A la Universidad Nacional de Colombia en sus 150 años.
Por: Gonzalo Duque-Escobar*
Manizales, Junio 9 de 2017.
Imagen portada: Mural de Aguas de Manizales, obra del Maestro Luis
Guillermo Vallejo. In: Río Blanco como área de interés ambiental
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Presentación
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Imagen 0: Barranquillo, barranquero o pájaro péndulo (Momotus momota).
Ave emblema de Manizales. Obra del Pintor Pablo Chávez Chávez.
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Ponencia para el Conversatorio “Agua como bien público”, del Junio 9 de
2017 en el Teatro Fundadores, con Gustavo Wilches Chaux, evento programado
por la Fundación “Unidos por el cambio”, en el marco de la Semana Ambiental de
Corpocaldas, Aguas Manizales y la Alcaldía de Manizales. Documento ajustado en
Febrero de 2019.
Además de aludir a la importancia del agua, se da una visión del
patrimonio hídrico en Colombia señalando la oferta superficial y subterránea,
se alude a la problemática de las áreas de protección ambiental del país, se
examinan la condición ambiental en el territorio de la Ecorregión Cafetera, se
extraen algunas lecciones relacionadas con asuntos de interés nacional, y se
llama la atención sobre la amenaza para La Reserva Forestal Protectora de Río
Blanco donde debe prevenirse un ecocidio de darle vida jurídica a decisiones
del POT en beneficio del mercado inmobiliario y en contra del interés común,
que desnaturalizan la función social y ecológica de la propiedad, violando los
principios rectores de la Ley 388 de 1997 (Artículo 2).
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Somos el planeta en que vivimos
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Imagen
1: El planeta Tierra en http://ameblo.jpg
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El agua que apenas representa un 0,02% de la masa total del
planeta Tierra, cubre el 71% de su superficie, contra un 29 % de masa continental. Ella, además de ser un elemento
indispensable para el ser humano, y constituir al menos dos terceras partes de
nuestro cuerpo, es la fuente de
toda la vida en la Tierra.
Mientras el 97% de dicho
patrimonio, es el agua salada de los mares y océanos, el 3% restante lo
constituye el agua dulce contenida en ríos, lagos, lagunas, aguas subterráneas,
hielos y glaciares. Además, el agua existe en forma
sólida (hielo), líquida (mares y ríos) y gaseosa (vapor de agua); y aunque se
observa en océanos, ríos, nubes, lluvia y otras formas de precipitación,
también aparece infiltrada en el subsuelo.
Dado que el 69 % del agua dulce se encuentra contenida en los
glaciares del planeta, sobre toda en la Antártida y en Groenlandia, si se
descongelara elevaría el nivel del mar cubriendo la mayor proporción de las
zonas insulares y gran parte de las áreas continentales deprimidas no
montañosas, como las llanuras bajas de la Amazonía y Orinoquía, además de los
valles del Bajo Cauca y Bajo Magdalena, y las regiones costeras de Colombia.
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El agua: un patrimonio en crisis
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La Tierra, con sus diversas
y abundantes formas de vida, enfrenta una grave crisis de agua que afecta a
6.000 millones de seres humanos, de los 7.530 millones
que habitamos el planeta (2017) .
Dicha problemática ambiental
se asocia, no sólo al mal uso del agua, a la falta de ordenamiento del
patrimonio hídrico y a la contaminación por vertimientos, sino también a la
deforestación y al cambio climático como factores de desastres hidrogeológicos,
como sequías e inundaciones.
Las consecuencias de dicha
crisis se expresan en la tragedia que viven comunidades pobres, asoladas por
enfermedades vinculadas con el agua, ubicadas en entornos degradados, y en
ocasiones habitando zonas de riesgo, sufriendo la pérdida de cosechas y la
carestía de alimentos.
Con la incidencia de los
fenómenos climáticos extremos ahora exacerbados por el calentamiento global, la
posibilidad de tener desplazados es un 60% mayor que hace cuarenta años, ya que según el Consejo Noruego para los
Refugiados, a causa de los desastres naturales cada segundo una persona está
siendo desplazada; en 2014 los desplazados internos del mundo sumaron 19,3
millones, de los cuales 17,5 millones de seres humanos lo fueron a causa de
siniestros relacionados con el clima.
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La naturaleza instrumentalizada
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La racionalidad de esta
cultura proclive al mercado, se sustenta en la funcionalidad y utilidad
inmediata del conocimiento adquirido para lograr el dominio de la naturaleza, a
cualquier costo.
Para lograr el progreso
material de la sociedad, en nombre de la ciencia hemos procedido a la
explotación de la naturaleza, definiendo como recursos el agua, el suelo de
cultivo y la biodiversidad para buscar un uso productivo de dichos bienes,
olvidando su naturaleza patrimonial, y por lo tanto su preservación y el
derecho al agua de las comunidades culturalmente vinculadas a ella y de los
ecosistemas.
Señala Ban Kin-moon, que el
planeta está en peligro por el cambio climático y la explotación insostenible
de recursos. En el fondo, sabemos que las fuerzas del mercado privilegian el
crecimiento económico sobre los temas ambientales y sociales, lo que se
revierte en efectos negativos para la ecología del planeta, y por lo tanto en
pasivos ambientales que afectan a toda la sociedad, y en mayor proporción a los
grupos más vulnerables.
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El
calentamiento global
Imagen 4:
Pronóstico global de incremento de la temperatura para el cambio climático,
donde la Amazonía se muestra como una de las regiones más afectadas. Para
prevenir los impactos rurales relacionados con cambios altitudinales de 170 m
por cada grado centígrado de incremento de temperatura, se deberán implementar
en el país prácticas agroforestales y silvopastoriles intensivas. Fuente:
apod.nasa.gov
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Para ilustrar
los cambios del clima que se han dado en todas las escalas de tiempo, a lo
largo de la historia de la Tierra, tenemos además de las cinco grandes
glaciaciones cuyo último evento ocurrió en el Cuaternario, dos situaciones
antagónicas y recientes: una, la “pequeña glaciación” asociada a un periodo
frío ocurrido entre 1550 y 1850, que coincidió con un período de baja actividad
en las manchas solares. Y dos, el actual “calentamiento global” un efecto
invernadero de celeridad excepcional ocurrido en los últimos 50 años.
Para mostrar el
alcance de la actual problemática, dos escenarios. El Ártico, está en peligro
por el calentamiento global. Degradar dicho ecosistema, traerá consecuencias
insospechadas como elevación del nivel del mar, erosión costera y temporales. Y
la Amazonía, donde el cambio climático y la deforestación comprometen este
ecosistema que alberga el 30% de la biodiversidad de la Tierra, con
consecuencias trágicas para los pueblos indígenas que lo habitan y para la
biodiversidad. Para alcanzar metas deseables en el 2050, la única posibilidad
es combinar el uso eficiente de los recursos energéticos con las energías
renovables y alternativas, sin comprometer la seguridad alimentaria.
El incremento
promedio de la temperatura media podría afectar más al hemisferio norte, que al
del sur. El calentamiento sobre los continentes es en promedio mayor que sobre
los mares. En Colombia se calentarían menos las zona de relieve montañoso como
la Región Andina(2º a 3ºC), y más las planicies y praderas de las regiones
planas, como la Costa norte, la Orinoquía y la Amazonía (3º a 4ºC).
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Los acuerdos
climáticos
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Imagen 5: Escenarios de Colombia cambio climático
en Colombia al 1240, 270 y 2100. IDEAM.
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Según el quinto
Reporte de Emisiones presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático (2014), al 2050 se necesita limitar el calentamiento
a 2 °C. Para el efecto, habrá que reducir las emisiones de efecto de
invernadero, entre un 40% y 70% de los niveles de 2010. En razón a lo anterior,
entre 2010 y 2050 habría que reducir a nivel mundial el uso de combustibles
fósiles así: el 80% del carbón, la mitad del gas y un tercio del petróleo.
Según el
informe del IPCC, incluso si se aplican los objetivos de París, a finales de
siglo la temperatura global aumentaría 3 grados. La Cumbre del Clima (2018) en
Katowice, COP 24, fue la penúltima cita crucial en el camino hacia 2020 cuando
entre en vigor el Acuerdo que busca evitar un incremento de 1,5 grados Celsius
en la temperatura global.
Mientras los
científicos alertan sobre la necesidad de implementar cambios "sin
precedentes" contra el cambio climático, al tiempo que Bruselas fija para
2050 el fin de las emisiones de efecto invernadero en Europa, un tercio de los
países del mundo va camino de cumplir sus objetivos climáticos.
Y para el caso
de Colombia, además de implementar estrategias forestales y modelos
agroforestales, en un escenario de cambio climático y bajos precios del
petróleo y el carbón, ¿cómo sortear las dificultades que se advierten en
nuestro horizonte económico?
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El clima andino colombiano
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Imagen 6: Dinámica de la Zona de Confluencia Intertropical. El cambio de
posición entre Enero y Julio de la ZCIT explica el clima bimodal colombiano. Wikipedia.
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En la Región Andina de Colombia, el clima es bimodal: cada año tenemos
dos temporadas secas que parten desde los equinoccios (junio 21 y diciembre
22), y dos húmedas a partir de los solsticios (marzo 21 y septiembre 22).
El fenómeno meteorológico del ENSO-conocido como El Niño/La Niña-, se
relaciona con las anomalías de temperatura del Océano Pacífico, que frenan el
desplazamiento natural y regular de la Zona de Confluencia Intertropical ZCIT.
Aunque el desarrollo de El Niño y La Niña es de carácter cíclico y
comportamiento errático, a largo plazo y como consecuencia del calentamiento
global su fuerza se ha venido incrementando, para generar eventos climáticos
extremos como inundaciones o sequías en diferentes regiones del planeta.
En Colombia, los períodos de El Niño, las temporadas de invierno y
verano del año son más secas para la zona andina colombiana, y más frecuentes e
intensos los huracanes del Caribe. Durante La Niña, ocurre lo contrario: se dan
temporadas más húmedas a lo largo del año, con menos tormentas tropicales y
menos huracanes en el Caribe.
Ahora, dada la posición de la ZCIT, dichos impactos, se invierten en
Ecuador y Perú, donde se habla de los estragos del “Niño costero” por el ENSO
llevando las temporadas húmedas con lluvias exacerbadas por el calentamiento
global.
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La agenda de Colombia
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Imagen
7. Agua, suelo y biota no son mirados como patrimonios a preservar, sino
recursos para ser explotados, Imagen: Río Dagua, en https://es.slideshare.net/
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En el caso de Colombia,
ciertas áreas sensibles desde la perspectiva ecológica y culturalmente vitales
para algunas comunidades, legalmente terminan cediendo paso por la riqueza del
subsuelo, en beneficio de una empresa minera foránea o ilegal, que termina por
implementar un enclave minero y violar los derechos bioculturales del
territorio, entendido como sujeto de derechos.
Nuestra economía ayer
soportada en el cultivo del café, ahora se fundamenta en minería extractiva y
petróleo crudo, uno y otro: productos primarios de origen natural, escaso grado
de transformación y sin valor agregado.
Para el efecto, si bien la
Ley ambiental y las políticas ambientales en Colombia, se han acoplado más a
los desafíos del mercado que a los retos del desarrollo sostenible, también la
Corte Constitucional para proteger las culturas ancestrales y los ecosistemas,
ha declarado algunos territorios -caso Atrato y Amazonas-, sujetos de derechos
bioculturales.
En las áreas de alto valor
por su biodiversidad, aunque ya se ha avanzado en la protección enfocada al
tipo de compensación a que se obliga una industria extractiva, la actividad
continúa gozando de reducidos gravámenes, y por la tanto la amenaza sobre las
áreas protegidas persiste a pesar de todo.
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Oferta hídrica en Colombia
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Imagen 8: Áreas
hidrográficas de Colombia. ENA Colombia), en: www.ingenieria.bogota.unal.edu.co
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Con precipitaciones anuales
promedio de 1.800 mm y unas 720 mil cuencas hidrográficas, Colombia alcanza una
oferta de 7.859 kilómetros cúbicos de agua superficial y subterránea, de los
cuales el 25% son las aguas de las escorrentías anuales.
Pero a pesar de dicha
abundancia, cada año deforestamos y contaminamos nuestros cuerpos de agua, lo
que significa destruir una corriente de agua por año, devastar la
biodiversidad, y poner en riesgo severo comunidades rivereñas por el vertimiento de las aguas servidas e
industriales contaminadas a nuestros ríos, además del riesgo al exacerbar la
amenaza por eventos hidrogeológicos, como deslizamientos y flujos de lodo en
vías, cultivos y zonas pobladas.
A este panorama se añade
que, como consecuencia del calentamiento global, mientras en los años secos
nuestra oferta hídrica ya se ha reducido el 38%, en las épocas invernales de La
Niña sufrimos las consecuencias de graves inundaciones, que dejan cerca de 2
millones de damnificados por temporada.
Las cuencas hidrogeológicas
más utilizadas en el país, son las ubicadas en el Valle del Cauca, Valle Medio
y Superior del Magdalena, y Cordillera Oriental; siguen en importancia por su
uso, las del Golfo de Urabá, Golfo de Morrosquillo y departamentos de Bolívar,
Magdalena, Cesar y la Guajira.
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Las aguas subterráneas en Colombia
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Imagen 9: Mapa de
rocas permeables y porosas de Colombia. IGAC (2002), en: http://www.zonu.com/
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En Colombia, donde el 31%
del agua dulce está contenida en acuíferos y el 29% en lagunas, hace falta una
política pública para garantizar el carácter de patrimonio y de bien público
del agua subterránea. Además, según el IDEAM, el 39% de la precipitación en Colombia está
disponible para fines productivos como agua verde.
Aunque en el país las
cuencas hidrogeológicas con posibilidades de aprovechamiento abarcan el 74% del
territorio nacional, según el estudio “Zonas hidrogeológicas homogéneas de
Colombia” del IDEAM (2005), mientras el 56% de dicho patrimonio corresponde a
la Orinoquía, la Amazonía y la Costa Pacífica, y el 31,5% a la región Caribe e
Insular, sólo el 12,5% le corresponde a la Región Andina, que es la más
densamente poblada.
En el Eje Cafetero, para enfrentar la amenaza del
cambio climático y la vulnerabilidad hidrogeológica, se debe implementar una
política pública relativa a la conservación, uso y manejo del patrimonio
hídrico subterráneo, que permita además planificar el agua bien público, estratégico
de interés general. Esto, a partir de un programa de investigación y desarrollo
integral, que contemple los tema del agua, la gestión del riesgo, el uso del
suelo, la biodiversidad, la actividad forestal y el sector hidroenergético.
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La problemática hídrica en Colombia
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Imagen
10. En los últimos dos siglos la extensión de guaduales en el país se redujo de
unos doce millones de hectáreas a sólo cincuenta mil, de las cuales 20 mil
están en la zona cafetera y 6 mil en Caldas. Imagen: coberturas boscosas en
Colombia: IDEAM, en: valorandonaturaleza.org
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Gracias a un ciclo hidrológico dinámico y
abundante, Colombia es rico en agua: la interacción de la atmósfera en el medio
intertropical, el Pacífico y el Caribe, la Amazonía y la Orinoquía, y los Andes
más septentrionales de América con sus tres cordilleras en Colombia, explica
por qué el agua puede convertirse en uno de los principales factores de
desarrollo y bienestar social del país.
El país tiene severos
problemas de calidad en la mitad del patrimonio hídrico, dado el vertimiento de
9 mil toneladas de materia orgánica contaminante por año, que llegan a los
acuíferos y cuerpos de agua proveniente del sector agropecuario y residencial,
a las que se suman otras sustancias como las 200 toneladas anuales de mercurio
proveniente de la actividad minera.
Mientras que por
superficie, la cobertura de bosques del país llega al 53.5% y la de humedales
al 2,7%, cada año deforestamos cerca de 300 mil ha, 100 mil de ellas en la
Región Andina de Colombia, que con el 24% de la superficie continental y el 75%
de la población del país, solamente posee el 13% de la oferta de agua
superficial y subterránea del patrimonio hídrico de agua dulce.
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Colombia, país de humedales
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Imagen
11. Mientras el rendimiento hídrico en Colombia, varía de 1 a 200 litros por
segundo por kilómetro cuadrado entre la alta Guajira (rojo) y bajo Atrato
(azul), en la Región Andina es en
promedio de 26 litros por segundo y por kilómetro cuadrado. Imagen: ENA Himat.
http://sig.anla.gov.co
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Según el Instituto
Alexander von Humboldt, en 20 millones de hectáreas equivalentes a cerca del
17% de nuestra superficie continental, tenemos 31.702 humedales, de los cuales
el 48% están en nuestras Orinoquia y Amazonia. Pero cerca del 93% de estos
ecosistemas, al estar amenazados por acciones antrópicas y por el cambio
climático, requiere figuras de conservación.
Sobresalen por su extensión
varios reservorios, como marismas y manglares en la costa del Pacífico desde el
sur de Tribugá hasta el río Mira, y en especial sobre el delta del Patía donde
aparece Tumaco; o ciénagas y madre viejas en corrientes de meandros, como las
comprendidas entre el río Meta y el piedemonte de la Cordillera Oriental; o las
rondas del río Guaviare y en parte del Vichada e Inírida; además de las
vaguadas del Putumayo, Caquetá y Vaupés; y el valle del Atrato aguas abajo de
Vigía del Fuerte, y en parte del San Juan; o en regiones como el Magdalena
Medio y Bajo y el Bajo Cauca, donde a pesar de ecocidios agroindustriales,
mineros, etc., sobresalen, además de la Ciénaga Grande de Santa Marta, La
Mojana, la Depresión Momposina y el área del Sinú-San Jorge.
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Páramos en
peligro
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Imagen
12. Colombia es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, no
sólo por la migración en altitud de las zonas de vida alterando la aptitud de
los suelos, y con ello la estructura de la tenencia de la tierra, sino también
por cambios en el balance hídrico y régimen de precipitaciones. Imagen: Los
páramos en Colombia. UNIMEDIOS.
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El país, cuenta
con el 50% de los páramos del mundo; y aunque estos ecosistemas montanos
intertropicales, sólo abarcan cerca del 2.6% de la superficie del país,
“producen” el 50% del agua dulce que llega a sus pobladores. Al impacto sobre
este frágil ecosistema asociado a las variaciones del clima, se suman su
fragmentación por causas antropogénica y los apetitos mineros que lo acechan.
En la
Ecorregión Cafetera sobresalen los páramos establecidos en ambientes fluviales,
glaciares y gravitacionales que se entreveran, tanto sobre la Cordillera
Central en vecindad del Complejo volcánico Ruiz-Tolima y la Mesa de Herveo a
más de 5.000 msnm, como en el continuo de farallones de la Cordillera
Occidental ubicado al sur de los Complejos Paramillo y Frontino-Urrao, con sus
notables alturas como el Cerro Caramanta del Complejo Citará y el Tatamá del
Macizo Tatamá, de interés para la ecorregión.
Para dar paso a
un programa de investigaciones en el PNN de los Nevados, se deberá construir
sinergias entre el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales OVSM
creado en 1986; el Geoparque Volcánico del Ruiz propuesto por InfiCaldas en
2016, proyecto que deberá articular a sus planes programas relacionados con el
Paisaje Cultural Cafetero PCC; el Observatorio de Alta Montaña para Colombia,
que en 2009 propusiera Jorge Arias de Greiff desde el Observatorio Astronómico
Nacional; un centro de investigaciones climáticas apoyado por el gremio
cafetero y el HIMAT; un Centro de Investigaciones Geotérmicas apoyado por el
sector energético y el Ministerio de Minas, y un programa de investigaciones
interuniversitario para estudios en biodiversidad, liderado por las
universidades del Eje Cafetero.
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Biodiversidad y áreas protegidas
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Imagen
13: Zonas de Reservas Forestales en Colombia. UPME.
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Se estima que Colombia es el
segundo país más biodiverso del planeta: cuenta con 56343 especies, de las
cuales 6585 son animales vertebrados. En especies endémicas, poseemos 34
mamíferos, 79 aves, 115 reptiles, 311 peces, 367 anfibios, 350 mariposas, 47
palmas, 1467 orquídeas y 6383 plantas.
La Ley 2a de 1959: Sobre economía forestal de la Nación y conservación
de recursos naturales renovables, estableció en su artículo primero las zonas
de reserva forestal, comprendidas dentro de ciertos límites, para cada bosque nacional.
En el caso de Caldas interesan dos zonas: 1- La ZONA DE RESERVA FORESTAL
CENTRAL, comprendida dentro de los siguientes límites generales: Una zona de 15
Kilómetros hacia el lado Oeste, y otra, 15 kilómetros hacia el Este del
divorcio de aguas de la Cordillera Central, desde el cerro Bordoncillo al Este
de Pasto, hasta el cerro de Los Prados al Norte de Sonsón. 2-- La ZONA DE
RESERVA FORESTAL DEL PACIFICO, que viene desde el Nariño y llega a Urabá, a
partir del divorcio de aguas que sigue la cima de la Cordillera Occidental
pasando por el Tatamá y el Cerro de Caramanta, por el Oeste llega hasta el
Pacífico, y por el Este cubre una faja de 15 Kilómetros de la vertiente del río
Cauca.
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Yuma: el río
grande de la Magdalena
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Imagen 14: Mapa del Nuevo
Reino de Granada en rexwordpuzzle.blogspot.com
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Colombia es el
Magdalena: si durante la conquista esta fue la ruta, y durante la colonia gran
parte del país creció a lo largo de sus valles y riveras en de su recorrido,
posteriormente, creada la república, el río alimentó la economía de esta vital
hidrovía de 1450 km de paisajes, historias y cultura, que parte del Macizo
Colombiano para desembocar en el Caribe.
Bajo el
presupuesto de que un territorio es una construcción social e histórica, dado
que también es la expresión de las relaciones dialécticas entre las
colectividades que lo habitan y el
ecosistema, se debe enfocar la gestión socioambiental del Magdalena en
el marco de sus derechos ambientales bioculturales, a la luz de lo consagrado
en la Sentencia T-622/16 de la Corte
Constitucional de Colombia que reconoce al río Atrato como sujeto de derechos.
En la
Ecorregión Cafetera, se ha acogido la propuesta presentada al Procurador de
Tierras y Sostenibilidad para el Eje Cafetero, de buscar una declaratoria que
priorice al río Magdalena como uno de los escenarios más representativos en la
historia del país, declarando su territorio sujeto de derechos para buscar su
recuperación y desarrollo dándole primacía a los 30 mil pescadores que lo
habitan, y a los humedales y bosques secos que lo circundan. Igual figura,
debería extenderse al río Cauca donde 17 mil pescadores también encontraron
comprometidos sus derechos tras la crisis de Hidroituango.
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No todo lo que brilla es oro
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Imagen 15. A diferencia de una minería artesanal y
limpia que puede coexistir con la minería industrializada subterránea, cuando
se practica con responsabilidad social y sin comprometer biomas estratégicos,
la mega minería y la minería ilegal, son dos flagelos que amenazan los ecosistemas
de Colombia: La ruta del oro: Marmato Caldas, en http://pacifista.co
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Si en el siglo XVI la Nueva
Granada producía el 39% el oro del mundo, y hasta el siglo XX Colombia
participaba con el 30%, hoy con 56 toneladas por año ocupa el puesto
decimocuarto a nivel mundial y el segundo en Sudamérica.
La mayor proporción de la
minería aurífera estimada en el 80% del oro del país, es de la minería ilegal.
En nombre de esta actividad empresarial, a las fuentes de agua del país se
vierten 200 toneladas de mercurio al año, 100 de ellas en Antioquia.
Este cáncer que según expertos, literalmente se
está comiendo la tierra y los ríos de al menos nueve departamentos en Colombia,
ha venido haciendo metástasis cuando a pesar de las advertencias de la Corte,
cientos de dragas y retroexcavadoras continúan remontando los ríos sin que la
autoridad intervenga, para convertir en desiertos de arenas muertas y lagunas
de mercurio, áreas tan grandes como las de un centro poblado.
A la Depresión Momposina
donde los ríos Cauca, Cesar y San Jorge desaguan al río Magdalena, convergen
las aguas servidas llevando el mercurio de 1.200 minas de aluvión que usan
mercurio y los vertimientos de la Región Andina donde habita el 70% de los
colombianos.
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Autosuficiencia energética y fracking en Colombia
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Imagen
16: Energía en firme y Producción de energía, en Colombia al 2015. UPME
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El
país sabe que ya no tendrá hallazgos como los de Caño Limón en los ochenta, o
Cusiana y Cupiaga en los noventa, y que sus reservas de 1782 millones de
barriles, equivalentes a 5,7 años de consumo, y las reservas probadas de gas
cerrando el 2017 en 3896 giga-pies cúbicos que equivalen a 11,7 años de
consumo, parecen obligar a que tengamos que recurrir al fracturamiento
hidráulico, para extraer petróleo de los yacimientos bituminosos del Magdalena
medio y piedemonte llanero, pero sin comprometer los ecosistemas y el derecho
al agua de las comunidades.
Esta
alternativa de alto riesgo por la contaminación de acuíferos y fuentes
superficiales y por eventual inducción de sismos someros, entre otros impactos negativos
previsibles si se emplea responsablemente en manos del Estado, contando con los
niveles de información necesarios y control adecuado para prevenir la
corrupción y las malas prácticas, puede resultar confiable gracias a que
aquélla posee un desarrollo tecnológico de 40 años, por lo que no debería
descartarse: además de posibilitar los recursos requeridos para el
financiamiento del gasto público, resolvería nuestro horizonte de
autosuficiencia energética durante varios lustros.
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Ecorregión Cafetera: aguas y bosques
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Imagen 17: Usos potenciales y Ecosistemas
para existentes en el 2002 para la Ecorregión Cafetera, mostrando el alto grado
de deforestación y potrerización del territorio. Fuente, Alma Mater y el SIR.
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Según Corpocaldas, de una
extensión de 744 mil Ha, las coberturas verdes del departamento en 2010 eran:
163 mil Ha en bosques (22%), 265 mil Ha en cultivos (36%) y 300 mil Ha en
pastos y rastrojos (40%), tres cuantías que cubren el 98% de su escarpado y
deforestado territorio. Aún más: en la Ecorregión Cafetera, mientras las
superficies aptas para pastos y bosques son en su orden del 4% y 54%, según
Alma Mater las coberturas para el 2002 en dichos usos, llegaban al 49% y 19%,
respectivamente.
En cuanto al sistema
subterráneo en la región, sobresalen las zonas de recarga de páramo y de la
gran cobertura boscosa de la alta cordillera Central, del Tatamá y Caramanta, y
del Oriente caldense donde la copiosa precipitación explica un recurso hídrico
excedentario susceptible de aprovechamientos hidroenergéticos responsables; y
en materia de acuíferos, sobresalen el gran Valle del Magdalena, los valles del
río La Vieja y del Risaralda, y la región de Irra –Santágueda-Palestina.
El patrimonio hídrico más
comprometido del departamento de Caldas, es el de la Cuenca del Rio Chinchiná
para el caso de la Subregión Centro-Sur; pero también a nivel municipal por la
menor precipitación existen riesgo para el suministro de agua en el corredor el
Cauca, y en especial entre La Pintada y el Km 41 por la carencia de acuíferos,
impermeabilidad de las rocas y coberturas relacionadas con una cultura de
deforestación.
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Áreas de interés ambiental en Manizales
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Imagen
18: Estructura Ecológica Principal EEP de Manizales. POT de Manizales 2017.
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·
Aunque el POT de Manizales en 2003 reconoce que ha faltado la necesaria
protección en las fuentes de agua, sólo señala como prioridad la zona de
Gallinazo, pero compromete la función social y ecológica de la propiedad en el
uso del suelo, implementando un modelo de ocupación inconveniente y conflictivo violando los preceptos del
ordenamiento del territorio al desconocer los derechos bioculturales de la
Reserva Forestal Protectora de Río Blanco permitiendo daños severos e
irreversibles con la urbanización de su anillo de contención.
·
Se deberían diferenciar por su extensión o ancho las zonas aledañas con
función amortiguadora ZFA o Anillos de contención en los diferentes
ecosistemas, así:
·
El PNNN (1km)
·
Áreas protegidas declaradas (700 o 500 m según sea un DCS o una RFP):
Distrito
de Conservación de Suelos Guacas - Rosario
Reserva
Forestal Plan Alto
Reserva
Forestal Protectora de Río Blanco - Quebrada Olivares
Reserva
Forestal Sabinas y Reserva Forestal Torre 4
RFP
Bosque Chec.
·
Áreas de interés ambiental (Opcional según el caso):
Cerro
Sancancio - Ecoparque Alcázares - Monte León - Ecoparque Los Yarumos – Otras áreas según
imagen.
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La Reserva Forestal Protectora de Río Blanco RFP
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Imagen
19. Tierraviva en La Aurora: sí los 10 mil habitantes tendrían una huella
ecológica de 20 mil hectáreas, cuantía cuatro veces el área de la reserva: ¿hablaríamos de ecociudadela o de ecocidio?.
Imagen: Montaje del Urbanizador. Imagen de La Patria.
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Manizales ha venido
presionando la estructura ecológica principal del municipio al abrirle paso en
La Aurora a una urbanización de 2200 unidades residenciales para 10 mil
habitantes, colindando con la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco, con lo
cual se alterará de forma irreversible y severa este ecosistema estratégico
mediante los usos urbanos en su anillo de contención,
Dicho área de interés
ambiental de la nación y la ciudad, además de proveerle servicios ambientales
fundamentales para la ciudad, por ser parte de la Zona de Reserva Forestal
Central de Colombia también resulta vital para el ecosistema altoandino como
hábitat de especies endémicas, vulnerables y en peligro de extinción.
¿Puede acaso la “jungla de concreto” en La Aurora,
no generar ruido ni contaminación lumínica, para cumplir las funciones de
amortiguamiento que por ley le corresponden a un anillo de contención?; ¿puede
capturar CO2 que proviene de Manizales y aportar oxígeno para la reserva de Río
Blanco, tal cual lo hace un bosque?; ¿son o no los usos pertinentes cuando
solicitan obras de urbanismo en un lugar protegido, alterando microclima,
ciclos biogenéticos y cadenas tróficas de la reserva?
Permitir daños no
mitigables, severos e irreversibles, asociados al desarrollo urbano del suelo
en un predio que por ley debe cumplir funciones de amortiguamiento fundamentales
para proteger dicha reserva de los impactos de la ciudad, significa poner en
conflicto los usos del suelo al llevar obras de
urbanismo al lugar, alterando las funciones de prevención y mitigación que demanda la sustentabilidad
del estratégico ecosistema, lo que desnaturaliza la función social y ecológica
de la propiedad en el área de amortiguamiento de la RFP de Río Blanco
.
Los desastres climáticos en Colombia
.
Imagen 20: amenaza por
inundaciones en Colombia. Prosperidad para todos.
.
Para el caso colombiano,
según el Departamento Nacional de Planeación DNP, entre 2006 y 2014 uno de cada
cuatro colombianos resultó afectado por desastres climáticos conexos a factores
antrópicos, como la deforestación y el calentamiento global. Esto significa un
total de 12.3 millones de damnificados en dicho período, de los cuales 9.4
millones de habitantes se vieron afectados por deslizamientos e inundaciones.
Ahora, en el marco
territorial, dados la alta exposición de las zonas pobladas a las amenazas y
deterioro ambiental causado por actividades conflictivas, según el DNP, la más
afectada en esos catorce años fue la Región Andina, seguida de otros departamentos.
Las mayores consecuencias
invernales de dicho período, las sufrieron Antioquia, Cundinamarca, Caldas,
Tolima, Cauca y Santander con el 52% de las 3181 vidas perdidas; en cuanto a
viviendas destruidas, el mayor nivel con un 47% de las pérdidas se dio en
Nariño, Chocó, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca y Santander; y por infraestructura
vial afectada puntearon Huila, Nariño, Cundinamarca, Santander y Cauca, con el
66 % del total.
.
Las cuentas del agua en Colombia
.
Imagen 21. Provincias Hidrogeológicas de Colombia,
Imagen: Estudio Nacional del Agua. IDEAM
.
Mientras en grandes
regiones como Australia y EE.UU. el 60% del agua utilizada proviene del
subsuelo, en Colombia urgen políticas para resolver la inequidad en la
propiedad y acceso al vital líquido, además de una acción efectiva en relación
con la minería ilegal y el comercio de madera ilegal, entre otros.
En 2008 la participación
del agua en el PIB nacional fue del 10% (incluido un 2% por la
hidroelectricidad), además los costos económicos de la contaminación hídrica
ascendieron al 3,5% del PIB; y según el Banco Mundial el costo oculto de la
mala calidad del agua y de los servicios de saneamiento, podría ascender al 1%
del PIB.
La Constitución Política de Colombia establece como
uno de los fines principales de la actividad del Estado, la solución de las
NBI, lo que incluye el acceso al servicio de agua potable. Pero el problema no
es sólo la calidad, sino también el acceso a una cantidad mínima de agua
potable, que en promedio debe ser entre 1,5 y 2 litros percápita por día. Según
la Defensoría del Pueblo, en Colombia, de 1122 municipios, 521 consumen agua
sin tratamiento alguno, el 70% de ellos con riesgo para la salud y en el 21%
usan agua sanitariamente inviable.
Si entre los problemas
estructurales del país, se tiene un Gini del 0,86 en la propiedad de la tierra,
para el caso del agua la cuantía es del
0,92. Recuérdese que Colombia es el tercer país más inequitativo del planeta.
.
Frecuencia, daño y extensión de algunas amenazas
.
Fenómenos de las amenazas
|
Frecuencia por siglo
|
Siniestralidad esperada
|
Área afectada
|
Terremotos Fuertes (int>VII)
|
300
|
20%-50%
|
500 km2
|
Flujo de Lava Volcánica
|
10-100 veces
|
20%-100%
|
1-10 km2
|
Cenizas Volcánicas
|
1-5 veces
|
<10 span="">10>
|
<1mill span="">1mill>ón km2
|
Flujo Piroclástico
|
1-5 veces
|
70%-100%
|
1-10 km2
|
Flujo de lodo Volcánico
|
1-10 veces
|
50%-100%
|
10-100 km2
|
Erupción Lateral o Blast
|
1-3 veces
|
70%-100%
|
<15000km sup="">215000km>
|
Gases volcánicos
1-5 veces
1%
<1000km sup="">21000km>
Inundaciones súbitas
50-500
50% a 100%
1-10 km2
Inundaciones lentas
200-4000
10%-50%
10-100 km2
Deslizamientos de tierra o roca
500-10000
50%-100%
1 a 5 km2
Huracanes Fuertes Grado 3 a 5.
100-500
20%-50%
<50000km sup="">250000km>
La Niña (T<-1 span="">-1>ºC)
1-8
<20 span="">20>
<1mill span="">1mill>ón km2
El Niño(T>+1,5ºC)
1-12
<20 span="">20>
<1mill span="">1mill>ón km2
Incendios forestales
50%-70%
<500 km="" sup="">2500>
.
Riesgos Específico y de Cúmulo para algunas amenazas
.
Fenómeno
|
Posible control
|
Riesgo local o específico
|
Riesgo total o de cúmulo
|
Terremotos Fuertes (I>VII)
|
No
|
Reducido (4)
|
Moderado (3)
|
Flujo de Lava
Volcánica
|
Si
|
Agravado (1)
|
Bajo (5)
|
Cenizas Volcánicas
|
No
|
Reducido (4)
|
Bajo (5)
|
Flujo Piroclástico
|
No
|
Reducido (4)
|
Moderado (3)
|
Flujo de lodo Volcánico
|
Duda
|
Mediano (2)
|
Reducido (4)
|
Erupción Lateral o Blast
|
No
|
Muy Bajo (6)
|
Agravado (1)
|
Gases volcánicos
|
Duda
|
Reducido (4)
|
Bajo (5)
|
Inundaciones súbitas
|
Duda
|
Agravado (1)
|
Bajo (5)
|
Inundaciones lentas
|
Duda
|
Mediano (2)
|
Reducido (4)
|
Deslizamientos de tierra o roca
|
Si
|
Mediano (2)
|
Reducido (4)
|
Huracanes Fuertes Grado 3 a 5.
|
100 a 500
|
Reducido (4)
|
Bajo (5)
|
La Niña (T<-1 span="">-1>ºC)
|
No
|
Agravado (1)
|
Reducido (4)
|
El Niño (T>+1,5ºC)
|
No
|
Agravado (1)
|
Reducido (4)
|
Incendios forestales
|
Duda
|
Mediano (2)
|
Mediano (2)
|
.
¿Dónde y cómo? II
.
Nivel de Amenaza
|
Nivel Alto
|
Nivel Medio a Bajo
|
Inundaciones súbitas
|
Todos los Departamentos Andinos
|
|
Inundaciones lentas
|
Chocó, Cundinamarca, Antioquia,
Santander, Nariño
|
Eje Cafetero, Tolima, Valle,
Santanderes, Huila, Cauca, Nariño, Boyacá
|
Deslizamientos de tierra o roca
|
Todos los Departamentos Andinos
|
|
Huracanes Fuertes Grado 3 a 5.
|
Santanderes, Boyacá, Antioquia, Chocó
|
Eje Cafetero, Tolima, Valle
|
La Niña (T<-1 span="">-1>ºC)
|
Todos los Departamentos Andinos
|
|
El Niño(T>+1,5ºC)
|
Todos los Departamentos Andinos
|
|
Incendios forestales
|
Córdoba,
Cesar, La Guajira, Sucre, Córdoba, Bolívar, Magdalena, La Guajira, Cesar,
Huila, Tolima y Vichada, sobre todo en temporadas de El Niño.
|
Región Andina y Caribe en
temporadas normales, y Antioquia, Arauca, Casanare, Meta y Vichada en
temporada de El Niño.
|
.
Valoración
del Riesgo en función del período de las Amenazas y la vida útil de una obra
.
R=1-(1-1/Tr) n
En la fórmula:
R =Riesgo de falla,
Tr= Período de retorno de las amenazas y
n= vida útil de una obra. Tr y n, en
años.
Como
fundamento, 1/Tr es la probabilidad temporal del evento.
Veamos el
plotéo de valores:
La conclusión
es que las obras se diseñan del lado de la falla, donde R>50%, pues de lo
contrario la ciudad no sería viable: obsérvense los valores de la diagonal.
Obsérvese el
incremento de R de 0,63 a 0,98 para una obra con una vida útil “n” de
100 años, cuando el período de retorno “Tr” de la amenaza
cambia de 100 a 25 años: es el caso de los eventos hidrometeorológicos
ocasionados por el calentamiento global, explicando la mayor ocurrencia o
frecuencia de los eventos climáticos extremos de gran intensidad.
.
Lecciones de
Armero tras la erupción del Ruiz
.
Imagen
22. Mapa simplificado de Riesgo Volcánico del Ruiz, (Según Versión de
Ingeominas, Oct de 1985) — Committee on Natural Disasters; Division of Natural
Hazard Mitigation; Commission on Engineering and Technical Systems; Division on
Engineering and Physical Sciences; National Research Council. In:
http://www.nap.edu
.
Aunque la
UNDRO meses antes había recomendado el monitoreo del volcán, la elaboración de
un mapa de riesgos y la implementación de planes de evacuación, a pesar de
conocer los antecedentes del Ruiz asociados a las erupciones de 1595 y 1845,
que cobraron vidas de pobladores asentados en el mismo lugar donde se fundaría
Armero (1895), y se contaba con dos horas después de iniciada la erupción del
13 de noviembre de 1985 para que Armero fuera evacuado hacia las zonas más
altas contiguas, de conformidad con lo que señalaba el mapa de amenazas
concluido en octubre del mismo año, a sus pobladores que no fueron
preparados previamente, tampoco se les notificó debida y oportunamente para
ponerse a salvo.
Por fortuna,
tras estas décadas de dificultades y errores cometidos, también las comunidades
que habitamos las áreas volcánicas hemos aprendido, tenemos vigilancia de los
tres segmentos volcánicos gracias a los observatorios de Pasto, Popayán y
Manizales, y existe una institucionalidad en el país para la atención de riesgo
volcánico, aunque falta avanzar en procesos de apropiación social del
territorio y de planeación participativa para que la gestión sea integral.
Como evidencia, lo ocurrido en el Huila con la erupción de 2007, cuando
se previene una tragedia por flujos de lodo volcánico comparables a los del
Ruiz (1985) cuando varios miles de habitantes de poblados indígenas como
Belalcázar, Inzá y Tesalia, instruidos sobre la amenaza, e informados a
tiempo de la ocurrencia del fenómeno, evacuan por sus propios medios.
.
Lecciones de
El Cerrejón
.
Imagen 23. El desvío de
arroyo Bruno vulnera el derecho humano al agua para los habitantes y desconoce
el significado cultural del arroyo para la vida de las comunidades del
territorio, además de poner en riesgo la soberanía alimentaria, de los Wayuu. Fuente: Censat
Agua Viva
.
Hasta no
contar con el consentimiento favorable de una consulta popular, la Sala Plena
de la Corte Constitucional ha dicho no a la pretensión de Cerrejón de explotar
carbón sobre el arroyo Bruno, dejando en firme la suspensión de las obras que
desplazarían dicho arroyo con graves consecuencias ambientales y sociales para
el territorio wayuu.
El arroyo
Bruno es un cuerpo de agua intermitente con comportamiento bimodal que nace en
la Serranía del Perijá, y en sus 26 kilómetros de recorrido transitando con
dirección noroeste baña el paisaje de estepa para luego desembocar en el río
Ranchería. El desvío del cauce para excavar su cuenca en dominios de la
multinacional expandiendo la zona de explotación y el uso del agua para
destinarla a las medidas ambientales de control de polvo, son dos intervenciones
que no solo atentan contra el derecho al agua, sino que también causarían la
pérdida de diversidad biológica y generarían cambios en las prácticas y usos
del suelo. Esto, a cambio de las regalías de 40 millones de toneladas de carbón
adicionales, compromete la supervivencia de miles de indígenas wayuu y de
grupos afro-descendientes.
Pero los
antecedentes de la empresa carbonera en la solución de conflictos que terminan
en negociación directa con campesinos que quedan desarraigados al perder su
cultura, o que transan presionados al ver iniciados los trámites de desalojo,
no son buenos: como prueba estarían las historias de las comunidades de
Chancleta, Patilla, el Roche y Tabaco, que tras largos procesos de
reasentamiento, reparación colectiva o negociación directa, recibieron casas
con deficiencias de servicios públicos y predios en tierras áridas, que
agravaron su calidad de vida.
.
Lecciones de
Hidroituango
.
Imagen 24. Esquema de la
infraestructura de la Hidroeléctrica de Ituango, en
https://www.elcolombiano.com
.
La
vulnerabilidad de Hidroituango, se relaciona con su escala y clase de megaobra,
y con la complejidad del medio geológico en el cual se emplaza. El cañón del Cauca
como estructura tectónica del trópico andino, tiene una doble condición a
resolver, que lo hace vulnerable a las nuevas dinámicas del agua, impacto de la
presa y modelados subterráneos a gran escala: uno, el ser un territorio con
derechos socioambientales donde la prioridad le corresponde a las comunidades
ancestrales que viven del Río y a sus frágiles ecosistemas, y no a los actores
económicos que en nombre del desarrollo convierten el patrimonio hídrico en una
opción de negocio; y dos, el fracturamiento y fallamiento preexistente de las
rocas, y la compleja litología y suelos en laderas de alta pendiente,
condicionado la estabilidad de los macizos sometidos a cambios por cargas,
flujos de agua, variaciones piezométricas y pérdida de confinamiento, que modifican
el estado de esfuerzos, lo que actúa como factor contribuyente del riesgo,
frente al frágil equilibrio de las estructuras litológicas, micro fallas
potencialmente activas y laderas altamente susceptibles al deslizamiento.
¿Habrá pasado
factura la naturaleza al actual modelo de desarrollo por la hidroeléctrica de
Pescadero-Ituango?, esto, dados los pasivos ambientales del mayor proyecto de
generación en la historia del país, con el cual se incorporan 2,4 millones de
kilovatios instalados que aportarían 4 puntos al PIB, y cuya energía- salvo las
consideraciones pertinentes de Gabriel Poveda Ramos invitando a transformar los
minerales de nuestro subsuelo para justificarla-, se exportaría.
.
Las lecciones
de Manizales
.
Imagen
25: Ladera del Alto Persia en 19 de Abril, Manizales. Fuente: El Espectador.
.
La tragedia
ocurrida en Manizales tras un fuerte aguacero de 156 mm el 19 de abril de 2017,
que generó eventos hidrogeológicos similares a los que históricamente han
afectado la ciudad, invita a reflexionar sobre las causas de su mayor
incidencia en los barrios populares.
En los años
1970, como consecuencia del advenimiento de la revolución verde que trajo el
café caturra a la zona cafetera y produjo el desplazamiento de legiones de
campesinos hacia la ciudad, Manizales creció “sin compás ni escuadra”, con
barrios localmente planificados o con invasiones que luego se consolidaron.
Se trata de
pasivos ambientales relacionados con múltiples factores que han intervenido en
la construcción social e histórica de un territorio de laderas vulnerables a
los eventos climáticos extremos, lo que obliga a fortalecer la prevención de
factores como corregir las deficiencias en una planificación precedente que no
contempló la dimensión ambiental y del riesgo, la separación de costos y
beneficios en la explotación del medio ambiente, y las dinámicas de un mercado
del suelo que especula con la plusvalía urbana.
Podemos optar
por recuperar la función ecológica de las laderas de protección y cauces del
medio periurbano, además de gestionar la vulnerabilidad que subyace en las
zonas de riesgo urbano, para tratar el hábitat con una mirada biocéntrica que
reoriente el modelo urbano.
.
Lecciones de
“El Niño costero”
.
Imagen 26. Mocoa: la
tragedia de Colombia que acabó con la vida de más de 250 personas, en: Sputnik
Mundo
.
Durante la
noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de 2017, cuando fuertes
lluvias provocaron deslizamientos, deslaves y flujos de lodo en las cuencas
altas de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, con los desbordamientos que
arrasaron varios sectores urbanos en el municipio colombiano de Mocoa capital
del Departamento del Putumayo, se generó un desastre, que cobró, además de
la destrucción de viviendas puentes,
redes de servicios públicos y vehículos, al menos 320 personas fallecidas, más
de 400 heridos y una cifra no oficial de 300 desaparecidos, generándose un drama
que afectó severamente a cerca de 45 mil habitantes, de los cuales 4.506
quedaron sin vivienda.
Justo durante
los meses precedentes veíamos con dolor imágenes de los huaycos en Perú y
Ecuador, producto del fenómeno de “El Niño costero” ocasionado por un
calentamiento anómalo del mar focalizado en las costas sudamericanas, donde
varios fenómenos hidrogeológicos cobraron más de un centenar de vidas, y al
cual podrían sumarse las de Mocoa. Vale la pena señalar, que dicho fenómeno
climático difiere del ENOS producto de las fluctuantes de temperaturas
oceánicas provenientes de Australia, que al detonar en el Pacífico ecuatorial,
ocasionan lo que conocemos como “El Niño o La Niña” según el caso.
En el PBOT de
Mocoa, donde se consigna que el río al igual que algunos afluentes suyos al
bajar de la cordillera cruzan el casco urbano, la amenaza y el riesgo ya
estaban identificados, pero las acciones humanas precedentes y omisiones
institucionales crearon las condiciones propicias para esta tragedia.
.
Huella
ecológica en Colombia
.
Imagen 27. La huella ecológica que se relaciona con
la cantidad de recursos del ecosistema
consumidos por un grupo humano, de conformidad con su nivel de vida y modelo de
desarrollo. Dicha huella ecológica que se expresa en las hectáreas percápita
demandadas, no contempla algunos componentes, ni todos los impactos o
consecuencias. Imagen, adaptada de http://educacioninicialyecologia.weebly.com
.
Mientras a nivel
global la biocapacidad percápita es de 1,8 ha y en Colombia de 3,4 ha, nuestra
huella percápita en 2014, llegó a 1,9 ha. Si el uso de los combustibles fósiles
la industria y en el transporte como emisores de sulfatos, nitratos y hollín,
son una de las causas de la contaminación del aire, la huella ecológica sólo
contempla la absorción del CO2.
La creciente
huella ecológica de Colombia, consecuencia del crecimiento de su población y de
un modelo de desarrollo que privilegia el crecimiento económico a costa de los
ecosistemas y del bienestar social, amenaza la capacidad biológica y la
estructura ecológica del país.
Dado el peso de
la deforestación, de la contaminación del agua, del uso intensivo del automóvil
y de una expansión urbana irresponsable, los retos para la sustentabilidad
ambiental de Colombia no sólo pasan por las políticas urbanas, del agua, y del
agro, sino también por las del transporte y del sector energético.
En Colombia según
la UPME (2015), el consumo de energía por sectores, se distribuye así:
transporte (40,90%), industrial (29,36%), residencial (16,72%) y sector
terciario (5%).
.
La huella
hídrica en Colombia
.
Imagen 28. Huella Hídrica
de la agricultura en Colombia según La WWF 2012.
.
Existen tres
indicadores para la huella del agua: azul, verde y gris, cada uno para valorar
diferentes usos o aspectos.
La huella azul
(HHA), que hace referencia a la cantidad de agua extraída de fuentes
superficiales y subterráneas, utilizada en los procesos productivos y que no
retorna al sistema del cual fue extraída. La huella verde (HHV), que
corresponde al aprovechamiento del agua lluvia almacenada en el suelo, que se
utiliza por coberturas naturales con fines económicos como los cultivos. Y la
huella gris (HHG) que valora el volumen de agua dulce necesario para asimilar
la carga contaminante de los vertimientos, requerida para que no afectar la
calidad de la fuente receptora.
Al cuantificar
la huella hídrica azul, verde y gris de las actividades agrícolas y pecuarias
de Colombia, se pone en evidencia una grave problemática en la Región Andina,
relacionada la concentración de la población y del PIB nacional. La magnitud de
dicha huella, alcanza los 25000 Mm3 al año, cuantía en la que el 85% es HH
verde, el 10% es HH azul y el 5% HH gris.
.
Epílogo 1
.
Imagen 29: Salto de Nereidas. Julián Echeverri
Ocampo. CODELCO.
.
La crisis del agua que se
expresa en descontrol hídrico y pluviométrico, y en sequías y
desabastecimiento, obliga al desarrollo de políticas públicas ambientales, que
le apunten a un modelo urbano más humano y más verde, implementando una
planificación con un enfoque biocéntricos y previsivo, donde se desarrollen
instrumentos que permitan enfrentar la problemática socio-ambiental del riesgo
asociado al cambio climático.
Habrá que proceder con una
ocupación del territorio más responsable, soportada en estrategias
participativas e incluyentes orientadas a la apropiación social de los procesos
socioambientales, una normativa para un ordenamiento territorial que contemple
además de la adaptación al cambio climático y la función social y ecológica del
suelo, el aprovechamiento responsable de los activos de la Estructura Ecológica
Principal del municipio.
En relación con la ley
ambiental, requiere el país una orientación socio-ambiental que le reconozca el
verdadero carácter patrimonial al agua, el suelo y la biodiversidad, en lugar
de considerados un recurso, y como tal un objeto de mercado.
.
Epílogo 2
.
Imagen 30. Charca de Guarinocito. CORPOCALDAS
.
Para el desarrollo del campo
colombiano, además implementar medidas estructurales que permitan corregir la
enorme inequidad que expresa el índice de concentración de la propiedad de la
tierra y el agua, el Nuevo Ordenamiento Territorial, deberá implementar políticas de
ciencia y tecnología imbricadas con la cultura, para resolver la brecha de
productividad que sume en la pobreza a los medios rurales.
Para corregir el uso
conflictivo del suelo, y en particular para resolver la enorme problemática de
la deforestación y potrerización, el sector agropecuario deberá implantar la
agroforestería y emplear las prácticas silvopastoriles.
De lo contrario, además de
hacer inviable el territorio, en uno o dos siglos como máximo, con criterios
desarrollistas centrados en el crecimiento y por lo tanto en el consumo, en
virtud de las falencias de un Estado débil y de una sociedad indolente y no
previsiva, además de comprometer el futuro de nuestros hijos habremos agotado
la biodiversidad del país.
.
Gracias
.
Imagen 31: Rana amazónica. NATGEO Colombia.
.
•
Gonzalo Duque-Escobar, Profesor
de la Universidad Nacional de Colombia y Miembro de la SMP de Manizales.
http://godues.webs.com
Este trabajo conmemora los 150 años de la Universidad Nacional de Colombia.
•
Ponencia para el Conversatorio “Agua como bien público”, con Gustavo Wilches Chaux, desarrollado en el
marco de la Semana Ambiental de Corpocaldas, Aguas Manizales y la Alcaldía de
Manizales. Teatro Fundadores. Junio 9 de 2017. Documento ajustado en Febrero de 2019.
.
Fuentes bibliográficas I
.
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y
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(2017) Universidad Nacional de Colombia
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Colombia
Caldas
en
la biorregión cafetera. Duque Escobar, Gonzalo (2014) In: Foro “Por la Defensa del Patrimonio
Público…” U de C
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y pasivos ambientales del modelo urbano. Duque
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Ecorregión
Eje Cafetero: un territorio de oportunidades. Gladys
Rodríguez Pérez, Oscar Arango Gaviria, Bernardo Meza Mejía, Cesar Augusto, Mora
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DOCUMENTOS U.N.
DE COMPLEMENTO I
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DOCUMENTOS U.N. DE COMPLEMENTO II
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