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3/2/25

Adaptación del PCC al Cambio Climático

Adaptación del PCC al Cambio Climático

Por: Gonzalo Duque-Escobar*

En la Región Andina de Colombia y en particular en la Ecorregión Cafetera, el modelo conflictivo de ocupación del territorio avanzando sobre ecosistemas estratégicos, con la deforestación y potrerización, y la minería ilegal e incluso las obras de urbanismo que igualmente presionan la estructura ecológica del territorio, generan graves consecuencias sociales ambientales y económicas que se suman a las problemáticas del calentamiento global con sus eventos climáticos extremos: dicha situación obliga, no solo a fortalecer la presencia del Estado implementando acciones estructurales soportadas en políticas públicas y de ordenamiento territorial inspiradas en una planificación social participativa y ecológica responsable para avanzar en la solución de los grandes conflictos entre uso y aptitud de suelos.

Pero en el caso de la Ecorregión del Eje Cafetero, el desafío del cambio no sólo pasa por resolver los impactos asociados a la menor producción de alimentos de la canasta familiar, sino también de café por pérdida de la aptitud del suelo en la mitad de los actuales monocultivos de base química, razón por la cual se recomienda no sólo implementar la producción de bienes y servicios artesanales con denominación de origen que expresen el patrimonio natural y cultural del territorio, e incorporar estrategias de reconversión productiva soportadas en modelos agroforestales por los beneficios del sombrío y de la agricultura autárquica tradicional y orgánica, haciendo honor con ello a los atributos de la Declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad para el Paisaje Cultural Cafetero por parte de la UNESCO (2011), y para resarcir de este modo los derechos bioculturales del territorio.

El clima en Colombia

Imagen 01. Colombia: Zonificación climática según Köppen (Wikipedia.org), Áreas susceptibles al movimiento de masas de suelo y Zonas degradadas por erosión del suelo- (IDEAM)

En Colombia, aunque gracias a la presencia de las cordilleras se tiene todos los climas, en su zona andina predomina el clima de montaña tropical, mientras que en los valles interandinos el clima dominante es el de selva tropical ecuatorial. Dicha región, muestra temperaturas medias que varían entre 28° en los ambientes cálidos y húmedos de las zonas bajas, hasta 0° C bajo cero en las cumbres nevadas. Mientras que, en la región andina de Colombia, el clima es bimodal: cada año tenemos dos temporadas secas que parten desde los equinoccios y dos húmedas a partir de los solsticios; en los Llanos Orientales, salvo en la Serranía de La Macarena, el clima es intertropical lluvioso de sabana, con una estación de lluvias muy marcada y otra de sequía.

En tanto, si al Sur se pasa del clima de sabana al Clima húmedo y lluvioso, para continuar con el de selva súper húmeda en La Amazonía, donde el clima húmedo y cálido, presenta lluvias abundantes durante todo el año; la Región Pacífica prevalece un clima cálido y un régimen pluviométrico intenso, y en la Región del Caribe colombiano predomina un clima cálido donde alternan épocas de sequía y lluvias continuas, pero con una marcada influencia de los vientos alisios del Nor-Este en la zona más Norte; y en la región insular del Caribe, el Archipiélago muestra un clima cálido semi-húmedo, con lluvias que se concentra entre octubre y noviembre, al estar influenciado por los alisios.

El fenómeno climático y las Causas

  

Imagen 02: Emisiones de CO2 Vs. Temperatura. NOAA-NCDC; y Pronóstico de Anomalías del cambio climático 1960-1990 basado en HadCM3.

El cambio climático, es la teoría que predice el crecimiento futuro de las temperaturas a nivel global durante las próximas décadas, a partir del incremento en el valor medio de la temperatura observado en la atmósfera terrestre y en los océanos. Aunque el clima del planeta siempre ha variado, el problema del cambio climático es que el ritmo de estas variaciones se ha acelerado durante las últimas décadas, de manera anómala. El clima en la tierra, ha presentado alteraciones por causas antrópicas y naturales. La cantidad y patrón de calentamiento global que se ha observado no puede explicarse únicamente mediante factores naturales.

Además, si el cambio climático y la consecuente ocurrencia de fenómenos naturales extremos conexos puede tener entre sus causas la mayor actividad solar, también es el resultado del aumento de concentraciones de gases de efecto invernadero asociados a la acción antrópica, tales como dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos presentes en la atmósfera terrestre. La teoría antropogénica predice que el calentamiento global se relaciona con emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como el CO2. Y pese a que cerca del 18 % de los científicos ha disentido de la opinión consensuada, el 97% de los investigadores, coinciden en que el actual calentamiento, es el efecto de los gases de invernadero (GEI), en especial el del dióxido de carbono CO2 (85%) relacionado con los combustibles fósiles, seguido el Metano (8%), del Óxido de Nitrógeno (5%) y de los Fluoruros (2%).

Respecto a las causas naturales, aunque astrónomos y geofísicos soportados en correlaciones, pueden afirmar que cuando el Sol está tranquilo la Tierra permanece fría, aún no sabemos el porqué de los cambios de la actividad del Sol. A modo de ejemplo, hubo una “pequeña glaciación” asociada a un periodo frío ocurrido entre 1550 y 1850, en el que se presentaron tres picos fríos (1650, 1770 y 1850); esta pequeña edad del hielo coincidió con un período de baja actividad en las manchas solares.

Pero también, el actual calentamiento que ha surgido desde la Revolución Industrial, se puede observar a principios del siglo XX y en los últimos 50 años: basta mirar nuestros glaciares en retroceso, cuya superficie en el PNN de los Nevados ha pasado de 27 a 12 Km cuadrados de extensión entre 1970 y 2020. Para 2 °C de calentamiento, la fracción de precipitaciones extremas atribuibles a la influencia humana se eleva a cerca del 40 %”. Nature Climate Change (2015), dice que “un 18% de las precipitaciones diarias moderadamente extremas en tierra, son atribuibles al aumento de la temperatura observado desde la época preindustrial, resultado principalmente de la influencia humana; y según The New York Times (2015) “en la actualidad alrededor del 75 % de las precipitaciones diarias moderadamente extremas en tierra son atribuibles al calentamiento”.

El factor antropogénico

Imagen 03: Izq. Pérdida de energía de la energía radiante, en: fvsa.org.ar. Der. Variación del nivel del mar entre 2000 y 2100. Fuente: IPCC

En las próximas décadas podría duplicarse el nivel del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, con respecto a los niveles que había antes de la Revolución Industrial. El mayor aporte del CO2 proviene de combustibles fósiles como el petróleo, donde Colombia entra como país con recursos energéticos como carbón e hidrocarburos. Esta teoría genera un debate social y político, pero también un consenso en la comunidad científica internacional. Las emisiones de CO2 en 2021 y en Colombia, han sido de 77,57 megatoneladas, con lo que el país ocupar el puesto número 137 del ranking entre 184 países.

Entre las causas del deterioro ambiental que exacerban la amenaza del cambio climático, sobresalen la contaminación industrial en los medios naturales y paranaturales, la expansión urbana o minera -caso Río Blanco y Toldafría para el caso de Manizales-, y la degradación del ecosistema por indebido uso o mal manejo no sólo de los recursos, sino también del agua, la biota y los suelos de cultivo que son bienes inalienables de interés general por tratarse de un patrimonio natural.

Aquí, al igual que la deforestación consuetudinaria que explica la precaria cobertura vegetal de nuestras montañas como factor de descontrol hídrico y pluviométrico, que se expresa en sequías o inundaciones, y en procesos severos de erosión y de sedimentación, también los combustibles fósiles, juegan un papel protagónico, lo que impone medidas estructurales para “descarbonizar” la economía. A lo anterior se añade que, tras 200 años de constituida Colombia, de 12 millones de Ha de guadua resta el 4%, de 9 millones de Ha de bosques secos queda el 8% y de 9,7 millones de Ha de bosques de niebla tenemos el 25%.

El efecto invernadero es causado por gases que se encuentran en la atmósfera. Estos gases que permiten la vida en la Tierra, atrapan parte del calor del Sol que se refleja por el planeta. El calor atrapado por la atmósfera de la Tierra, mantiene la temperatura media global en +15º Celsius; si se incrementa ese valor hasta 18ºC, se causarían fenómenos nocivos. El incremento promedio de la temperatura media podría afectar más al hemisferio norte, que al del sur. En promedio, el calentamiento es mayor sobre los continentes que sobre los mares. En Sudamérica, el calentamiento parece tener menor intensidad sobre el Cono Sur (1º a 2ºC).

En Colombia las zonas de relieve montañoso como la Región Andina que es la más habitada se calentarían entre 2º a 3ºC, y las planicies y praderas de las regiones no montañosas, como la Costa norte, y en especial la Orinoquía y la Amazonía, se calentarán de 3º a 4ºC. Aún más, según el IDEAM, para el periodo 2071 – 2100, se espera que la precipitación media en el país, disminuya entre 10 a 30% en cerca del 27% del territorio nacional (Regiones del oriente y del Caribe), y que se incremente entre 10 a 30% en cerca del 14% del territorio nacional (Regiones montañosas como la Andina y Sierra Nevada). Varios expertos en temas climáticos lanzaron alertas señalando que el acuerdo de la cumbre COP 21, es inconsistente con el objetivo de evitar que la temperatura del planeta no supere los 1, 5º C. Para lograrlo, la economía mundial debería estar descarbonizada en 2050 y las emisiones deberían disminuir al menos un 70 % en 2050, respecto a los niveles de 2010.

La problemática ambiental y Escenarios de CC para Colombia

 

Imagen 04: Escenarios de Cambio Climático 2011-2100. IDEAM 2015.

El calentamiento global podría exterminar una fracción importante de las especies del planeta. La fusión del hielo en  proceso puede incrementar en decímetros el nivel del mar durante las siguientes décadas, causando erosión costera. Se prevé el incremento de los desastres asociados al clima: huracanes, sequías e inundaciones, y pérdidas causadas en la economía mundial de hasta un 20% del crecimiento. Habrá que desarrollar estrategias para prevenir la erosión costera, como preservación y propagación de los manglares, también vitales en caso de tsunamis.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, la CEPAL y el Fondo Mundial para la Naturaleza, para el año 2050 los desastres naturales podrán ocasionar pérdidas por US$ 100.000 millones. Además, la región, aunque solo contribuye con el 11% de las emisiones globales, por ser altamente vulnerable a los desastres naturales, deberá incrementar de forma sustancial sus inversiones en adaptación al cambio climático y en la mitigación preventiva, durante las próximas décadas. El cambio climático reducirá el número de huracanes en el Atlántico, pero estos serán más intensos. Las aguas abisales (profundas) de la Antártida se enfriaron de manera sensible a pesar del calentamiento global y esto podría hacer que América del Norte y Europa empezar a enfriarse en la próxima década.

Los ecosistemas mediterráneos y del Caribe, van a ser los más perjudicados: se cuantifican impactos del calentamiento, que probablemente se empezarán a notar a partir de 2020. Concentraciones elevadas de CO2 podrían reducir la calidad del forraje; además el calentamiento global puede cambiar los rendimientos de semillas. Si no actuamos ahora, nuestros hijos heredarán un mundo más caluroso, aire más contaminado y agua más sucia, inundaciones y sequías más intensas y más fuegos arrasadores. Es probable que, aunque se detengan hoy las causas del calentamiento, la recuperación del ecosistema tardará décadas y los daños serán irreversibles.

En Colombia según el IDEAM, para el 2040, 2070 y 2100, habrá incrementos de Temperatura promedio en las áreas continentales y en su orden, de 0,9°C; 1,6°C y 1,4°C. Dichas cuantías se duplicarán en las zonas costeras, Orinoquia y Amazonia, mientras que en las zonas montañosas sólo alcanzarán a la mitad. También, en los mares y para los tres períodos, la temperatura se incrementaría en promedio y en su orden 0,6°C; 1°C y 1,5°C.

 

Imagen 05: Colombia- Riesgos por Cambio Climático, y Capacidad de adaptación al Cambio climático, por regiones. Ideam 2021. IDEAM-PNUD.

Las lluvias, que se incrementarán en las zonas de montaña entre un 10 y 40%, también se reducirán entre un 10 y 40% en la costa norte, en el archipiélago de San Andrés y en la Amazonía y Orinoquía. El mayor incremento de precipitaciones que se podrá presentar, con un aumento promedio del 28% respecto a los valores actuales, se dará para el fin de siglo en los departamentos de Risaralda y de Caldas. Una situación similar, deberá esperarse en el Nor-Occidente del Quindío y en la vertiente Oriental del Tatamá. Similarmente, los mayores incrementos de temperatura, se darán en el Valle del Magdalena (Más de 2°C) y en el Corredor del río Cauca (cerca de 1,5°C), comprometiendo poblados vecinos.

Sin duda alguna la investigación científica de nuestros principales centros relacionados con esta temática – el caso El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM como entidad del gobierno de Colombia dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible responsable de la información científica, hidrológica, meteorológica-, además de universidades y de dependencias de instituciones con funciones afines, es la mejor forma de contribuir al desarrollo de un objetivo común de protección climática a largo plazo, como el que se propone.

¿Y la Ecorregión Cafetera qué?

 

 

Imagen 06: Usos potenciales y actuales del suelo al año 2000, en la Ecorregión Cafetera. SIR – Alma Mater (2002).

La Ecorregión Cafetera, tiene en el cambio climático uno de los mayores desafíos socioambientales para su desarrollo. No obstante, para comprender los conflictos socioambientales de este territorio y orientar la gestión del hábitat, resulta fundamental partir de una declaratoria que le reconozca sus derechos bioculturales para amparan tanto a sus comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, como a los ecosistemas del territorio, a la luz de las trascendentales decisiones que ha tomado la Corte Constitucional de Colombia sobre la materia, máxime cuando cerrar las brechas estructurales obligan a considera que se trata de un territorio fundamentalmente rural en el cual los ingresos rurales son la cuarta parte de los ingresos urbanos.

El territorio con una población de 3,7 millones de habitantes -76% urbanos y 24% rurales, y una extensión 27.249 km2 del trópico andino, es un jardín deforestado. Veamos: según SIR – Alma Mater (2002): mientras la superficie apta para potreros era del 4 % del territorio, las coberturas en dicho uso alcanzaron el 49 %, y mientras el potencial forestal era del 54 %, las áreas en bosque bajaron al 19 %. Añade además que, para el año 2000, en los usos agrícolas y agroforestales, de un potencial del 21% y 20% en su orden, la cobertura agrícola era del 30% y la agroforestería no se implementaba.

Cuenta la Ecorregión Cafetera en su valioso patrimonio natural con cuatro Parques Naturales Nacionales PNN: el de los Nevados, el Tatamá, la Selva de Florencia, y el Santuario de Fauna y Flora Otún-Quimbaya. El Páramo de Tatamá, junto con los páramos del Sol en Frontino y El Duende que hospeda el Cerro Calima, son los únicos tres páramos de Colombia que no han sufrido alteración humana. Súmense a lo anterior, varias reservas forestales protectoras, distritos de suelos.

El Sistema Regional de Áreas de Protegidas, SIRAP de la Ecorregión Cafetera en jurisdicción de 92 municipios de cinco departamentos – Eje Cafetero, N de del Valle del Cauca y NW de Tolima-, es un proceso de planeación participativa que incorpora conceptos de ordenamiento territorial para la gestión ambiental y un modelo de desarrollo sostenible, desde el año 2000 ha venido vinculando el tema de cambio climático en su plan de acción. No obstante, a pesar de la Ley 99 de 1993, cuyo Art.1. N4 dice: “Las zonas de páramos, subpáramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos, serán objeto de protección especial”, este valioso patrimonio está amenazado, no sólo por el cambio climático, sino también por los históricos pasivos ambientales y presiones actuales de naturaleza antropogénica.

 

Imagen 07: Escenarios de Cambio Climático en El Eje Cafetero al 2100. IDEAM.

 

Para el Eje Cafetero según el IDEAM (2015), los escenarios 2011-2100 muestran que, entre las amenazas ambientales que se deberán enfrentar a futuro, no solo en la Ecorregión Cafetera sino también a nivel global, está la del cambio climático. Este es nuestro panorama: En precipitaciones, lloverá entre un 10% y un 40% más en el centro y occidente de Caldas, occidente de Risaralda y noroeste de Quindío, al tiempo que dichos cambios serán despreciables en el oriente caldense y cuencas medias del Otún y San Eugenio. Y en temperaturas, dichos pronósticos muestran que los incrementos que en ese lapso estarían entre 1°C y 3°C, serían mayores en el valle del Magdalena, medianos en el corredor del Cauca, cuencas medias de La Miel y Guarinó, y valles de La Vieja y Risaralda, y menores en páramos y subpáramos de ambas cordilleras. A modo de ejemplo, zonas bajas como el Sur Oeste del Quindío, que dejarán de ser aptas para el café con el clima futuro más cálido y más húmedo, enfrentarán problemas fitosanitarios.

Para el IDEAM, los principales efectos podrían presentarse en los sectores de infraestructura vial y cuencas deforestadas en zonas de alta pendiente, debido al aumento de los porcentajes de precipitación y precaria regulación hídrica. Además, las coberturas nivales hoy en retroceso, seguirán disminuyendo en volumen debido al incremento de la temperatura, al tiempo que el sector agrícola podría afectarse por plagas sostenidas en el tiempo y enfermedades fitosanitarias relacionadas con una mayor humedad relativa, lo que podría afectar severamente el rendimiento en cultivos de importancia para la alimentación y la industria.

Si quisiéramos mitigar los impactos del Cambio Climático en el territorio del PCCC, la clave estaría en los bosques, ya que de cara al clima ellos tienen una doble función: retienen humedad y descargan las nubes: de la primera función, el resultado es la existencia de las aguas subterráneas y manantiales, y por lo tanto la regulación hídrica; y de la segunda, además de la regulación climática, también las lluvias resultan moderadas y bien distribuidas.

Pero la amenaza para el agua y la biodiversidad en la ecorregión cafetera, es la excesiva potrerización y falta de coberturas boscosas y conectividad biológica: según Alma Mater (2002), al tiempo que la superficie apta para potreros que es del 4 % alcanzó el 49%, el potencial forestal que es del 54%, bajó al 19%, lo que expresa graves conflictos de uso del suelo que aún persisten y reclaman modelos agroforestales, rondas hídricas y preservación de ecosistemas.

Caldas, un paisaje verde deforestado

 

 

Imagen 08: Biomas de Caldas, Usos y Coberturas del suelo al año 2000. Corpocaldas.

 

Pero Caldas cuyo PIB le aporta el 1,6% a la Nación, con una superficie de 7888 km2, una altitud media de 3190 m snm, y una población cercana al millón de habitantes, frente a la amenaza ¿cómo está? Pese a su relieve y ubicación geográfica, y de un sistema hidrográfico nutrido por dos cordilleras – la Occidental y Central cuyas vertientes drenan por cuencas del Magdalena y del Cauca-, también es un territorio vulnerable: además de una conurbación de 550 mil habitantes, en la cuenca del Río Chinchiná-Guacaica, bañada por uno de los ríos más contaminados de Colombia, es un paisaje deforestado que anuncia conflictos severos en el uso del suelo, y una amenaza alta de desabastecimiento para el corredor del Cauca entre Irra y la Pintada.

En Caldas, donde las áreas protegidas solo son el 10% del territorio, al 2019 los cultivos con una extensión de 104 mil ha, distribuidas en café (78907 ha), plátano 25004 ha y otros (10497 ha), sumada a las 111 mil ha del área forestal y en guadua, totalizan 215 mil ha equivalentes al 29% del departamento, cuantía inferior a las 294 mil ha de las tierras en actividades ganaderas y pecuarias, o sea a potreros, que representan el 40%.

Pero siendo esta situación de Caldas, similar en los departamentos del Eje Cafetero, urge resolver en todo el territorio la carencia de instrumentos mínimos, como una cartografía temática y de detalle con mayor resolución para las zonas urbanas que para las rurales, e incluir en ella los mapas agrológicos, sin perder de vista las acciones que van en curso tanto desde Corpocaldas como desde la Carder y la CRQ, e incluso desde Cortolima y la CVC que son las CAR en la jurisdicción de la Ecorregión Cafetera.

Tres acciones integrales

En primer lugar, la investigación e instrumentación de la amenaza, porque podría sentarse como tesis que, de mantenerse la dinámica del último lustro, sus efectos desbordarían nuestro nivel de resiliencia, por la incapacidad de recuperar la base económica y ambiental de la ciudad: al comparar Las Niñas 2007/8 y 2010/11, ambas de nivel moderado y 10 meses de duración, mientras en la primera las cifras de damnificados no llegaba a 50 mil por cada invierno y los eventos eran puntuales, en la segunda superó 2 millones en cada una de sus dos temporadas de lluvias, y como eventos quedaron cerca de 30 municipios para reasentar, caso Gramalote, para no hablar de Bogotá sumida en el agua de los humedales que le robó a la sabana.

En segundo lugar, la adaptación al cambio climático, lo que supone cambiar rumbos y corregir disfunciones en el modelo socioambiental, mediante una construcción social del territorio para establecer unas relaciones de simbiosis y parasitismo entre los habitantes y el medio natural, ecológicamente sólidas y compatibles con la cultura: esto, para enfrentar estructuralmente la deforestación, la exposición a la amenaza y los conflictos entre uso y aptitud del suelo, cada que surge como oportunidad un nuevo ciclo de ordenamiento territorial como el de 2012-2023.

Y en tercer lugar, las políticas públicas para una planificación que incorpore la gestión del riesgo de forma integral, asunto para el cual el Estado Colombiano ha dado pasos fundamentales, al cambiar el perfil de la anterior oficina de Prevención y Atención de Desastres que surgió tras los sucesos de Armero, por la Dirección General del Riesgo con mayor capacidad y jerarquía, al tiempo que empieza a fortalecer el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres SNPAD de Colombia, el sistema de información ambiental, la gestión del recurso hídrico y el inventario de asentamientos y aseguramiento de bienes en riesgo

Café y cambio climático.

Imagen 09: Colombia- Café con sombrío en Quecafe.info, y monocultivo de Café en Wikipedia.org

 

Con el actual calentamiento global en el que se incrementan simultáneamente la temperatura y la precipitación tal cual lo estamos advirtiendo en las zonas cafetaleras de la región andina de Colombia, dada la sensibilidad del cafeto a las variaciones extremas del clima, no sólo podemos esperar una producción más baja y problemas fitosanitarios por el incremento de la humedad relativa, sino también menos zonas aptas para este cultivo. No olvidemos que Colombia, donde el café arábigo ha sido la principal especie cultivada para la producción de café, es uno de los países más vulnerables al cambio climático en el mundo, ya que debido a su ubicación geográfica podría ver afectados su recurso hídrico y sus cultivos.

De conformidad con la organización de investigación australiana CSIRO, en las últimas décadas no solo se han reducido cada vez más las cosechas por hectárea cultivada, sino que también para el año 2050 la superficie apta para el cultivo del café disminuiría en más de un 50%, afectándose con ello a muchos caficultores, no solo de países como Brasil y Vietnam que son los dos mayores productores mundiales, sino también de Colombia. Además, si en este país, se vería afectada la seguridad alimentaria por la alta exposición y sensibilidad de cultivos como yuca, arroz, plátano, papa, caña, maíz y frijol a los efectos del clima, igualmente las zonas cafetaleras también estarían en un alto riesgo.

Este año en Colombia, mientras la producción acumulada de 12 meses se situó en 10.6 millones de sacos mostrando una caída del 12% respecto al año anterior, se espera que el 2023 cierre con una producción de 11,4 millones de sacos, para la Federación Nacional de Cafeteros, la discusión de si producir robusta en Colombia o no, para sustituir las importaciones de café, aunque resulta hoy accesoria ya que el centro del debate debería ser el consumo interno en el país, máxime que la caficultura colombiana atraviesa un año volátil y convulso por cuenta de la caída del precio del grano y de las exportaciones, también se ha puesto en el debate la necesidad de recurrir a la siembra de robustas para cumplir con los compromisos de exportación en los mercados tradicionales.

Todo esto, porque si la crisis ocurre en este país y en particular en el Eje Cafetero, también en otros países tropicales el clima ya no será tan estable como antes. De conformidad con los pronósticos actuales, progresivamente se dará una reducción de la oferta, y por lo tanto igualmente de la demanda ya que para los consumidores la emblemática bebida que ha sido una de las más populares en todo el mundo, podría costar más. Como curiosidad, aunque existen unas 130 variedades silvestres de café algunas seguramente más resistentes al calor o a determinadas plagas, pero que si quisiéramos desarrollarlas lleva tiempo, el mercado mundial ha estado dominado por dos variedades: arábiga y robusta.

Reconversión cafetera

El café arábico originario de Etiopía y que con sombrío cubría ayer nuestras montañas hasta que llegaron los monocultivos de la caturra, llegó a Colombia tras extenderse por el planeta a partir del siglo XI, al descubrirse las propiedades de bayas encerradas en su fruto. Actualmente, el café tipo arábica que es el más cultivado, representa un 60% de la producción mundial mientras que el robusta contribuye con el 40%. Pero si el cafeto arábico, la mejor entre 100 especias de dicha planta, tradicionalmente se plantaba a la sombra de árboles que contribuían a la seguridad alimentaria y a la biodiversidad, ahora al igual que el té negro y verde se cultiva en gran medida en enormes plantaciones expuestas al sol, como monocultivos que además de la deforestación, requieren uso intensivo de agua y agroquímicos, con enorme impacto y huella ambiental, lo que reducirá sus posibilidades en el mercado mundial.

El arábica, muy sensible a las plagas y que necesita mayores cuidados, con inferior cafeína y menos cuerpo que otras variedades, está considerado el mejor café por ser más equilibrado, aromático y de acidez agradable. Y en cuanto a la caturra, es una variedad que proviene de la familia de la variedad borbón y del grupo bourbon-typica, tras haberse logrado una mutación natural de un solo gen, la que se descubrió en el Estado de Minas de Gerais en Brasil y lo que hace que la planta crezca más pequeña. Además, pese a que los caturrales por el enanismo del árbol admiten más plantas por hectárea y facilitan la recolección manual, con la amenaza del cambio climático aportando unos 2ºC y 10% de precipitación de más, deberá replantearse la caficultura para mantenerla entre los 600 y los 2300 metros de altitud, garantizando con el sombrío el actual rango apto de temperaturas suaves y constantes, aunque no se podrá reducir la mayor precipitación pero si incidir en la humedad relativa para prevenir impactos fitosanitarios.

Ahora, dado el empobrecimiento cafetero, ya que el cultivo cafetero en 2021 le aportó al Producto Interno Bruto del país el 1% contra el 9% de hace medio siglo, y si además la Unión Europea castiga los cafés y tés no orgánicos por su impacto ecológico, entonces, siendo la caficultura sustento de 500 mil familias colombianas, la pregunta es qué pasará si añadimos a dicha hecatombe la pérdida de aptitud en la mitad de los suelos cafeteros al 2050, si es que persistimos en modelos agroindustriales con monocultivos de base química. La respuesta parece fácil: prendámonos del ecoturismo comunitario a la luz de los atributos que le reconoció al Paisaje Cultural Cafetero la UNESCO (2011) con la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, reorientando la caficultura a la producción de cafés especiales orgánicos, certificados y con sombrío, antes que apostarles a 14 millones de sacos de café anuales y persistir en un modelo agroindustrial de enclave económico. Como referente, 1- a nivel mundial el turismo representa el 10,5% del PIB y 1 de cada 8 empleos. 2- Si en 1962 Colombia producía 7,1 millones de sacos de 60 kilos de café verde, en 1991 la producción superó los 16.

Epílogo

Imagen 10: Colombia Ecosistemas amenazados (IAvH) y Vulnerabilidad al cambio climático (WFP)

 

Como consecuencia de la deforestación asociada a la potrerización y a los monocultivos, la erosión de los causes amenaza los suelos cafeteros; llegó la caturra y salió el sombrío. Si las socas y resiembras de café suministran leña, también desaparecimos los bosques de galería y desnudamos los nacimientos de aguas. Finalmente, para remplazar al azadón con químicos, dimos muerte a la microflora y microfauna dejando expuesto el suelo de estas vertientes a la acción erosiva de las aguas de arroyamiento.

Urge un nuevo modelo de ocupación del territorio que además de corregir un uso conflictivo del suelo y expansionista en la ocupación del territorio, tal cual lo padecemos al ver cómo presionamos la estructura ecológica del departamento y la capital caldense, para favorecer la especulación con la plusvalía urbana o extraer el oro contaminado nuestras fuentes hídricas, también logre prevenir: 1- el deterioro ambiental, 2- El incremento de la vulnerabilidad al cambio climático, y 3- la fragmentación de los frágiles ecosistemas de nuestros biomas del trópico andino.

Las acciones necesarias son la gestión ambiental territorial, la participación comunitaria, la incorporación de información útil y suficiente para el análisis de los problemas ambientales, y su relación con las administraciones municipales, con la planificación urbana y con el mercado, sobre todo el inmobiliario y el minero que presionan nuestras reservas forestales en Río Blanco y en Toldafría. Recuperar rondas hídricas y cuencas degradadas además de proteger la estructura ecológica, y de garantizar el agua para las fuentes energéticas, sistemas agrícolas y abastecimiento humano, beneficia las especies endémicas vulnerables y en riesgo de extinción, al resolver la fragmentación de su hábitat.

En Colombia, al igual que las demás ciudades, Manizales, fundada el 12 de octubre de 1849 sobre un ramal cordillerano y a 2150 m s.n.m. en la cuenca media del Chinchiná, lugar que hasta el siglo XVI fuera habitado por indígenas Quimbayas, ha sido una ciudad donde las debacles asociadas a procesos naturales y a otros de origen antrópico, exigen una adaptación ambiental mediada por la cultura. Lo anterior, ya que son muchos y variados los pasivos ambientales de Manizales, relacionados con el uso conflictivo del suelo rural en un paisaje gravemente deforestado, sino también en el medio urbano por un modelo de ocupación expansionista que presiona la estructura ecológica del territorio.

La planificación para un desarrollo sustentable, en la que los usos del suelo garanticen la funciones social y ecológica de la propiedad, además de la prevalencia del interés general, debe empezar por una adaptación a las dinámicas del clima, cuyo fin sea proteger los derechos bioculturales de este territorio caldense como constructo cultural, y por lo tanto los frágiles ecosistemas con su biodiversidad y los servicios ambientales para las comunidades de base que lo habitan, en especial el suministro confiable de agua de calidad y la regulación hídrica y climática, previendo sus impactos.

Finalmente, para el plan de adaptación al cambio climático y las acciones estructurales propuestas en las múltiples dimensiones del desarrollo, se requerirá implementar estrategias de gobernanza que faciliten la apropiación social de los procesos de ordenamiento y planificación, entendiendo el territorio como una construcción social e histórica, dado que en él es donde surge la cultura como el resultado de las complejas relaciones dialécticas entre la naturaleza y la sociedad. No olvidemos que la Constitución Política de 1991, que establece el desarrollo sostenible como meta social, le asigna una función ecológica a la propiedad, señala inequívocos deberes al Estado la materia, y precisa los derechos y obligaciones ambientales de los ciudadanos.

* Profesor Especial de la Universidad Nacional de Colombia, e Ingeniero Civil con estudios de posgrado en Geotecnia, Geofísica y Economía. Web: https://sites.google.com/unal.edu.co/godues1

Documento del Observatorio para la Sostenibilidad del Patrimonio en Paisajes OPP, dirigido por la Cátedra UNESCO de la U.N. de Colombia Sede Manizales. Manizales, Colombia; febrero 1 de 2025.

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Fuentes Bibliográficas:

Adaptación al cambio climático -Una mirada desde Colombia. Gonzalo Duque-Escobar. Especialización en Recursos Hídricos. Universidad Católica de Colombia. Manizales, 2021.

Agua y Clima: El cuidado de la casa común. Por Gonzalo Duque-Escobar. Boletín Ambiental N° 135 de 2017. Idea U.N. de Colombia, Sede Manizales.

Amenaza climática en el trópico andino. Duque Escobar, Gonzalo. 2010-07-19. Act. 2021. Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales Observatorio Astronómico de Manizales.

Aviturismo: sector emergente y promisorio. Duque Escobar, Gonzalo. La Patria. Manizales. Febrero 21 de 2022.

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El Ordenamiento Territorial del «Roscón»: Un Enfoque Innovador para el Desarrollo Sostenible. Carlos Alberto Garzón Espinel. Blog del OPP, 14-07-2024.

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En el Quindío falta apropiación y conservación del Paisaje Cultural Cafetero. Lily Dayana Restrepo Núñez. Crónica del Quindío. Enero 1 de 2025.

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La amenaza climática en la Ecorregión Cafetera. Por: Gonzalo Duque Escobar. Conferencia In: Semana Ambiental del Instituto Universitario de Caldas. Junio 7 de 2022.

La lucha del campesino colombiano. Por: Gonzalo Duque-Escobar. Documento del Museo Interactivo Samoga. In: La Patria, Manizales, julio 3 de 2023.

La sed de los cafetos. Por: Gonzalo Duque-Escobar,  Instituto de Estudios Ambientales – IDEA de la U. N. de Colombia: Boletín Ambiental N°6 de 1992 (Act. 2022).

Laderas del Trópico Andino: caso Manizales. Por: Gonzalo Duque-Escobar. Museo Interactivo Samoga. Manizales. Junio del 2020.

La variabilidad climática y la adaptación de nuestra caficultura. Por: Carlos Armando Uribe, Profesor Yarumo 1996 – 2013. En Blog de la FNC.

Las amenazas naturales en el Eje Cafetero. Por Gonzalo Duque Escobar. In: Revista Impronta de la ACH. Manizales, Febr. De 2024.

Manual de geología para ingenieros. Duque Escobar, Gonzalo (2003. Act 2022) Universidad Nacional de Colombia, Manizales.

Manizales: retos y desafíos al 2050. Por: Gonzalo Duque-Escobar; Revista Civismo N° 500. Manizales, septiembre 20 de 2024.

Migrar de la economía lineal a una economía circular. Por: Gonzalo Duque-Escobar. Profesor U.N. de Colombia y Miembro de la Academia Caldense de Historia. Manizales, 5-11-2022.

Nuestras aguas subterráneas. Gonzalo Duque-Escobar; Manizales, 2016. Act. 2022.

Paisaje Cultural Cafetero Colombiano. Urte Duis; Oscar Arango; Fabio Rincón Cardona; Gustavo Pinzón y Carolina Saldarriaga- Ramírez. UT de Pereira; SUEJE, U del Quindío y CEIR. Novena Ed 2020.

Paisaje Cultural Cafetero: aspectos teóricos y metodológicos de una experiencia práctica. Fabio Rincón Cardona. Boletín Ambiental del IDEA de la U.N. de Col. Nº 98 de 2011.

Paisaje Cultural Cafetero de Colombia -PCCC- disrupciones y derechos bioculturales. Por Gonzalo Duque Escobar. Boletín Ambiental 181 de 2021.  IDEA de la U.N de Colombia.

Paisaje cultural cafetero del centro occidente de Colombia: un patrimonio vivo. Juan Manuel Sarmiento Nova. Revista Labor & Engenho, v.6, n.2, 2012.

Preservación Ambiental e Hídrica dentro de la Declaratoria del PCC de Colombia. Gonzalo Duque-Escobar. Septiembre 9 y 10 de 2019.

Reconversión o hecatombe cafetera. Gonzalo Duque Escobar; Manizales, 4 11 2024.

Sancancio, como biocorredor ambiental y nodo ecoturístico.. Por: Gonzalo Duque-Escobar, Documento del Museo Interactivo Samoga de la U.N. de Colombia.  Manizales, 19 06 2023.

Sequía y desprotección forestal en Colombia. Gonzalo Duque Escobar; Prof. Universidad Nacional de Colombia; Ing. Civil con posgrados en Geofísica, Geotecnia y Economía.2024.

Sustentabilidad y decrecimiento económico. Por: Gonzalo Duque-Escobar; Profesor de la U.N. de Colombia; Manizales, 1-10-2022. In: Revista Civismo 492 de la SMP de Manizales.

¿Y la transición ecológica, qué?. Por: Gonzalo Duque-Escobar* Documento del Museo Interactivo Samoga. La Patria. Manizales, noviembre 6 de 2023.

 

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