pereira, y la
del turismo de los parques temáticos en Quindío, para sacar en conjunto
ventajas en el eje Cali-Medellín.
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Conectividad y competitividad
Imagen3- Ferrocarril-Cafetero (Adaptado de ANI) -Red férrea-de
Colombia (SMP-UN Adaptado de Civiltec) y-Ferrocarril Interoceánico Urabá-Cupica
(SMP-UN)
Si el futuro de Manizales pasa por el
desarrollo de su sector productivo, soportado en la articulación de actividades
de investigación y desarrollo tecnológico con la academia, el SENA, los
empresarios y el Estado, igualmente la ciudad y el departamento deberán crear
condiciones excepcionales orientando esfuerzos tributarios y de estímulo para
los sectores productivos estratégicos más vulnerables rurales y urbanos,
aprovechando ventajas culturales y naturales del territorio, como también en un
Aeropuerto del Café grande que tenga “bancabilidad”, por ser necesario no solo
para el turismo sino también para una plataforma logística en el modo aéreo que
apalanque sectores afines a la naturaleza mediterránea de nuestro territorio
aprovechando su carácter biodiverso y pluricultural, y nuestra condición
geoestratégica en el centro económico de Colombia. Todo lo anterior obliga a
corregir los desaciertos de un ordenamiento territorial ambientalmente
conflictivo, donde las industrias de commodities y transformación deberían
ubicarse del lado de la hidrovía y el ferrocarril, mientras otras aparecen en
el paisaje contaminado propio de una zona industrial que, debiendo estar
pensada para la sociedad del conocimiento, ha tardado en emprender acciones
encaminadas a una mayor competitividad, donde impera la producción limpia,
intensiva en valor agregado y en el empleo de desarrollos tecnológicos.
El Ferrocarril Cafetero, proyecto de
infraestructura estratégica que articula la Hidrovía del Magdalena con el
Corredor Férreo del río Cauca, inscrito en el Plan Nacional de Desarrollo
2014/2018, es financiable con la salida de 30 mil toneladas diarias de carbón
andino de alta calidad (6000 a 7000 calorías por kg) a la cuenca del Pacífico.
Incluye el Túnel Cumanday de 42 km a 1250
msnm para cruzar la Cordillera Central mediante una línea férrea de 150 km
entre La Dorada y el Km 41, conformando un corredor de longitud suficiente para
lograr una pendiente no mayor del 3%, y dar paso a una ferrovía para
automotores utilizando la Transversal de Caldas. Si la cordillera Central de
Colombia, sólo se estrecha en La Línea-Cajamarca y en el sector
Guacaica-Guarinó, el Túnel Cumanday aprovecharía las rocas cristalinas y
estables del Stock de Manizales por el costado norte de Cerro Bravo, para
lograr un tunelado con autosoporte en una longitud importante, respecto a la
opción de cruzar por La Línea, donde los materiales son incompetentes y
problemáticos. El Túnel Cumanday para pasar del Guacaica al Guarinó, facilita
la integración del Altiplano y el Norte del Valle, que son los centros de
gravedad de las dos subregiones de la Región Andina de Colombia, donde se
genera el 70% de la carga y el 70% del PIB nacional.
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Epílogo
Imagen4: Conurbación
del Eje Cafetero (SIR 2002) y Sistema de Ciudades en Colombia (DPN 214)
Finalmente, los dos principales desafíos
para el crecimiento, no sólo de Manizales sino también a nivel del Eje
Cafetero, son: 1- Aprovechar las ventajas geoestratégicas del Magdalena Centro
y del Corredor del Cauca para integrar un sistema intermodal de transporte de
carga, que conecte la Región Andina con los mares de Colombia. Dicho sistema
debe contemplar la extensión del ferrocarril del Pacífico desde Buenaventura a
Urabá, y el ferrocarril interoceánico Urabá Cupica; 2- Dado que el turismo
puede generar cerca del 10% del PIB y del empleo, se debe apalancar el PCCC en
los atributos de la declaratoria de la UNESCO y en Aerocafé con alcance
transoceánico. 3- Para generar una revolución urbana, habrá que avanzar en la
creación de las Áreas Metropolitanas y en un sistema integrado de transporte
público como estrategia para conformar la Ciudad Región del Eje Cafetero; 4- Si
las opciones del territorio de cara al siglo XXI en la sociedad del
conocimiento pasan por las TIC, la Economía Naranja y la Biotecnología, se
deberán implementar, estrategias de integración regional para consolidar un
parque de desarrollo científico-tecnológico que permita desarrollar proyectos
estratégicos que integren a la academia, al sector empresarial y al Gobierno.
En relación con la amenaza del
calentamiento global, además de resolver la vulnerabilidad urbana relacionada
con la fragilidad de las laderas pobladas en zonas deprimidas, afectadas por
pasivos ambientales y problemáticas asociadas a la falta de infraestructura
social y productiva, también el sector agropecuario, para corregir el uso
conflictivo del suelo y reducir el gradiente térmico, deberá replantear el
modelo agroindustrial desde la perspectiva ecológica, empleando modelos
agroforestales y recuperando rondas hídricas, y restringiendo de igual manera
el sector ganadero para asegurar su manejo en áreas adecuadas con prácticas
silvopastoriles. En general, para los medios rurales, además de ponerle límite
a la expansión de la agroindustria de base química, protegiendo con ello ecosistemas
y culturas ancestrales, y de propiciar una reforma agraria para dotar de tierra
a comunidades que habitan en dicho medio, los actuales planes de desarrollo,
deberán fortalecer la conectividad digital e implementar no solo programas de
educación y formación acordes con las posibilidades del medio rural, sino
también las políticas de ciencia y tecnología previstas en los Planes de
Desarrollo Institucionales imbricadas con la cultura, para resolver la brecha
de productividad e ingresos que sume en la pobreza los medios rurales.
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Bibliografía
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Cátedra Permanente de Cultura Ambiental Empresarial y Ciudadana: DERECHOS DEL
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* Profesor de la Universidad Nacional de
Colombia Sede Manizales. http://godues.webs.com
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