19/6/10

A MEDIO SIGLO DE COLOMBIA EN EL OIEA. ED. RAC 568



Apreciados amigos de la astronomía

Unas reflexiones de importancia para mirar a Colombia en su relación con América Latina y la geopolítica mundial, ahora que el país cumple 50 años como miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica, tras haber firmado en 1955 un tratado con EEUU para el desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos. Somos uno de los pocos países de la región que desde hace varias décadas cuenta con un pequeño reactor nuclear en operación, el IAN-R1 donado por EEUU y encomendado al Instituto de Asuntos Nucleares para la producción de neutrones con fines de investigación, en especial para los asuntos del Ingeominas.

Cuando veíamos con optimismo el acuerdo START (1990) cerrado en Washington entre los presidentes Bush y Gorbachov para reducir en un 30% los arsenales nucleares de EEUU y URSS de entonces, hoy veinte años después, el ingreso de nuevos actores interesados en la proliferación nuclear hace pensar que ésta siga siendo una de las mayores amenazas para la supervivencia y el ambiente. Si bien la energía nuclear nació con un fin claro: su uso militar, también en la otra cara de la moneda aparecen sus aplicaciones con fines pacíficos como en el transporte masivo de personas y mercancías, y en la generación de electricidad sin aportes de óxido de carbono a la atmosfera. Esto sin desconocer los riesgos ambientales por contaminación de residuos radiactivos y en caso de accidentes, que se suman al de los conflictos y acciones terroristas.

Dado que algunos países en desarrollo recientemente han dado pasos hacia la constitución de acuerdos para el uso de energía nuclear con otros países de mayor desarrollo, entre ellos algunos de la región, y que unas potencias emergentes avanzan con investigación en ciencia y tecnología nuclear, inevitablemente se logrará extender la capacidad a los nuevos escenarios de la nueva geopolítica mundial, más compleja y variada, y necesariamente deberá crecer la preocupación sobre las implicaciones por unos riesgos potencialmente catastróficos asociados a la amenaza nuclear, que podrían ser mayores dadas las dudas sobre la regulación internacional y el control de los organismos nacionales, máxime cuando los sistemas de seguridad frente al terrorismo han quedado al desnudo a partir de los ataques terroristas que tuvieron lugar el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Washington y Pennsylvania.

Desde el OAM, Gonzalo Duque-Escobar
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales
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Imagen: bandera de la International Atomic Energy Agency (IAEA)