6/6/16

Construir sobre lo construido: El Edén




Por Gonzalo Duque-Escobar *

Si se cancela la inversión en el estratégico proyecto, al darse un reversazo que no parece sensato estaríamos repitiendo el error de la venta de Chec e Isagén, pudiendo obtener con sus ingresos un empréstito equivalente al valor de la inversión para el propósito que se desea, sin riesgo de un detrimento patrimonial.



En pasados días se hizo un foro en La Patria sobre las centrales hidroeléctricas de Caldas, y ante la noticia de que El Edén tardará hasta octubre para entrar en funcionamiento, la respuesta de Inficaldas fue que si el 1 de julio no entra a generar como era lo esperado, la Junta Directiva tomará una decisión sobre su participación accionaria, la cual se interpreta como apostarle a los hechos cumplidos para forzosamente exigir el retorno del dinero por incumplimiento de los constructores y así perder Caldas el mayor valor del activo. Es evidente que el departamento requiere recursos, por ejemplo para el Plan Vial que se ha valorado en $0.9 billones, y que se han señalado necesidades en vías rurales que nos integren, pero igualmente sabemos de la precaria hacienda  de Caldas, que ha estado en Ley 550.
En abril de 2014, Inficaldas rescató recursos del departamento por unas pocas acciones que tiene en CHEC, cobrando las rentas de una década atrás, los que se tradujeron en una inversión de la administración de Julián Gutiérrez para adquirir el 30% de El Edén, pequeña hidroeléctrica de 20 Mw a filo de agua en el río La Miel, adquirida a un costo inicial de $28 mil millones. La decisión se soportó en un estudio previo favorable que estimaba una tasa rentable para el proyecto, en un escenario futuro deficitario para el sector eléctrico, situación que se pudo ratificar año y medio después durante el pasado fenómeno de El Niño, cuando estuvimos a punto de sufrir las consecuencias de un apagón como el del año 1992.
El riesgoso “reversazo”, no parece sensato: si durante el estudio “Prospectiva Energética del Eje Cafetero” (Caldas Siglo XXI, CRECE 1991), al entrar a las cuentas regionales de Antioquia vimos cómo por ingresos los textiles se volvían centavos frente a la generación eléctrica, esto debería importarnos para las finanzas de Caldas, donde los aportes al fisco por La Licorera palidecen como consecuencia de la apertura económica. Habrá que invertir en el patrimonio hídrico en todas sus formas: durante 2008 su participación en el PIB de la Nación alcanzó el 10%, más un 3.5% adicional relacionado con el saneamiento básico. Además, para no mencionar la discutible venta de Isagén, ¿qué sentido tiene desmontar la senda de inversiones públicas en un sector tan estratégico a nivel global como lo es el energético?; ¿estaremos acaso repitiendo el error de haber vendido la CHEC en 2002, en lugar de haberla salvado y, con los ingresos que esta empresa pudo transferirnos, haber financiado luego el Plan Vial de Caldas?
Como el tema es complejo, quisiera invitar a que se abra un debate abierto, proactivo y colectivo, pero también con actores calificados sobre nuestras opciones de desarrollo hidroenergético, para tratar entre otros elementos, los siguientes: de reclamarse la participación accionaria de Caldas en El Edén por $30 mil millones, equivalentes a U$10 millones, si fuese para repartirlos en varias vías de nuestro departamento, dado que un fragmento carreteable es un proyecto incompleto, ¿qué beneficio se tendría destinando a vías estos recursos diseminando la inversión? ; y como la intención no es alimentar la maquinaria electoral, y la otra opción para que tenga algún sentido sería aplicar esos recursos a una vía fundamental en particular, preguntaría entonces, ¿cuál es esa vía y cuáles los beneficios del proyecto?
Aún más, de cara a la equidad como eje transversal del Plan de Desarrollo de Caldas 2016-2019, ¿cuál sería el costo de renunciar a una inversión estratégica en el oriente caldense, y de paso a un mayor valor de El Edén como consecuencia del procedimiento anunciado, sabiendo que una inversión en dicho sector energético tiene una rentabilidad sostenible a 50 años?, ¿y cuál el costo de cambiar activos promisorios en las finanzas departamentales, por vías que aunque importantes y necesarias, no nutren el fisco y exigen gastos de conservación? Con esta inversión estratégica de U$10 millones rentando U$ 0,5 millones anuales, podría conseguirse un empréstito a 30 años por una cuantía equivalente a 20 veces dicha anualidad, si la tasa en dólares es del 3%, y ahí tendríamos el equivalente a este valor para el fin que pretende Inficaldas, sin incurrir en un detrimento patrimonial. * Profesor Universidad Nacional de Colombia (Ref.: La Patria. Manizales, 2016-06-6) http://galeon.com/economiaytransportes  Imagen: PCH El Edén, proyecto de 20 Mw, en Caldas.
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