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7/10/13

Subregion noroccidental de Caldas: dimensión social

Caldas: Histórico 1. Caldas en 1905. Fuente SMP de MANIZALES



Por Gonzalo Duque Escobar *


1- LA REALIDAD SOCIAL


La Subregión Noroccidental de Caldas, cuya orografía pertenece al sistema andino y se  establece en el cañón del Río Cauca, entre la vertiente occidental de la cordillera Central y la oriental de la cordillera Occidental de Colombia, comprende los municipios de Riosucio, Supía, Marmato, Filadelfia y La Marced. Limita con Antioquia por el Norte, con Pácora, Salamina, Aranzazu y Neira por el oriente, con Risaralda por el oeste, y con Neira y Risaralda por el sur. Para entrar al tema específico, veamos las generalidades de los cinco entes territoriales que la conforman.


Riosucio: fundado en 1819, cuenta con 57.220 habitantes, de los cuales 16.090 son de la cabecera y 39.036 rurales. Consta de dos corregimientos y cuatro Resguardos Indígenas: Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, Cañamomo y Lomaprieta, San Lorenzo y Escopetera - Pirza.


Supía: fundado en 1540, tiene una población de 24.847 habitantes, distribuidos en 11.935 para la cabecera y 12.912 para las áreas rurales. Sobresalen el corregimiento de Hojasanchas, la vereda de Guamal como asentamiento de comunidades negras que data de 1.749, y los asentamientos indígenas de La Trina y Cauromá.


Filadelfia: fundado en 1850, posee una población al año 2009 aproximadamente de 12.400 habitantes. El municipio tiene 6 corregimientos: Samaria, San Luis, La Paila, El Pintado, El Verso y Morritos. También cuenta con el asentamiento indígena de La Soledad.


Marmato: fundado en 1537 donde hoy queda el corregimiento de San Juan, posee una población de 8.175 habitantes (2005). En este municipio objeto de una reubicación, en la que el centro histórico se pretende abandonar y sus pobladores establecerlos en la vereda El Llano, se encuentran las famosas minas de oro de Marmato y Echandía en explotación desde 1537, las cuales constituyen un distrito minero de aproximadamente 25 Km2.


La Merced: corregimiento de Salamina hasta 1910, es erigido municipio en 1973. Cuenta con 6.752 habitantes (2005), de los cuales 2.229 están en la cabecera y 4.523 en las zonas rurales. Presenta un importante centro poblado en la Felisa y 4 caseríos: Buenos Aires, La Argentina, San Martín de Porres y Travesías.


Nota: información de la Web oficial de cada municipio, complementada con otra extraída de Wikipedia.


1.1- Capital social.


Entre los diferentes grupos humanos del territorio, sobresalen tres grupos primarios: las etnias indígenas y afrodescendientes históricamente sometidas, marginadas o discriminadas, y las de origen europeo que siempre han ostentado los beneficios del poder político y económico. Hoy, a pesar del mestizaje a lo largo del tiempo, existen grupos raizales de indígenas y afros, que requieren reconocimiento.


De las etnias indígenas a su vez, participan dos comunidades con lengua propia: la Embera procedente del Alto Atrato, y la Umbra nativa del lugar y presente en el sector de Bonafont. La población afrodescendiente constituida por negros y mulatos, procede de los esclavos traídos por los españoles durante la Colonia a laborar en las explotaciones mineras locales[1]. Y las comunidades blancas de ascendencia europea, hacen presencia desde la conquista y la colonia en los poblados coloniales fundados desde el siglo XVI, y en las cabeceras que surgen del proceso de la colonización que llega de Antioquia en el siglo XIX.


Desde la perspectiva sociológica, el concepto de Capital Social como variable que mide la colaboración de estos grupos, no solo de cara a la solución de sus problemáticas socioambientales sino también para el aprovechamiento de sus oportunidades, permite afirmar que existen grandes potencialidades intra-grupales. Esto, gracias al nivel de identidad consolidado por los indígenas mediante su organización en la lucha por los resguardos de Riosucio, al sentido de supervivencia forjado durante la esclavitud en la minería por las comunidades negras o mulatas de Marmato y Guamal (Supía), y a la organización de los colonos, resultado del proceso de lucha por el derecho a la tierra y de la consolidación de su peculiar modo de producción, que se alcanza al conformar el gremio cafetero (1927).


Estas características deben servir para construir en conjunto, a partir del trabajo y la confianza institucional, la identidad del territorio y el reconocimiento de las etnias, mediante el diseño de políticas públicas que permitan soportar proyectos de economía rural y artesanal en sectores estratégicos, como los cafés orgánicos y paneleros, y la minería artesanal de socavón, ya para la extracción del oro, ya para la del carbón, como de artesanías con identidad cultural según los diferentes grupos y de una oferta de servicios culturales y ambientales, por ser estos los principales renglones económicos de dichas comunidades en este territorio.


Un alto porcentaje de la población afrocolombiana en el Departamento de Caldas, está ubicada en los Municipios de Marmato y Supía, donde participan con un 51.5% y 18.0% de su población respectivamente, y donde ambos grupos suman 9.300 habitantes[2]. En cuanto a la población indígena, en la Tabla 1, se enuncian los 10 resguardos de Caldas, con número total de pobladores y hogares:




 Tabla 1-RESGUARDOS
CAUROMA
LA TRINA
SAN LORENZO
LA MONTAÑA
CAÑAMOMO  LOMAPRIETA
PIRZA Y ESCOPETERA
ALBANIA
TOTUMAL
LA SOLEDAD
TOTALES
TOTAL PERSONAS
54
46
46
43
50
46
57
47
49
438
TOTAL HOGARES
10
10
10
10
10
10
10
10
10
90



De lograrse esta meta, el incremento del capital social podrá evaluarse por los resultados materiales e inmateriales, expresados no solo en proyectos productivos, sino también ambientales, y de variables comparativas relacionadas con indicadores sociales entre grupos étnicos, dado que las etnias indígenas y afro muestran los indicadores más desfavorables.


1.2- Patrimonio cultural.[3]


Son dos los grandes escenarios de este territorio conformado por los cinco municipios del noroccidente de Caldas: el de la colonial provincia de Marmato ubicada al oeste del río Cauca, y el de la provincia del sur de Antioquia, por la vertiente este de dicho río. En consecuencia, para valorar este patrimonio, habrá que tomar como referentes a Riosucio y Salamina, y hacer mención de Marmato.


A) Riosucio es el núcleo de artesanía folclórica más antiguo de Caldas: la tradición precolombina asociada a las parcialidades indígenas, se perpetúa en Cañamomo y Lomaprieta con la alfarería y cerámica de Portachuelo, en la Montaña con la cestería de bejuco de la Zulia y El Salado, y en San Lorenzo y la Montaña con esteras de enea y caña brava. El mestizaje ha generado por su parte artesanías en cogollo de caña brava como la sombrerería en Travesías y Pasmí en San Lorenzo, y en las tallas en palo de naranjo de Tumbabarreto. En la cabecera municipal de Riosucio existen talleres de talabartería, tallados y tejeduría de fique.


El Carnaval del diablo es la demostración de la cultura de un pueblo que se formó con la integración indígena, negra africana y blanca europea, manifestación muy especial que ha tenido representantes en todos los géneros de la creación artística y espiritual. El Carnaval bianual, es un extenso poema dramático y colectivo, escrito por “matachines” o carnavaleros locales.


B) Salamina, del otro lado del Cauca, como impronta de la gesta colonizadora que perdura a lo largo del tiempo, poblado de donde se desprende La Merced (1910) y cuyos atributos impactan también a Filadelfia, se constituye en santuario de nuestra arquitectura vernácula, enriquecida con suaves aires eclécticos de moderados rasgos durante las primeras décadas del siglo XX, consecuencia de la apertura económica y cultural asociada a la exportación del café.


En Salamina, los continuos de bahareque, se repiten por la desnivelada retícula urbana que cubre la colina, con sus casonas de teja de barro provistas de aleros para proteger sus cimientos y ofrecer confort al transeúnte. El atractivo de la aldea de clima primaveral, se percibe en sus balcones multicolores y corredores interiores de las viviendas solariegas, en un ambiente que se engalana con flores para resaltar portones adornados con incrustaciones talladas de madera y preciosos calados que dan testimonio del oficio de generaciones de artesanos lugareños.


Esta denominada "ciudad luz" de Caldas, que amerita declararse Patrimonio de la Humanidad, está bien posicionada en la cultura, gracias al Festival Departamental de Bandas de cada año, a La Noche del Fuego donde la navidad abre el telón con luces artificiales y velas encendidas calle por calle, a la tradicional Fiesta de la Inmaculada que se celebra desde hace más de cien años, y a otras festividades notables como las Fiestas del Aire y La Tarde de María La Parda.

  








Tabla 2 Calendario de Fiestas
enero
junio
julio
agosto
septiembre
Carnaval de Riosucio (Riosucio)
Fiestas de la Colación

Fiestas de la Municipalización

Encuentro de la Palabra (Riosucio)
Fiestas del Oro
Fiestas de la Inmaculada Concepción, Noche del Fuego

Fiestas del aire (Salamina)
Fiestas del Bizcochuelo (Filadelfia




C) Marmato merece especial atención: el emblemático municipio minero de Caldas, pasa por un proceso en el que tendría que conceder su patrimonio histórico y desmantelar la minería artesanal como actividad productiva de su esencia, dejando a cientos de mineros sin oficio, sin pasado y sin futuro, para dar paso a una actividad extractiva a gran escala que en algunas décadas arrasaría las reservas de oro del área estimadas en cerca de 9 millones de onzas troy.[4]


Las 43 Bandas Estudiantiles departamentales, tienen un espacio ganado en todo Caldas. Cada municipio y corregimiento, prácticamente posee una, lo que pone en evidencia la existencia de un proceso cultural asociado a la música en todo el departamento. En la subregión, tenemos: la banda de música de la Institución Educativa San Lorenzo de Riosucio Caldas, la banda de la Institución Educativa Filadelfia; la Banda del corregimiento San Juan en Marmato; la Banda Sinfónica Estudiantil La Merced Caldas adscrita a la institución educativa Monseñor Antonio José Giraldo Gómez, la Banda Sinfónica de la Institución Educativa Supía, y la de Marmato donde se ha tenido la tradición de contar con una Banda Estudiantil.


1.3- Las necesidades[5].


Veamos en este escenario las variables de esta Subregión, que también reflejan los aspectos relevantes de la pobreza de los pobladores de la provincia caldense.












Tabla 3- Subregión Noroccidente de Caldas. Población con NBI.  2011 (DANE)
Municipio
Personas
en NBI
 (%)
Personas en  miseria (%)
Compon Vivienda
 (%)
Compon Servicios
 (%)
Compon Hacinam
 (%)
Component Inasistencia
 (%)
Dependencia económica
(%)
Filadelfia
32,00
6,27
1,53
2,18
3,21
7,37
24,51
La Merced
32,89
8,28
1,39
2,92
10,92
3,04
23,74
Marmato
29,30
7,35
7,69
2,45
9,78
2,58
16,49
Riosucio
31,30
7,40
5,84
0,97
12,41
7,23
13,91
Supía
29,56
6,01
4,75
2,39
8,23
4,47
19,46
Caldas
29,18
6,16
3,22
2,42
9,00
4,15
18,18


     


Tasa de mortalidad infantil: el promedio de los años 2005 a 2008, es: Filadelfia 29,9%, Supía 29,0%, La Merced 23,6%, Marmato 20,5% y Riosucio 19,4%.


La cobertura de SSPP: el promedio para las viviendas en la subregión, al 2005, es: Energía eléctrica, las cabeceras con 99,0% y el resto 94,5%; Alcantarillado, las cabeceras 95,0% y el resto 54,8%; Acueducto, las cabeceras 96,9% y el resto 73,8%. Sin energía eléctrica, alcantarillado y acueducto, las cabeceras 0,3% y el resto 2,4%.


Seguridad: en la pasada década fueron notables dos focos de actores armados en la subregión, los paramilitares por el sector oriental del alto Cauca caldense donde ejerció presencia el bloque Cacique Pipintá, estructurado sobre la base de redes del narcotráfico con tradición en la región desde los años 2000. Y la guerrilla por el sector occidental, a donde el frente 47 de las FARC proveniente de Antioquia, llega en los años noventa y donde posteriormente se ubica el frente Aurelio Rodríguez. También el frente disidente del EPL, Óscar William Calvo, operó en esta fracción del noroccidente, desde 1990 hasta 2006.


Déficit cuantitativo de vivienda. De conformidad con el Censo 2005, municipio por municipio, este es el balance en unidades de vivienda, discriminado en su orden para cabeceras y zonas rurales: en Filadelfia de un Total de (3.254) viviendas, los Hogares en déficit son (95) y (1.000); en La Merced de un Total de (1.822) viviendas, los Hogares en déficit son (83) y (798); en Marmato de un Total de (2.033) viviendas, los Hogares en déficit son (231) y (988); en Riosucio de un Total de (9.633) viviendas, los Hogares en déficit son (437) y (2.100); y en Supía de un Total de (6.578) viviendas, los Hogares en déficit son (467) y (1.278). 


SISBEN por Niveles: al año 2009, el porcentaje de la población por cada municipio, en los niveles 1, 2 y 3, y en su orden, fue: Filadelfia (28,91), (57,68), (13,40); Las Merced (28,35), (59,52), (12,13);  Marmato (47,06), (47,62), (5,32); Riosucio (20,44), (37,74), (41,82);  y Supía (22,47), (59,25), (18,28).


Educación: al año 2003, los cinco municipios tenían una escolaridad promedio de la población de 4,5 años, y una tasa de analfabetismo funcional del 25%[6]. En cuanto a resultados de las pruebas saber, promediando 2005 y 2009, para el grado quinto, en lenguaje y en Matemáticas, el puntaje mayor lo obtuvo La Merced (55%) y (49%), mientras el más bajo Marmato (47%) y (44%); para el grado once, en Lenguaje, Matemáticas y Ciencias sociales, en su orden, el puntaje mayor lo obtuvo Riosucio en 2006 (48,2), Supía en 2008 (45,36) y Riosucio en 2008 (47,52); mientras los puntajes más bajos en esas tres áreas, lo obtuvo Marmato en 2007 (43,25), Filadelfia en 2009 (38,28) y Marmato en 2009 (41,23), en su orden.


1.4- Recursos institucionales.[7]


Entre las Organizaciones ambientales, Corpocaldas como autoridad ambiental, ha jugado un papel fundamental en todo el territorio, en temas propios de su misión para orientar a los entes territoriales en el marco de sus competencias, aunque los POT y Planes de Desarrollo deberían reflejar, además de competencias administrativas y políticas, los elementos culturales y principios colectivos, fundamentales del ambiente, con su base natural y el medio transformado, temas donde cuentan, además de la protección de los recursos naturales, la estabilidad del hábitat y la preservación del patrimonio cultural y urbano. Estos elementos ambientales, pueden definir la suerte y la historia de poblados como Marmato.


Adicionalmente, instituciones como las Sociedades de Mejoras Públicas están llamadas a conformarse a la luz de la Ley 1217 de 2008: aunque en Filadelfia esta ONG fue fundada por la SMP de Manizales a principios de siglo, y no logró despegar, existen hoy las SMP de Salamina, Pácora, Aguadas y Anserma, como puntales vecinos que pueden aportarle al territorio, urgido de organizaciones similares para velar por el patrimonio arquitectónico y los temas ambientales, como elementos clave para la preservación del Paisaje Cultural Cafetero.


Como organización ejemplar por su misión y el trabajo que ha desplegado, está el Comité Cívico Pro-Defensa de Marmato, creado para asumir la defensa del patrimonio de esta cabecera histórica, objeto de un traslado que busca darle viabilidad a un proyecto de economía extractiva, a costa de los elementos patrimoniales y de la cultura local.    


En el terreno cultural, la Corporación Carnaval de Riosucio no solo ha logrado posicionar este evento bianual como una de las fiestas más tradicionales de Colombia, sino también inspirar otros de tipo cultural en la Subregión, como el anual Encuentro de la Palabra en Riosucio y el de Escritores Danilo Cruz Vélez en Filadelfia.


En apoyo a las comunidades étnicas, cabe destacar el Centro de Capacitación e Integración Indígena Ingrumá, que con tres décadas de existencia desarrolla proyectos en bien de menores afectados por el conflicto armado, ya reinsertados, gracias al apoyo del ICBF y de la ONG Organización Internacional para las Migraciones.


Igualmente, resulta notable el rol del Consejo Regional Indígena de Caldas (CRIDEC), trabajando en pro de la defensa del territorio y de los derechos individuales y colectivos de decenas de miles de miembros de la etnia Embera Chamí, presentes en 8 municipios de Caldas.


Ahora, en el caso de las comunidades afrodescendientes, preocupa la dispersión de esfuerzos, consecuencia del elevado número de organizaciones, tal cual se infiere de la siguiente lista:


Semar, Subdirectiva Educal - Marmato

Jac - Tejar, Junta de Accion Comunal Vereda El Llano - Sector El Tejar

Jamunal, Junta De Acción Comunal - Vereda Guamal - Supía

Asomimarmato,  Asociación de Mineros de Marmato

Grimanez, Asociación Amigos del Llano, Marmato

Junta de Acción Comunal Central Urbana Marmato

Asojomar, Asociación de Joyeros de Marmato

Afrosupia, Atrio Iglesia de Marmato

Afropalmasola, Asociacion de La Vereda Palmasola de Supía

Afrosucal, Asociacion de Supia y demás municipios de Caldas

Afrosemillas, Asociacion Afro de la Vereda La Pava, Supía

Asociación de Negritudes de Guamal, Supía.


En el terreno institucional, Asofelisa como estrategia de organización de los cinco entes territoriales de esta subregión, se crea con una visión anticipada de la LOOT, al proponerse objetivos de planificación y desarrollo concertado. Evidentemente, habrá que rediseñar las acciones de esta organización a la luz de la nueva Ley del Ordenamiento Territorial 1454 de 2011, para acceder al centralizado presupuesto nacional buscando encontrar el apalancamiento financiero de los proyectos, mediante herramientas como los Contrato Plan.


De conformidad con la vocación de cada municipio, además de las tradicionales instituciones que históricamente han estado vinculadas al sector productivo en la provincia caldense, caso Federación Nacional de Cafeteros con sus correspondientes Comités departamental y municipales, las Cooperativas de Cafeteros y Almacafé, están otras, como:


Frugy y Alpina con la planta de Chinchiná interesadas en capitalizar el potencial de la cadena productiva de frutales en la Ecorregión.


Lácteos Montealegre, Centrolac, Celema, Colanta, Normandy, Leche San Félix, Multilácteos San Félix, como empresas transformadoras de lácteos, vecinas a Caldas


Fedegán o la Asociación Colombiana de Porcicultores, ambas en proceso de desarrollo y expansión para entrar al primer eslabón de  la cadena de cárnicos, que comprende la cría y ceba del ganado vacuno y porcino.


Las Centrales de Sacrificio que se han ajustado al Decreto 1500 de 2007, y empresas como Frigocentro Manizales y otras aplicadas al sacrificio, corte, congelación, transporte y comercialización de carnes, o a la elaboración de subproductos.


Riosucio: Si bien la economía riosuceña históricamente estuvo constituida en la minería del oro, y complementada con la extracción de carbón, se basa hoy en la agricultura, con el café como principal renglón, seguido por la caña panelera, plátano, y otros cultivos, como frutales, fríjol, yuca y productos de pan coger. Cuenta este municipio con establecimientos educativos como el Instituto Cultural de Riosucio, donde se maneja el emprendimiento y la componente comercial y financiera de proyectos agroindustriales.  


También la Cooperativa de Paneleros del Municipio (COOMAR), que vela por un producto 100% natural elaborado con buenas condiciones higiénicas, y merece fortalecerse, al igual que el proyecto de café especial La Vereda producido por caficultores de la comunidad indígena Embera Chamí.


Supía: La economía de este municipio está en gran parte soportada por el café, la caña de azúcar, el plátano y la explotación minera, otrora eje de su economía. En el área de influencia del Centro Educativo Bajo Sevilla, existe explotación minera aurífera. Igualmente los establecimientos educativos en general tienen perfil agropecuario, y el municipio se beneficia de convenios con algunas universidades, caso la Universidad de Caldas, con el Sena y Confamiliares de Caldas. La Cooperativa Integral de Productores Paneleros de Supía Ltda., resulta de significativa importancia como organización de economía solidaria. Adicionalmente, existe la empresa de café La Quiebra, un modelo útil para socializar con el sello ambiental de café sostenible Rainforest Alliance Certified.


Filadelfia: La economía local depende fundamentalmente de la agricultura, con productos como café, maíz, caña de azúcar, plátano y pan coger, y de la ganadería aunque la Escuela Rural El Pintado, reporta la pesca como actividad de la región. Existe coherencia entre los programas agropecuarios y agroindustriales de las instituciones suprarregionales, y se destaca el laboratorio de derivados lácteos de la Escuela Antoneladasio Nariño. Igualmente cuenta con la Asociación de Paneleros y Productores de Caña de Filadelfia.


Marmato: La explotación del oro está ligada a la economía, el empleo y la historia misma del municipio, mientras en el sector agropecuario el producto con mayor mercadeo es el café, seguido por plátano y panela. Sobresale la Escuela de Minas como proyecto de alto valor estratégico, cuyos altibajos responden a factores tan complejos como la ausencia de políticas públicas en beneficio de la minería artesanal. Los PEI de  los colegios El Llano y Rafael Pombo, contemplan la agroindustria y el sector agropecuario.  


La Merced: La economía del municipio es eminentemente agropecuaria, el 25% de las tierras están dedicadas a la agricultura y el 75% a la explotación pecuaria. Los productos más destacados son: café, caña panelera y plátano, pero aparecen frutales, hortalizas, maíz y frijol. En la subsede San José del Centro Educativo Llanadas, se reporta el cultivo de tabaco. Varias instituciones educativas contemplan un PEI con orientación agroindustrial y hacia el sector agropecuario, además de convenios con la Universidad de Caldas, el Sena, Confamiliares y el Comité de Cafeteros. En cafés especiales, ASPROCAFE viene liderando desde 2010 los procesos de producción, en el marco de una organización de pequeños productores.



2. INTERPRETACIÓN DEL DIAGNÓSTICO


2.1. Valoración situacional[8]


Medio ambiente y gestión del riesgo: el caso de Marmato, expresa una doble problemática; de un lado la de unas políticas públicas inconsecuentes con el medio ambiente y los derechos de nuestras comunidades étnicas, que abandonados a la suerte han quedado a merced del mercado, y del otro el deterioro del medio ambiente expresado en la contaminación del agua y desestabilización del suelo urbano, consecuencia de prácticas mineras irresponsables que contaron con la permisividad y abandono institucional, a lo largo de décadas. 


Igualmente, en los escenarios del agro, la deforestación de cuencas al arrasar los bosques de galería y de las cuencas abastecedoras de agua, para proveer de madera la actividad minera, además de la pérdida del sombrío y del uso generalizado de productos de base química, atentan contra la biodiversidad y la salud del suelo y del agua.


Esto obliga a pensar en una reconversión estructural de los procesos productivos, para resolver los agudos conflictos entre aptitud, uso y manejo del suelo en el lugar, y de paso a atender las demandas ambientales que impone la necesaria adaptación al cambio climático.


Brecha de ingresos: En 2007 Manizales concentró el 70% del PIB de Caldas. Igualmente, la concentración del PIB en el medio urbano colombiano, anuncia una brecha de productividad que se expresa en inequidad de ingresos entre ciudad y campo, consecuencia de la falta de políticas que propendan por la articulación a fondo de los factores de producción en el agro. Además, los ingresos de los subsectores rurales, por haber sido el comodín de los TLC, caerán entre un 25 y 50 por ciento.[9] 


Políticas públicas: Son dos los macro-sectores que deben ser objeto de políticas públicas en esta subregión, para que puedan prosperar instrumentos clave como los Distritos Agroindustriales de Caldas y la Escuela de Minas de Marmato. Uno, las políticas públicas para el sector rural, y dos las políticas públicas para la minería artesanal.


Mientras el monocultivo de café sin sombrío responde a un modelo agroindustrial, la caña panelera y los cafés especiales pueden avanzar en un escenario productivo amigable con el ambiente, como es la producción rural y artesanal, que obliga a reestructurar las políticas agropecuarias perversamente diseñadas para negociar los TLC favoreciendo la agroindustria a costa del desarrollo campesino.


Y en el caso de la minería, donde las actuales políticas públicas del sector están orientadas a fortalecer un enclave de economía extractiva, desestructurando el ancestral territorio caldense y desmantelando su minería artesanal. Esta agenda deberá partir del reconocimiento de las comunidades étnicas, y de la implementación de una actividad minero artesanal, que le apunte a la transformación del preciado metal, expresando los bienes artesanales con los íconos y elementos propios de la cultura Umbra.


Si la agroindustria se fortalece implementando la metodología de los clúster, la producción rural y artesanal obliga a estrategias soportadas en políticas de ciencia y tecnología, organización de pequeños productores para el control y desarrollo de cada eslabón de la cadena productiva, incorporación de valor agregado, creación de un nombre de marca fundamentado en elementos de la identidad cultural, fortalecimiento del tejido social, certificación de procesos, apoyo institucional y medios para la conectividad integral (vial e informática)


2.2. Análisis tendencias


La situación desfavorable señalada en la Tabla 2 sobre NBI, que refleja el nivel de pobreza a través de variables como vivienda, servicios sanitarios, educación básica e ingreso mínimo, explicada por factores como la inequidad, la brecha de productividad e ingresos o la concentración del PIB caldense en la capital[10], también se constituye en factor fundamental de expulsión de la población de la subregión, hacia los principales centros urbanos del occidente colombiano y la capital del país.


Como desafíos fundamentales para la subregión en la Dimensión Humana y Social, urge ubicar a las personas en el centro del desarrollo: para el desarrollo rural y en general de esta provincia caldense, la inequidad y la pobreza, la carencia del sistema de salud, la brecha educativa, de productividad y de ingresos, y el desempleo, son entre otros los temas centrales[11].


Los presupuestos del Estado colombiano destinados a la salud, responden a políticas públicas que favorecen el mercado y privatizan los recursos, pero que transforman al paciente en mercancía, desmantelan los mecanismos de solidaridad y alejan a las comunidades pobres de sus beneficios, a costa de la salud y de la vida.


Si bien la agroindustria cafetera resulta relevante en Caldas, la economía en la subregión también presenta profundas barreras de movilidad y conectividad rural, en especial para las zonas rurales más alejadas de la troncal de occidente. El cambio climático y la centralización de los presupuestos en el ente Nacional, sumada a la precariedad de los recursos municipales, permiten inferir el paulatino deterioro de la red terciaria en la subregión, y con ella la afectación de la movilidad y por lo tanto las pérdidas en la  economía rural. El mantenimiento de esta red vial, cuesta entre $500 y $1000 millones por año y por municipio.


En lo ambiental, el eje cafetero y con mayor razón esta subregión, es un gran jardín donde la cobertura forestal supera el 50% del área territorial y las zonas de uso agropecuario cerca  del 40%, resultando las zonas pobladas con menos del 5%.  Aunque los centros poblados son una fracción mínima reducida, también son los mayores vectores de contaminación del territorio. En Marmato, la actividad minera ha sido históricamente el primer escenario de afectación paisajística y de contaminación severa de aguas. Allí, además de las amenazas naturales propias del trópico andino, la mega-minería que amenaza los ecosistemas andinos y el agua en toda la alta cordillera, hace lo propio  con el patrimonio cultural del occidente caldense en Marmato – Riosucio.


En esta nueva sociedad del conocimiento, la estructura del empleo ha cambiado: ya no depende de habilidades manuales y de fuerza muscular, sino de competencias sociales e intelectuales. La profunda crisis de valores y del empleo, se relacionan con un modelo educativo anacrónico y aburrido que no desarrolla el talento humano y con el bajo nivel de escolaridad que en la ciudad apenas supera los 10 años y en el campo los 4 años. Además de priorizar ciencias, matemáticas y lenguaje, deberán tener similar relevancia las humanidades, el arte, la cultura, la música y el desarrollo del cuerpo. Igualmente, el currículo deberá contextualizarse con una oferta que exprese la identidad cultural de la provincia y se fortalezca con las TIC[12].



3. ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN


3.1. Fase prospectiva


Evidentemente, se trata ahora de presentar los escenarios deseados para dar respuesta a las problemáticas socioambientales de la subregión y aprovechar su potencial natural y cultural.


La problemática socioeconómica:


Urge priorizar la formación de capital social sobre el crecimiento económico, para fortalecer la paz, la solidaridad y la ruralidad en el territorio. Ni se ha saldado la deuda histórica con los grupos étnicos, ni se aprovecha su enorme potencial  cultural en beneficio propio, de los habitantes del territorio y de la caldensidad como aporte al proyecto de Nación.


La problemática socioambiental obliga a un nuevo modelo educativo que haga viable la generación de empleo, la reconversión productiva del sector agropecuario, y las estrategias de CT&I y Cultura para cerrar la brecha de productividad.


La profunda crisis de valores y del empleo, se relacionan con un modelo educativo que no desarrolla el talento humano y con el bajo nivel de escolaridad. Además de priorizar una educación propia, debe tener relevancia la educación orientada al contexto socioambiental del territorio.


Deben re-emprenderse las acciones para la declaratoria de Salamina como Patrimonio de la Humanidad, en el marco del PCC, e impulsarse desde Asofelisa el aprovechamiento del corredor del Cauca como nodo logístico para un puerto seco y para el impulso de industrias químicas de base minera.


La problemática ambiental:


Aunque los centros poblados son una fracción reducida del territorio, también son sus mayores vectores de contaminación. El caso de  Marmato, obliga a acciones  y consideraciones estructurales.  La mega-minería amenaza los ecosistemas andinos y el agua en toda la ecorregión, además del patrimonio cultural del occidente caldense. La minería ilegal, igualmente amenaza las terrazas del Cauca y con ellas la pérdida de la banca del ferrocarril, fundamental para el Tren de Occidente.


Como principio debe plantearse que mientras el oro y el carbón como  recursos pueden ser explotados, el agua y la biodiversidad son un patrimonio que debe preservarse. Urge el ordenamiento de las cuencas, como acción de adaptación al cambio climático, para asegurar el suministro de agua potable y preservar los frágiles ecosistemas.


A continuación los objetivos que permiten configurar los escenarios deseables, de conformidad con esta visión de las problemáticas y potencialidades del territorio.


1) Un objetivo común debe ser la construcción de un territorio de paz, multiétnico, pluricultural, de participación y convivencia, lo que obliga a construir acciones estructurales para una solución al tema del conflicto armado,

2) Debe abordarse un plan para lograr la consolidación de ese territorio, como una región integral y sostenible, partiendo de estrategias de desarrollo agrario, minero y turístico, ajustadas a su vocación.

3) Habrá que soportar en los elementos de la cultura, el necesario posicionamiento de una producción integral y sostenible de bienes y servicios ambientales, con identidad propia.

4) Se deben implementar procesos de participación ciudadana con presencia efectiva de las comunidades de base, para la construcción de región y el ordenamiento del  territorio.

4) Parece conveniente fortalecer a Asofelisa como gestor de la integración social, cultural, económica y política de los actores estratégicos del territorio para  la construcción social de la región.

4) Deben desarrollarse procesos de crecimiento económico sostenible, a través de la agroindustria y de la producción rural, de  cara al autoabastecimiento y a las exportaciones.

5) Se requiere Impulsar procesos culturales, educativos y de la ciencia y la tecnología, apropiados  y con énfasis en medio ambiente, mediante alianzas entre universidades, organizaciones sociales, gobierno y empresas para el desarrollo.

6) Finalmente, resulta necesario orientar la gestión forestal, su uso y conservación, priorizando la disponibilidad del patrimonio hídrico y la biodiversidad, generando conciencia sobre su importancia.


3.2. Vocaciones[13]


La Subregión noroccidental caldense, es reconocida desde la Colonia por su vocación minera asociada a su enorme potencial aurífero: en el Siglo XIX cuando la Nueva Granada generaba cerca del 40% del oro del mundo, Quiebralomo aparecía como la primera mina del orbe. Igualmente, la Misión Boussingoult (1822-1836) al centrar su interés en el oro y la plata de Marmato, Supía y Riosucio, subraya ese carácter del territorio. Hoy frente a la amenaza de desmantelar el patrimonio material e inmaterial de Marmato, la propuesta debería ser una apuesta por una minería artesanal y limpia, nutrida de los íconos de la cultura Umbra levantados por los etnógrafos Guillermo Rendón y Anielka Gelemur, incorporados en su valor agregado. Este enfoque que no recogió el Plan Minero de Caldas, obliga a replantear las actuales políticas mineras del departamento y del país, orientadas a fortalecer la megaminería.


De otro lado, las principales opciones agropecuarias del noroccidente, de conformidad con lo consignado en el balance de los principales renglones del sector productivo señalados, parecen ser la caña papelera, el café, el plátano y los productos de pan coger. Si bien el café como tal responde a un modelo agroindustrial, la caña panelera y los cafés especiales pueden avanzar en otro escenario productivo, como lo es el de la producción rural y artesanal, tema que obliga a subsanar las deficiencias de las  políticas sectoriales centradas en la agroindustrial y opacas al desarrollo rural.


Como fundamento, mientras la agroindustria se debe fortalecer implementando la metodología de los clúster, la producción rural y artesanal obliga a estrategias diferentes, que empiezan por la organización de los pequeños productores y el control y desarrollo de cada eslabón de la cadena productiva, pasando por la incorporación de valor agregado con identidad cultural y la certificación de los diferentes procesos; todo esto, debe incluir el apoyo institucional y el fortalecimiento del tejido social.


La  nutrida presencia de comunidades indígenas y afro que permiten reafirmar la mayor proporción poblacional de estas etnias en Riosucio, Supía y Marmato, de un lado, y el valor estratégico del Paisaje Cultural Cafetero como instrumento de desarrollo integral de la ecorregión cafetera, centrando el interés en Salamina como atractor estratégico, del otro, son dos factores fundamentales que hacen viable el fortalecimiento del bioturismo en la subregión, partiendo de elementos estructurales tales como el Carnaval del Diablo, el Encuentro de la Palabra y el Encuentro de Escritores Danilo Cruz Vélez, amén de Ferias y jolgorios ya mencionados.


Esta agenda deberá partir del reconocimiento de las comunidades étnicas, de un programa de redistribución de tierras y ampliación de resguardos, de educación propia y valoración de la etnomedicina, e inclusión de otros valiosos activos culturales como la cultura Umbra.


Adicionalmente, la convergencia de vías principales en la Felisa: el Tren de Occidente y el ramal sur de la Autopista de la Prosperidad, ambas en curso, además de la carretera de Occidente (1939) y de la Transversal de Caldas fortalecida por el Plan 2500, como principales corredores de conectividad de la Subregión, facilitan el desarrollo de un nodo logístico y un escenario propicio para industrias químicas de base minera, implementadas a partir de algunos de los perfiles de proyectos propuestos para Caldas por Gabriel Poveda Ramos: es el caso del carbón licuado transformando productos de los yacimientos del Carbonífero de Antioquia que se extienden desde Riosucio por Quinchía y Caramanta, aún por evaluarse.


3.3. Plan de acción


La Etnografía Caldense, compuesta por mestizos y blancos (93,16%), amerindios o indígenas (4,29%) y por negros o afrocolombianos (2,54%), muestra en el alto occidente una subregión panelera y minera, que es reconocida como tierra de resguardos y negritudes: en el oro de Marmato, Supía y Riosucio existe más novela y poesía que en el café.


También comprende, en el territorio de La Merced y Filadelfia, un fragmento del Paisaje Cultural Cafetero que exige articular estrategias de desarrollo a partir de Salamina, como principal referente patrimonial de la arquitectura vernácula de la colonización antioqueña, en la zona cafetera colombiana, para aprovechar la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, hecha por la Unesco.


Para la construcción participativa de una agenda de desarrollo, las propuestas en la dimensión social,  podrían focalizarse en el contenido de dos subsistemas, así:


A) Subsistema Socio – Cultural

Capacidades en desarrollo humano: programa de educación propia especialmente en Riosucio y Supía para las etnias indígenas, y en Supía y Marmato para las afro, y una reforma educativa que desarrolle el talento humano y que se contextualice con las características naturales y culturales del territorio.


Competencias para el desarrollo: Implementar programas de Ciencia y Tecnología, imbricados en la cultura local, para cerrar la brecha de productividad en la ecorregión a partir de la transformación de sus recursos naturales y culturales. La Escuela de Minas de Marmato, la Escuela de  Artesanos del Bahareque en Salamina y una Escuela de Artesanos Embera en Riosucio.


Acceso a oportunidades de desarrollo: reconocimiento de los grupos étnicos indígenas y afrodescendientes ancestrales y desarrollo de un programa de ampliación de tierra en resguardos y de áreas mineras y tierras de cultivo para dichas comunidades afrodescendientes e indígenas, preestablecidas.


Identidad y apropiación: Fortalecimiento de la identidad cultural y el rescate del patrimonio material e inmaterial de las comunidades indígenas y afro de Riosucio, Supía y Marmato. Fortalecer el sentido de pertenencia y empoderamiento de los procesos de transformación del hábitat mediante una planificación participativa que propenda por la construcción social del territorio. Liberar el territorio de las consecuencias nocivas de un eventual enclave minero, haciendo viable una minería artesanal, limpia y de valor agregado. Trazar mecanismos para fortalecer los productores artesanales de panela y café, blindándolos de los efectos de los TLC, y de las consecuencia de las políticas agrarias que exponen la economía rural.


B) Subsistema Institucional Político

Gobernabilidad: Mejorar las condiciones y capacidades locales para tomar las mejores decisiones propias, y mantener el rumbo del desarrollo.


Gobernanza: Fortalecer el tejido social promoviendo el desarrollo de las organizaciones de la sociedad civil y el liderazgo colectivo en las comunidades locales.


Autoridades Ambientales: Redefinir el modelo general de ocupación del territorio con criterios ambientales y sociales, para resolver los conflictos entre uso y aptitud del suelo, e implementar programas de reconversión productiva y planes de manejo ambiental, con el concurso de los actores estratégicos del territorio. 


Análisis de actores: El sector minero debe organizar a los pequeños mineros y viabilizar la minería artesanal; el sector gubernamental debe crear el distrito minero de occidente y con el concurso de la academia, articular los distritos agroindustriales a las principales opciones agropecuarias del territorio, pero de cara a las organizaciones de pequeños productores y no de los PEI escolares; el sector cafetero debe viabilizar la producción de cafés especiales, certificados ambientalmente y fortalecer la diversificación; el sector panelero debe reestructurarse como organización y en sus aspectos tecnológicos; el sector turístico debe impulsar los programas de su oferta en el marco del Paisaje Cultural Cafetero y del calendario de fiestas y jolgorios locales, el sector cultural, debe propender por el desarrollo de la identidad y de los íconos culturales.  


Manizales, 07-10-2013.


* Profesor de la Universidad Nacional, Socio de la SMP de Manizales y Miembro del CROT de Caldas.


FUENTES


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Duque Escobar, Gonzalo and Ortiz Ortiz, Doralice (2009) Plan de ordenación y manejo ambiental cuenca del río Guarinó: fase prospectiva. Reporte técnico. Corpocaldas, Manizales. - http://www.bdigital.unal.edu.co/1696/ 

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[1] El carácter amable, pujante y laborioso del cafetero, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/6731/
[2] Documento Caracterización De La Comunidad Afrocolombiana En Caldas, Convenio Gobernación De Caldas Corporación Colombia Actuando. Documento suministrado por la S.P. de la G. de Caldas, sin fecha.
[3] Información obtenida de Wikipedia, La Enciclopedia Libre.
[4] El Espejismo de Marmato, por Alfredo Molano Bravo/ Especial para El Espectador. 01/10/2011. http://gduquees.blogspot.com/2011/10/el-espejismo-de-marmato.html
[5] Carta estadística de Caldas 2010-2011. Secretaría de Planeación. Gobernación  de Caldas
[7] Análisis de la agroindustria caldense y sus Perspectivas de desarrollo. Cardona C.A.; Orrego C. E. Tamayo J. A. U. N. de Colombia, Manizales, 2010.  
[8] Temas cívicos para agendas de desarrollo regional, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/724 0/ 
[9] Cátedra Manuel Ancízar. Tierra y Territorios en Colombia. Sesión 11: Globalización, libre comercio y desarrollo
Rural. Universidad Nacional de Colombia.13 de mayo 2011.
[10] Con relación al PIB departamental, Manizales genera el 71%, Chinchiná el 4,2%, La Dorada
3,3%, Villamaría 2,2% y Anserma 2%. IRDH Eje Cafetero, PNUD -CRECE.2004.
[11] Los programas de prevención de la drogadicción, la exclusión, la delincuencia y la violencia de género, deben entrar.
[12] Un nuevo modelo educativo, en: http://godues.wordpress.com/2013/06/12/
[13] Un territorio forjado en oro y café, en: http://godues.wordpress.com/2013/09/30/