23/5/08

La Universidad Pública en el nuevo escenario globalizado. Ed. RAC 468

Apreciados amigos de la astronomía:

Entre los debates que no se cerraron en la constituyente de Colombia está el de la universidad pública, para la cual la Ley 30 de 1992 aprovecha esa indefinición y abre la compuerta de su privatización. Hoy cuando la proporción de las instituciones de educación superior públicas a privadas, es de 3 a 7, sabemos que si la educación es un negocio atractivo, la mala educación lo es más. No habrá que hacer mucho esfuerzo para saber que la universidad pública en países del tercer mundo, es responsable de los mejores programas de pregrado y posgrado, y de la mayor proporción de la investigación científica y tecnológica del país; en el mundo desarrollado la historia es y puede ser otra. Estos aspectos mantienen su vigencia, dado el creciente proceso de masificación que se advierte en la educación superior y que se da en un contexto de internacionalización de la cultura y la economía, donde entran en juego variables como la evaluación, la acreditación, la educación virtual, la producción indexada... en el que las opciones laborales demandan mayores niveles de formación y donde la riqueza de las naciones surge del valor agregado en su productos.

Y no concluyó el tema en la Constituyente porque no se definió su misión general, si la prioridad de esa investigación científica patrocinada por el Estado, debería enfocarse a la ciencia y a la tecnología de punta, que no es del Estado, para mantener indicadores internacionales como el número de científicos con mayor influencia en la investigación científica mundial; o en su defecto a priorizar sus esfuerzos investigativos en las problemáticas de la patria y en el desarrollo de su potencial cultural y natural, lo que se traduce finalmente en la construcción y progreso de la Nación, que sí son responsabilidad del Estado.

Entonces ahora cuando la reforma del Estado en relación con la educación superior va optando por medidas como el subsidio a la demanda y no a la oferta, a saldar la deuda social en el sector antes que a expandir sus opciones de desarrollo, además de la contracción de la educación superior pública para ajustar la estructura de los gastos del gobierno conforme va quedando el sistema en manos del mercado, surgen esas crisis que muchos interpretan como un simple problema de orden público sin relación alguna con la política y la sociedad: entonces en el meollo del asunto gravita la ideología de una discusión que no es nueva.

Sin la universidad pública y por la magia de las fuerzas que mueven el mercado globalizado, evidentemente conoceríamos fragmentariamente nuestra historia, nuestra cultura y nuestra geografía, y mucho menos de nuestros recursos naturales donde tendríamos enormes deficiencias en la evaluación de nuestra oferta y demanda ambiental: el conocimiento de nuestra flora y nuestra fauna, por ejemplo, estarían más al servicio de las fuerzas del mercado antes que al de la Nación, y por lo tanto mantendríamos un escenario de Ciencia y Tecnología con limitaciones estructurales para resolver la dependencia tecnológica y el carácter primario de nuestra economía.

Desde el OAM, Gonzalo Duque-Escobar
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales/

Editorial de la Red de Astronomía de Colombia Circular RAC 468 de Mayo 23 de 2008