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Por Gonzalo Duque-Escobar*
Ha llegado
la primera nave a la cara no visible de la quinta luna más grande del sistema
solar, la Luna de la Tierra, único lugar más allá de nuestro planeta donde los
humanos han puesto su pie. La sonda Chang'e 4 con su vehículo explorador
equipado de cámara fotográfica, radares y espectrómetros, que fue lanzada a la
Luna el 8 de diciembre, luego de entrar en órbita elíptica el domingo 30 de
diciembre, auxiliada por el satélite Queqiao es conducida al suelo el jueves 3
de enero, según informó la Administración Nacional del Espacio de China. El
éxito del suave alunizaje en la cuenca Von Kárman, uno de los mayores cráteres
de impactos de la Luna en su Polo Sur, abre el nuevo capítulo en la exploración
espacial de China.
La Luna,
denominada en la mitología griega Selene, único satélite natural conocido hasta
1610 cuando Galileo Galilei descubre cuatro más orbitando Júpiter, por no
saberse de otro, al nuestro nunca se asignó nombre propio. Pero la Luna que
desde siempre ha fascinado a la humanidad e inspirado a escritores y poetas,
además de su vital importancia para nuestro ecosistema marino, para el clima
terrestre con sus estaciones y para la duración extendida del día, ha actuado
de escudo atrapando asteroides como el que causó la desaparición de los
dinosaurios en el Cretácico, hace 65 millones de años. Mientras Johannes Kepler
a finales del siglo XVI con su obra 'El Sueño”, en un apasionante escrito sobre
un viaje a la Luna crea la ciencia ficción, también Julio Verne a mediados del
siglo XIX, en su obra “De la Tierra a la Luna” se ocupa de los problemas que
hay que resolver para enviar un objeto a dicho satélite.
Gracias a la
Luna surgen los conceptos de semana y de mes, ambos fundamentales para los
calendarios, y por lo tanto para el desarrollo de las civilizaciones. La
comprensión de los fenómenos celestes referidos a la Luna, permitió integrar
las leyes que rigen el mundo sublunar y supralunar: Galileo desentraña su real
naturaleza al descubrir montes y cráteres; y Newton demuestra la naturaleza de
las mareas, valorando la fuerza gravitacional en el sistema Luna-Tierra Sol con
su Ley de Gravitación Universal. Además, la Luna fue fundamental para orientar
la navegación en los océanos y dar posición a las nuevas rutas y tierras
descubiertas.
Ahora,
respecto al origen de la Luna, básicamente son tres las teorías que lo tratan:
1. Que tanto la Tierra como la Luna son un sistema doble congénito, que surge
de la acreción de la misma masa de materia del Sistema Solar. 2. Que su origen
se debe a un cuerpo celeste de trayectoria independiente que, al pasar
accidentalmente cerca de la Tierra queda capturado en su órbita. 3. Que la Luna
surgió de una porción de la Tierra, que se desprende tras una colisión de
importancia. Esta tercera hipótesis, la del gran impacto que produce los
fragmentos que darán origen a un cuerpo tan grande tras un cataclismo, también
explica la fuerte inclinación del eje de rotación terrestre.
Investigación
Tras el
exitoso alunizaje tranquilo, la misión ha desplegado el vehículo de exploración
Yutu-2 (Conejo de Jade-2), que empezará a recorrer este desconocido paisaje
lunar, y a transmitir datos útiles a través del satélite Queqiao, ubicado cerca
del segundo punto de Lagrange (L2) del sistema Tierra-Luna, a unos 455.000
kilómetros de distancia de la Tierra, para desentrañar dilemas sobre la
evolución lunar y la geología de esta área desconocida del satélite, una región
de edad más antigua y de mayor espesor. Dicho hemisferio que por ser el lado
lunar más expuesto a los impactos de meteoroides, debería tener una estructura
y composición diferente, asunto que se podrá precisar con la información
recopilada por el instrumental del explorador, con la cual también se busca
además de conocer la historia temprana de la Luna y esclarecer algunos de los
principales interrogantes de naturaleza geológica del satélite, medir variables
ambientales que condicionan el hábitat para llevar vida y colonizar el
espacio.
La
superficie de este cuerpo celeste con un diámetro 3,6 veces menor que de
nuestro planeta, un 1/81 de su masa y un sexta parte de su gravedad, donde las
montañas se forman como resultado de actividad volcánica e impactos de meteoros
dado que no existe tectónica de placas, aparecen como rasgos topográficos
sobresalientes, las llanuras cubiertas por roca volcánica oscura dominando la
cara que nos muestra siempre la Luna, o una orografía más compleja con cráteres
y altas cimas predominando en su lado oculto. Es que en la Luna, el relieve
generado por la actividad volcánica, dada la falta de agua y aire, sólo ha sido
modificado por el bombardeo meteórico, y por la erosión térmica consecuencia
del contraste de temperaturas entre día y noche, variando desde +123°C hasta
-153°C.
Aunque la
cara visible es la más conocida ya que allí han alunizado 12 humanos con las
seis misiones de la NASA, desde la emblemática Apolo 11 de 1969, y más de un
centenar de aparatos de varios países que la han alcanzado, o que la han
orbitado o la continúan orbitando, el caso de la cara oculta es otro:
fotografiada por primera vez en 1959 con el Luna 3 por los soviéticos, apenas
en 2007 la sonda japonesa SELENE (Kaguya) logra completar su mapa. Es que
estando sincronizados los períodos de la rotación y traslación lunar, ambos con
27.32 días de duración, soló le podemos ver a la Luna desde la Tierra, la misma
cara con sus extensos valles oscuros y colinas brillantes, como geoformas
invariantes cartografiadas desde el siglo XVII, principalmente por Giovanni
Riccioli y Francesco Maria Grimaldi.
Imagen 3A.
Aterrizaje de Chang'e-4 (Izq) y Huellas del rover Yutu-2 (Der) diez horas después del alunizaje. CNSA.
Tras el
exitoso alunizaje controlado del 3 de enero sobre los 45,5º de latitud sur y
178º de longitud este, y después de haber capturado imágenes y explorar con el
rover 10 horas después el entorno, la explotación entra en reposo y los
científicos logran hacer un análisis preliminar con ese primer material sobre el
entorno del terreno en el cráter Von Karman sobre el cual se había posado la
sonda Chang'e-4.
Imagen
3B.Panorámica de 360 grados y alta resolución, tomada con la cámara rotatoria
del módulo el 11 de enero. CNSA.
Posteriormente,
el 11 de enero, un día después de que la temperatura en la Cuenca del Polo
Sur-Aitken que había ascendido a más de 100 grados centígrados descendiera, y
con ella la intensa radiación solar dado que la luna no posee atmósfera, utilizando
la cámara rotatoria instalada en la parte superior del módulo aterrizador, toma
las primeras fotos panorámicas de 360 grados en alta resolución de la cara
oculta de la Luna.
El 15 de
enero, la agencia estatal de noticias 'Xinhua', informa sobre el éxito de uno
de los experimentos de la sonda Chang'e 4, China: por primera vez se logra
hacer germinar una semilla de algodón en la Luna; dicha semilla, muere después.
Desafiando los contrates de temperatura en la Luna, y su baja gravedad, con la
esperanza de lograr la creación de una "minibiósfera simple”, además
transportar semillas de algodón, colza, patatas y arabidopsis, Chang'e-4,
también llevó huevos de mosca de la fruta y algunas levaduras. El peso
total de dicha carga con control térmico provista de 18 ml de agua, de suelo de
aire, y de dos cámaras que registran el estado de crecimiento del organismo, es
de 2.6 Kg, y el espacio de crecimiento biológico, donde la temperatura
controlada solo varía de 1 a 30° C, de aproximadamente 1 litro.
Una base
lunar
La
colonización lunar, además de aparecer en la agenda de los Estados Unidos, de
Rusia, de la Unión Europea y de otras potencias como Japón e India, tiene como
metas establecer una base lunar permanente, mediante un proyecto relativamente
sencillo en comparación con una base marciana, para la cual las dificultades
tecnológicas y económicas son considerables. De ahí la importancia de esta
misión China que abre el 2019, recopilando información de radio de baja
frecuencia, del análisis y estructura superficial de suelos y de la medición de
la radiación incidente en el medio ambiente lunar. Adicionalmente, la Agencia
Nacional Espacial de China ANEC, ha anunciado su intención de expandir su
programa espacial durante los próximos cinco años, con dos misiones:
otra a la Luna en 2019 para tomar muestras y una más en 2020 a Marte.
Dichas misiones
chinas se sumarían a dos misiones al planeta rojo que por motivos
de logística y distancia entre dicho planeta y la Tierra serían en 2020, una de
la Agencia Espacial Europea ESA, la ExoMars 2020 que llevar su propio rover a
Marte, y Mars 2020 de NASA que pondría su tercer explorador basado en el Curiosity;
y también a primera misión de la ESA en 2025 para explorar la Luna con la ayuda
de un módulo de aterrizaje, con el objeto de recopilar regolito.
Si bien la carencia de atmósfera en la Luna, la
presencia de una noche con 15 días terrestres de duración, y la escasez de
agua, constituyen las mayores desventajas para emprender una colonización del
satélite terrestre, el principal objetivo que mueve a dichas potencias a buscar
un asentamiento sobre un cuerpo natural cercano como la Luna con una gravedad
conveniente para despegar a menor costo –que es la opción alternativa a Marte-,
que brinda protección frente a la radiación cósmica y solar en horas nocturnas
–ventaja que no ofrece una estación espacial-, responde a objetivos militares y
económicos, como lo son contar con una fuente abundante de materiales para
diferentes usos, y con un lugar de condiciones excepcionales para otras
actividades científicas, industriales, turísticas y de defensa.
Ahora, respecto al establecimiento
permanente de comunidades de seres humanos en nuestro satélite natural, además
de las objeciones económicas que cuestionan la rentabilidad de semejante
empresa y de otras de carácter científico que ponen en entredicho el proyecto
por el alto riesgo para la vida asociado a la exposición a los niveles de
radiación espacial, también se argumenta que dicha colonización de la Luna y
posiblemente la de otros planetas como Marte, de no sustentarse en la
preservación de la especie humana, así se soporte en propósitos científicos,
comerciales, militares y geopolíticos, además de parecer innecesaria y
precipitada, resultaría ser una empresa éticamente cuestionable e
injustificada.
* Profesor Universidad Nacional de Colombia Sede
Manizales http://godues.webs.com [Documento
del Observatorio Astronómico de
Manizales OAM, para el Contexto
de Astronomía; Universidad Nacional de Colombia. Manizales, 2019-01-20]
ENLACES U.N.:
Tránsito de
Mercurio
del 2016.
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IMÁGENES:
Fuente, Satélite Clementine del proyecto Deep Space Program Science Experiment
- NASA (1994).
Concentración de hierro en suelos de la
superficie lunar, en mapa de proyección equiareal. La asimetría entre ambos
hemisferios lunares, daría pistas sobre el origen de la Luna. Crédito: Proyecto
Clementine de NASA.
Relieve
lunar con desniveles de 500 m, obtenida con láser desde la nave Clementine. En la
cara oculta sobresalen zonas sobre-elevadas al NE (rojo) y la cuenca Aitken del
polo sur (azul y violeta). Crédito: Proyecto Clementine de NASA.
Albedo
lunar con cámara del satélite en el rango uv-vis. En el lado visible, sobresale por su brillo el
cráter de impacto Tycho localizado
en la parte sur central, y las planicies basálticas oscuras al W y NE. Crédito:
Proyecto Clementine de NASA.
Concentración de titanio en suelos
lunares, mostrando niveles bajos (azules) en tierras altas y niveles altos en
planicies (rojo), caso Mar de la Tranquilidad (NE hemisferio visible) donde alunizó
Apolo 11. Crédito: Proyecto Clementine de NASA.
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