10/10/10

UNA NUEVA SOCIEDAD, EL DASAFÍO PARA UN CAMBIO SOSTENIBLE.



Gonzalo Duque-Escobar

Con preocupación vemos cómo continúa desconociéndose la real causa del desempleo en Colombia al señalar otras que no son más que factores contribuyentes, lo que podría desorientar las acciones estratégicas necesarias para atender tan compleja problemática. Creemos que en el fondo de dicha situación subyacen otros factores que explican no solo el cambio en la estructura del empleo, sino también el surgimiento una nueva sociedad, y que es allí donde podemos jugar un papel definitivo como actores sociales en virtud de las nuevas condiciones asociadas al conocimiento como factor de producción.

Esto es: más allá del problema de la caída de las remesas del exterior cuyo impacto realmente afecta los niveles de consumo interno, o el de la aparición de las grandes superficies comerciales por su grave impacto sobre los pequeños negocios y la economía local, está la necesaria reconversión de unas industrias que ayer empleaban legiones de obreros, pero que hoy deben resultar cada vez mas intensivas en tecnología que en mano de obra para no desaparecer, por lo que en las nuevas circunstancias se reducirá y modificará el empleo al demandarse menor cantidad de personas con otras competencias laborales diferentes a la fuerza muscular y la destreza manual, como son la inteligencia social y la capacidad intelectual.

Es que gracias al progreso científico y al desarrollo tecnológico, se han favorecido ciertas tendencias como son la globalización de la cultura y de la economía, y la transformación de la esa sociedad industrial que se fortalecía en un Estado con sus políticas solidarias y de pleno empleo, en otra sociedad de tecnócratas, competitiva, fragmentada y agobiada por el mercado, donde el conocimiento, el liderazgo, el emprendimiento y la innovación, son parte fundamental de las nuevas competencias y el secreto de la fórmula.

En consecuencia, si queremos dar una respuesta sostenible a un desempleo que afecta al 20% de nuestra fuerza laboral y donde el 54% de la población económicamente activa vive del rebusque y en la informalidad, tenemos que dar saltos cualitativos y cuantitativos en materia de educación, para transformar y adaptar esa nueva generación de niños y jóvenes que han mutado del “logos”- como la razón inherente y la lógica de las cosas-, al “eros” -como el impulso creativo e innovador-, formándolos en valores y en C&T, pero no para el cambio, para la innovación y para el tener, sino en el cambio, en la innovación y en el ser, con pedagogías que hagan del jardín botánico, del museo, de la biblioteca y del taller, la extensión natural del aula y el espacio de discusión y reconocimiento de la persona y la sociedad.

Desde el OAM, Ed. RAC 583
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